La presidenta (I)
La señora presidenta del CGPJ regaña, siendo la enésima injerencia verbal agresiva del poder judicial en las competencias del ejecutivo sin que a nadie llame la atención, con motivo de los descacharrantes sumarios instruidos presuntamente por un excéntrico a la par que tan coincidente como sincronizado con los ritmos, tiempos y necesidades de los partidos de la oposición al gobierno de España.
Advierte del deterioro que las críticas acerca de los coincidentes autos y resoluciones en momentos delicados del trabajo político parlamentario, sin reparar o reparando en las interferencias, siempre beneficiosas para los intereses de los partidos de la oposición frente al gobierno progresista de España, proporcionando ocasión a las lenguas de doble filo de ofender el honor e injuriar, amparados en la inmunidad parlamentaria, con tan débil argumento como pueda ser un chascarrillo difundido por una empresa que al igual que otras ya condenadas por extorsión o chantaje. Ahora medran en este nuevo filón, renunciando al cobro por silenciar basura incierta pero dañina, tanto, que su sola mención lacera irreparablemente la reputación de los aludidos, que durante meses se verán asediados en los telediarios de mañana, tarde y noche por el acoso mediático, obligados a comentar y dar vuelo a cuanta porquería haya tenido a bien fabular la redacción del digital especializada en fabricar leve sustento a las investigaciones que miembros indignos del poder judicial sirven en bandeja de plata al lucimiento de jefes y portavoces de frustrados partidos con aspiraciones a gobernar el país. Proporcionando ocasión de usarla batería de epítetos torvos y calificativos groseros que cual niños repipis declaman, pero carentes de lo que hay que tener, el respaldo de la mayoría de los representantes de la voluntad popular elegidos en el Congreso de los Diputados.
Su sola mención lacera irreparablemente la reputación de los aludidos, que durante meses se verán asediados en los telediarios
Presumo que las bienintencionadas reconvenciones y amonestaciones de la señora presidenta del CGPJ dirigidas a miembros del Gobierno, con su presidente a la cabeza, así como a militantes destacados de los partidos que sustentan al gobierno progresista de España, a irreprochables funcionarios públicos de la administración de justicia, pretenden proteger la necesaria independencia de nuestros jueces a la hora de dictar resoluciones sólidamente arraigadas en argumentos de peso. Nada que ver con folletines que el viento trae y lleva hasta que perdido el interés desaparecen sin dejar otro saldo que el de reputaciones injustamente maltratadas durante desmesurados períodos de tiempo.
Del mismo modo, se pretende intimidar a periodistas ejemplares, acreditadas mujeres y hombres, avalados por sólidas y prolongadas trayectorias profesionales recurriendo a la presunción del derecho al honor de descuideros fiscales presuntos. Me duele pensar que la señora presidenta del CGPJ no repara en que algún miembro del Consejo que ella preside no respeta la toga ni las inmaculadas puñetas de que se prevale para atacar, torpedear y en su caso impedir presuntamente el normal desarrollo del trabajo que el poder ejecutivo y legislativo, también pilares fundamentales del Estado de derecho que disfrutamos o sufrimos por estas intempestivas y puntuales irrupciones, siendo esta minoría de jueces que aparentemente sincronizan y supeditan su acción a las necesidades que los partidos de la oposición manifiestan para poder descargar la batería de sospechas, conjeturas y ocurrencias con que pretenden envolver la realidad objetiva de un país que funciona y obtiene logros no pequeños, para así crear la ilusión descabalada de dictadura, corrupción sistemática como ocurriera en tiempos pasados lejanos y recientes
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Fernando Pérez Martínez es socio de infoLibre.