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Escribir para quien no está para que esté

Alfonso Salazar

Isla con madre

Andrés Neuman

La bella Varsovia (2023)

Se han cumplido veinte años de la edición de Una vez Argentina, un libro que colocó a Andrés Neuman en el espacio preeminente que hoy en día ocupa y que podemos considerar uno de los mejores libros de este siglo escritos desde el Sur. En aquella ocasión, Neuman nos sorprendió con una narración entre la realidad y la ficción que bebía de su vida y de sus ascendientes. Ahora se denomina autoficción a una suerte de contar a partir de la autobiografía ficcionada. Sabemos que "autoficción" es un oxímoron, y como todo oxímoron alumbra una nueva realidad sobre las cenizas de realidades de siempre: que el artista tira de sus experiencias y, siendo fiel a la verosimilitud, compone el texto más allá de sus deudas que ahora el mercado quiere respaldar con su "basado en hecho reales".

El artista imagina y hace. El artesano, ve y hace, reproduce. Por eso, no hay arte sin elaboración. Difícilmente los avatares de la vida se reflejan en la elaboración de la pieza del artesano: no solemos apreciar que en aquella caja de taracea muestra la alegría del día de la elaboración, o que aquella pieza de alfarería refleja el dolor de tal momento, de aquella mañana de trabajo y barro... Sin embargo, en el artista (en el escritor, en el poeta) sus deseos, anhelos, alegrías y desgracias plagan la obra. Y por esta misma razón, muchas manifestaciones que pretenden ser artísticas, se quedan en artesanales, en simulaciones, sobre todo cuando se tratan de esa expresión espontánea, alocada y automática que simula la realidad inmediata de las redes sociales y, tal y como exige la rapidísima elaboración de hoy en día, llegan los poemas a borbotones. Se agradece el esfuerzo de Andrés Neuman por dejar en reposo el tiempo suficiente unas notas, tomadas en momentos tan difíciles, que son la mimbre de Isla con madre.

Hace dieciséis años, tras una penosa enfermedad, Delia, la madre de Andrés, falleció. Su familia (un marido, dos hijos) la cuidó hasta el final. De eso se trata, de "cuidar", a la persona y a la palabra, a la memoria. En aquellos días, entre salida y entrada del hospital, entre el ascensor y el sillón, Andrés Neuman comenzó a anotar breves semillas de poemas. Cuando Delia falleció, cuenta Andrés, esos "papelitos", esas notas, terminaron en el fondo de un cajón.

Fue cuando nació su hijo, años después, cuando Andrés Neuman reparó en que era un padre huérfano, que no podía presentar su hijo a la abuela. En los versos de Isla con madre yo también me he averiguado como padre huérfano, me he reconocido y he reconocido una desazón que no sabía nombrar, hasta ahora. Andrés elaboró el duelo durante casi quince años; cuando reparó en que no haber leído esas notas dolía más que leerlas, comenzó un trabajo de selección, reconstrucción, respetando el "crudo balbuceo" que sirvieron de parrilla a esas notas. Así surgió este libro, a través de una larga elaboración, como nace el acto artístico: de la emoción a la elaboración para poder presentarla a quien lea. Es necesario que cada libro tenga su génesis, su historia que contar, para que la poesía no quede en un simple acto ególatra, sino que sea cosecha que compartir, en un alivio comunal. Como comenta Andrés Neuman: "Hay que escribir para quien no está no porque no está, sino para que esté". Así nos evocamos todos.

Un 'match' que alivie la soledad

La isla es el arquetipo y la alegoría, la tierra rodeada de mar es tierra, pero tiene el mar como camino. Esa ambivalencia tierra-agua da sentido a los poemas de Isla con madre, entre aquí y allá, entre Argentina y España, ciudad grande y ciudad pequeña, literatura y música, árbol y mar, lo uno indisolublemente unido a lo otro. Isla con madre recupera el acento de la infancia del autor, un suave "voseo" recorre los breves poemas. El voseo es efecto de esa voz en segunda persona que interpela, enhebra un diálogo con alguien que no está, pero (sin más remedio) es un dialogo hacia alguien que aún no lee: el hijo, a quien ya dedicó Neuman Umbilical y quien protagonizará su próxima publicación. Pues el autor, como en Una vez Argentina, sigue elaborando con el material de la biografía y la atenta observación.

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Alfonso Salazar es escritor.

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