La situación en el PP
La ‘revolución’ de Feijóo comienza trasladando a Gamarra del Congreso a la sala de máquinas de Génova
“Soy una mujer de partido, una mujer del Partido Popular, siempre disponible”. Cuca Gamarra se definió así este jueves en el patio del Congreso poco después de que el líder virtual del PP, Alberto Núñez Feijóo, anunciase por sorpresa que ella es la elegida para ocupar el puesto de número dos del partido, la Secretaría General, que durante la etapa de Pablo Casado fue responsabilidad de Teodoro García Egea.
No le falta razón. La trayectoria política de esta diputada riojana de 47 años, exalcaldesa de Logroño, prueba su capacidad de adaptación a los vaivenes que ha sufrido el PP en los últimos años: fue vocal de la dirección del partido con Mariano Rajoy (2004-2018), pero también vicesecretaria de Política Social (2018-2020) y portavoz en la Cámara Baja (2020-2022) con Casado a pesar de que en el congreso extraordinario de hace cuatro años tomó partido por la entonces vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
Pasos en direcciones aparentemente opuestas dentro de las corrientes internas del PP —de la moderación del marianismo al nuevo aznarismo de Casado— que ahora no le han supuesto ningún problema a la hora convertirse en la mano derecha de Feijóo. En su nuevo puesto será la encargada de gobernar un partido en el que, no obstante, el líder gallego ha prometido manga ancha para que los barones puedan tomar decisiones con autonomía y sin las intromisiones que caracterizaron el mandato de García Egea.
En el Congreso, en sus tareas como portavoz, ha demostrado una gran resiliencia. Ha sido capaz de asumir discursos durísimos en línea con la estrategia radical de Casado pero también de protagonizar intervenciones mucho más contenidas desde que el presidente in péctore del partido es Núñez Feijóo.
Era, en todo caso, una pieza clave del proyecto político de Casado, la número tres de la organización, pero Feijóo asegura que ha visto en ella una mujer “preparada” y “dialogante”, con “una dilatada experiencia política” y con un perfil que la convierte en “una persona adecuada para el nuevo tiempo del Partido Popular”.
“Es una persona experimentada, una persona que no llega a aprender. Fue la primera mujer alcaldesa de Logroño. Llevó en el PP durante un tiempo las políticas sociales y además ha sido, y lo es, portavoz en el Congreso de los Diputados”, destacó el nuevo líder del PP en una rueda de prensa en Santiago después de haber anunciado su decisión a través de Twitter a pesar de que, desde que confirmó su decisión de gobernar el timón del PP, ha repetido un día sí y otra también que él es un político "serio", alejado de las redes sociales en general y de Twitter en particular.
Las virtudes que Feijóo atribuye a Gamarra son las mismas que él viene defendiendo para describir a su futuro equipo desde que inició la campaña para convertirse en presidente del PP, en la que no ha tenido competencia gracias a que los barones obligaron a Casado a poner por escrito que no se iba a presentar a la reelección. La nueva dirección, el gobierno que se propone formar si gana las elecciones, estará integrado por personas con amplia experiencia en la gestión pública. Dirigentes “preparados”, como subraya el lema que eligió para convertirse en el nuevo líder del PP.
Los méritos de Gamarra, sin embargo, no acaban ahí. La portavoz parlamentaria jugó además un papel esencial en la operación puesta en marcha por los barones para acabar con Casado. El lunes 21 de febrero lideró un plante en el que participaron varios miembros del comité de dirección del PP contra el presidente del partido para obligarle a convocar una Junta Directiva Nacional que diese luz verde a un congreso extraordinario.
Lo hizo a pesar de que, apenas cuatro días antes, había cerrado filas en apoyo de Pablo Casado justo después de la entrevista en la cadena COPE, propiedad de los obispos españoles, en la que había puesto en duda la limpieza de los contratos de la Comunidad de Madrid de los que se benefició el hermano de Isabel Díaz Ayuso.
“En el PP la responsabilidad, lealtad y ejemplaridad deben guiar siempre la conducta dentro y fuera del partido, por respeto a nuestros votantes y a nuestros afiliados”, escribió entonces en Twitter. Pablo Casado, añadió en clara referencia a la presidenta madrileña, “no lo ha tenido nunca fácil, pero siempre se guía por ellos, el resto debemos hacer lo mismo”.
