Patriotas, ¿qué patriotas?
Este último fin de semana se han reunido en Madrid lo mejor de cada casa, han pretendido darnos lecciones de patriotismo a todos los ciudadanos europeos, pero, puesto que estaban en Madrid, hablemos solo de esos “patriotas” españoles.
Creo que para ser patriota, es condición imprescindible saber algunas cosas de esa patria, su historia política, militar, social, económica. Ellos ignoran la mayoría de esas cosas y se limitan a inventarlas, a retorcer la verdad para que les quede un lacito rosa en el mundo de los unicornios. Pues bien, como hace la verdad saliendo del pozo en el cuadro de J.L. Gerome que ilustra este artículo, salgamos enfadados y con el látigo en la mano.
Estos patriotas presumen principalmente de dos guerras, una la civil y otra la reconquista, ambas son guerras entre españoles que querían patrias diferentes, supongo que para estos patriotas, Granada o Córdoba son tan españolas como Madrigal de las Altas Torres, por tanto Boabdil o Abderraman III son tan españoles como Isabel La Católica, lo cual sería tema para otra reflexión.
Pero ahora reflexionemos sobre los amigos de la patria, este fin de semana los patriotas han ensalzado al presidente Trump y merece la pena que veamos cuál es la historia de las relaciones de nuestra patria con la de ese presidente, casualmente nieto de emigrantes. Veamos algunos hechos.
Los Estados Unidos de América, bueno, una parte —la formada por las 13 colonias— comenzó su guerra de la independencia en 1775, se declaró independiente en 1776 y fueron reconocidos por Inglaterra en el Tratado de París de 1783. España participó activamente a favor de los estadounidenses, recordemos al malagueño Bernardo Gálvez.
Ya en 1783 existe un informe aconsejando a Carlos III que se tomen medidas contra la posible actuación antiespañola de los recién independizados EEUU.
En 1797 los Estados Unidos de América junto a Inglaterra firman el Acta de París con algunos independentistas iberoamericanos para conseguir la caída del imperio español a cambio de obtener beneficios, por ejemplo, con las dos Floridas y la Luisiana.
Como estamos viendo, ya desde su propia fundación los Estados Unidos de América comenzaron a conspirar contra España, a pesar de haberles sido de crucial ayuda para su propia independencia, ¿Cómo llamamos a eso?
En 1898 provocaron la guerra entre las dos naciones con la voladura del Maine, en una acción bastante clara de falsa bandera, según los investigadores, lo que nos lleva a la pérdida de los restos del imperio español: se perdieron Cuba, Puerto Rico, Filipinas y algunas otras islas del Pacífico.
Ya en tiempos más próximos, al acabar la II Guerra Mundial, nos dejaron al único dictador fascista de Europa y, por supuesto, no nos aplicaron el plan Marshall, nada que agradecerles.
No contentos con mantener al dictador, lo blanquearon facilitando su entrada en la ONU a cambio de ponernos las bases de Torrejón, Zaragoza, Morón y Rota, eso sí, nos lo pagaron con leche en polvo de la Agencia de Ayuda USAID, la misma que está cerrando la actual administración Trump.
Con el decrépito dictador agonizante, nuestros “amigos” americanos prefirieron colaborar con Marruecos para montarnos La Marcha Verde y conseguir que nuestro recién estrenado monarca Juan Carlos I y el ejército del que es máxima autoridad, salieran con el rabo entre las piernas dejando el Sahara español a su “hermano” Hasan II, hoy en día y a pesar de ser aliados en la OTAN, nuestros agradecidos amigos americanos siguen ayudando a Marruecos contra los intereses de España.
Me gustaría que nuestros patriotas de Vox vinieran a la campiña cordobesa a explicárselo a los aceituneros, olivareros y viticultores y que les expliquen que todos esos aranceles son por nuestro bien
Pues bien, a esos amigos entrañables, es a los que nuestros autodenominados patriotas quieren que les pongamos la alfombra roja para que no se manchen la suela mientras les limpiamos las botas y de paso nos suban los aranceles al acero, al aluminio, a las aceitunas, al vino, y a lo que se les ocurra, me gustaría que nuestros patriotas de Vox vinieran a la campiña cordobesa a explicárselo a los aceituneros, olivareros y viticultores y que les expliquen que todos esos aranceles son por nuestro bien.
En los tiempos que corren, no debemos contener a la verdad saliendo del pozo.
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Ángel Díez es socio de infoLibre.