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1999: muñecos con "carteles proetarras" en el Mundial de Atletismo de Sevilla

1999: [...] | Sección Historia

El 21 de agosto de 1999, todos los diarios traían en primera página la inauguración del Campeonato Mundial de Atletismo, que tenía lugar en Sevilla y cuya apertura se realizó con no pocas anécdotas e incidentes. El príncipe de Asturias presidiendo el acto, un joven Joaquín Cortés deleitando al público con el mito de Hércules, dos Giraldillas falsas haciendo incursión y bailando durante casi 20 minutos con proclamas por el acercamiento de presos de ETA, descensos de activistas desde el graderío con cuerdas para repartir octavillas, un atleta británico dejándose llevar por los tópicos españoles... Ese mismo día, algunos diarios también recogían la intención del Partido Popular de subir las pensiones evocando el Pacto de Toledo y llegaban a las redacciones los primeros balances sobre el terremoto más mortífero de la historia de Turquía. Este verano, infoLibre repasa la historia española reciente a partir de las portadas de los principales periódicos de la época, un espejo de los temas que llenaban el debate público en las vacaciones de entre 1978 y 2002.

 

Con efusiva solemnidad presentaba el periódico ABC la noticia de la apertura del Campeonato Mundial de Atletismo en Sevilla: "Más de dos mil deportistas de doscientos países inician hoy la lucha por las medallas, en un grandioso espectáculo de superación y esfuerzo". Ello acompañado por una dimensionada fotografía de la delegación española de la competición marchando con la bandera nacional en un pequeño mástil. El diario monárquico no olvidaba mencionar, al inicio del breve informativo y en letra gruesa y capital, que la ceremonia de apertura estuvo presidida por el príncipe de Asturias. Cada cabecera ponía el foco en una cuestión del evento. En su caso, La Vanguardia utilizaba una fotografía de la aplaudida actuación del bailaor Joaquín Cortés y arrancaba la crónica de portada destacando su "escenificación del mítico Hércules, el hilo conductor" y su "broche final a la ceremonia inaugural", para inmediatamente después informar sobre el incidente que hizo políticamente memorable el acto.

 

La mascota del Mundial de Atletismo de ese año fue la Giraldilla, una versión infantil de la veleta de la Giralda de Sevilla. Ocurrió que, a mitad del espectáculo, dos activistas subieron al escenario vestidos de Giraldilla y con carteles en inglés por la "repatriación de los presos vascos", en referencia a la política penitenciaria de dispersión de los presos de ETA. El diario El Mundo tituló: "Mascotas de Sevilla '99 exhiben ante medio mundo carteles proetarras" y, a pesar del dispositivo de seguridad del campeonato, consiguieron mezclarse y bailar con el resto de Giraldillas. En total, 20 minutos en antena en más de sesenta televisiones de todo el mundo. El País informaba sobre una audiencia de "más de 3.500 millones de telespectadores en todo el planeta". Pero la acción de protesta de los activistas vascos no terminó ahí: "Pocos minutos después, tres jóvenes se descolgaron, por medio de cuerdas, desde el segundo graderío, portando el mismo mensaje", relataba en su crónica El Mundo, que apuntaba que la acción "fue completada por un grupo de personas que, durante el desfile de la delegación española, repartió octavillas entre el público en favor de los presos vascos". Un cómputo de 11 detenidos, que fueron acusados por la policía de apología del terrorismo, resistencia a la autoridad y desórdenes públicos, si bien fueron puestos en libertad transcurridas 24 horas. En junio de 2000, la sentencia absolvió de "desórdenes públicos" a todos ellos excepto a dos, que recibieron condenas de seis meses y un año de prisión por "resistencia" y "atentado a la autoridad".

La otra gran portada del día sobre el Mundial de Sevilla la puso Diario 16, que resolvió la cita con el atletismo con una fotografía de Colin Jackson en la que el deportista británico "se abona al peor tópico cañí". La información parecía tener la doble intención de apoderar la atención de la portada y ridiculizar el estereotipo del español-torero cuyas prendas, para más sátira, iban patrocinadas por la marca deportiva Puma. "Sevilla inició su fiesta atlética", titulaba el periódico de la Transición, que por aquel entonces ya estaba en sus últimas debido a la quiebra, subasta pública y relanzamiento del diario.

La economía "permite" subir las pensiones

 

El otro tema de actualidad ese 21 de agosto eran las declaraciones del portavoz del PP, Luis de Grandes, que había aseverado que la mejora de la economía española "permite soportar una subida de las pensiones por encima del IPC previsto". El Partido Popular estaba en el Ejecutivo nacional y en marzo del siguiente año había elecciones generales. Para esta medida, las armas del PP eran el Pacto de Toledo, aprobado cuatro años atrás para garantizar un sistema público de pensiones, y una proposición no de ley "en la que se solicita la constitución de una comisión para que haga balance de la aplicación del llamado pacto de Toledo", explicabaLa Vanguardia.El PP contaba con el apoyo de Convergència i Unió y Coalición Canaria en su convocatoria "urgente" del Pacto para "discutir en su seno una posible subida de las pensiones" (El País). Y en el Congreso se daba la doble situación de que PSOE perseguía el apoyo de CiU, que no parecía del todo conforme con el acuerdo que mantenía con el PP y que observaba con recelo la subida de las pensiones no contributivas de la Junta de Andalucía de la mano del socialista Manuel Chaves.El terremoto más mortífero de TurquíaDesde el 17 de agosto, los mecanismos de ayuda humanitaria internacional trabajaban en Turquía para socorrer a las decenas de miles de víctimas del terremoto más trágico de su historia. La ONU ya estimaba la cifra de muertes: 40.000. Y de heridos: 30.000. El movimiento sísmico había tenido su epicentro en torno a la ciudad de İzmit, a 130 kilómetros de Estambul, y había registrado una magnitud de 7,4 grados en la escala de Richter.Durante los 37 segundos que duró el terremoto, la "placa tectónica de Anatolia se desplazó a lo largo de la falla que la separa de la placa eurasiática liberando una cantidad de energía similar a 132 bombas atómicas", explicaba La Vanguardia en el décimo aniversario de la tragedia. Miles de viviendas, edificios e industrias −el terremoto se produjo en la parte occidental de Turquía, la más industrializada− cayeron destruidas o resultaron fuertemente dañadas. Los periódicos españoles describieron el suceso como "tragedia", "la peor catástrofe" o "devastador terremoto". Cuatro seísmos sacudieron el corazón del antiguo Imperio Otomano después de 1999, si bien ninguno superó los seis grados en la escala de Richter ni tal número de pérdidas humanas y materiales. La Vanguardia.

2000: "El 'Kursk' no tiene ni un superviviente"

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El PaísManuel Chaves

terremoto más trágico de su historia

 La Vanguardia después de 1999

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