Una demostración de lealtad que, sin embargo, se derrumbó enseguida. Al día siguiente del plante en el comité de dirección, volvió a Twitter para desdecirse: “Que se celebre un congreso extraordinario con unidad para superar esta situación. Pensemos todos en el PP y en España. Nos necesitan y se lo debemos”. Era martes y para entonces los barones ya habían movilizado a todo el partido con el objetivo de aislar a Casado y ella fue una de las primeras en hacerlo a través de las redes sociales:
En la decisión de Feijóo ha pesado, además de la gran disposición a entenderse que Gamarra le demostró durante el último mes, la voluntad que el presidente gallego siempre ha tenido de dar visibilidad a las mujeres del partido.
El PSOE espera cambios
En el PSOE tienen buena opinión de Gamarra, con la que han mantenido comunicación. Tras la etapa de Casado, esperan que la actitud del PP cambie y poder “trabajar para alcanzar acuerdos”. Hasta ahora, se quejan, “nos hemos topado con una oposición destructiva, que busca desestabilizar al Gobierno. Confiamos en encontrar en el perfil de Gamarra un PP que apueste por el entendimiento y la búsqueda de consensos”.
“Ojalá abandone la senda de crispación y negacionismo absoluto en la que está instalado el PP y sepa estar a la altura de lo que la ciudadanía demanda”, señalan fuentes de la dirección del grupo parlamentario socialista. La prueba de fuego de “la utilidad y verosimilitud del cambio de rumbo” serán la renovación pendiente del Consejo General del Poder Judicial y el plan para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania.
Algunas fuentes consultadas por infoLibre sugieren que Feijóo ha optado por Gamarra también para dejar vacante el puesto de portavoz parlamentaria sin relegar a nadie. El escaparate del Congreso es perfecto para situar a alguien que encarne la nueva etapa que el barón gallego quiere representar.
Ocuparse de organizar el partido ahora que se aproximan elecciones en multitud de frentes, primero en Andalucía pero después en otras doce comunidades autónomas, entre ellas Madrid, además de las municipales y las generales, no es compatible en la práctica, aunque sí orgánicamente, con la responsabilidad, también muy exigente, de dirigir el día a día del grupo parlamentario que lidera la oposición.
Así que las especulaciones acerca de quién se ocupará a partir de ahora de la portavocía del PP en el Congreso ya han comenzado. Y aunque Feijóo no suelta prenda, si nos atenemos a los perfiles que defiende —diputados con experiencia política, preparados y dialogantes— algunos nombres empiezan a destacar.
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El primero, el de Ana Pastor, el mejor currículum del PP en la Cámara Alta: exministra de Fomento y de Sanidad y expresidenta del Congreso, entre otros cargos. Pero también diputados como Mario Garcés, abogado, interventor e inspector de Hacienda y exconsejero del Gobierno de Aragón, y Marta González, doctora en Historia y alto cargo del propio Feijóo entre 2009 y 2011. Pero todo son, de momento, especulaciones.
De lo que sí dio pistas el nuevo líder es acerca de los integrantes de su nueva dirección en el partido. “Debe haber miembros del Gobierno [gallego] que puedan asumir secretarías ejecutivas a nivel nacional porque los conozco muy bien y pueden aportar mucho a la política nacional“, anunció rompiendo su tradicional hermetismo en una rueda de prensa celebrada en Santiago. Inmediatamente, todas las miradas se han dirigido hacia Francisco Conde, el actual vicepresidente segundo y conselleiro de Economía e Industria de su gobierno.
Conde, doctor en Economía, profesor de Estructura Económica y amigo personal de Feijóo desde hace años, le acompaña en el Gobierno gallego desde que el actual presidente ganó sus primeras elecciones en el año 2009. Primero como asesor y después en calidad de conselleiro. Y tiene exactamente el perfil que el nuevo líder del PP busca para Génova 13. Con la ventaja, además, de situar al frente de la estrategia económica del partido a alguien de su absoluta confianza y a quien atribuye gran parte de la gestión de la Xunta de la que él siempre presume. El vínculo entre ambos es muy estrecho. Fuentes próximas al conselleiro certifican que Conde sólo entró en política "por amistad".