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La dudosa diversidad de los Oscar

La gala de los Oscar dejará el próximo domingo, y gane quien gane, una imagen histórica. Hacia el final de la ceremonia (a partir de las cinco de la tarde en Los Ángeles, dos de la madrugada en España), la gran pantalla del Dolby Theatre mostrará los rostros de los cinco nominados a mejor dirección: Guillermo del Toro, Jordan Peele, Greta Gerwig, Christopher Nolan y Paul Thomas Anderson. Por primera vez, los hombres blancos no hispanos, el sector de la población más representado en los galardones de la Academia de Hollywood, serán minoría. Un hispano (Del Toro), un hombre negro (Peele) y una mujer (Gerwig) coinciden en la categoría mixta más relevante. Algo está cambiando en los Oscar. 

Pero, ¿es suficiente? Gerwig, con su ópera prima Lady Bird, es solo la quinta mujer en ser nominada en la categoría de mejor dirección. Nueve años la separan de Kathryn Bigelow, primera ganadora de la historia por En tierra hostil. Tres más de los que mediaron entre esta y Sofia Coppola, que optó al galardón por Lost in translation en 2004. La suerte de los afroamericanos no es mejor: de nuevo, solo cinco han sido candidatos. Exceptuando al pionero John Singleton, con Boyz n the hood en 1991Boyz n the hood, las nominaciones han llegado en los últimos cinco años, pero ninguno de ellos se ha hecho con la estatuilla. Y ninguna mujer afroamericana ha sido nominada a mejor dirección en las 90 ediciones de los Oscar. Los hispanos (hombres) han sido, por su parte, la minoría más reconocida en esta categoría: nueve nominaciones y cuatro victorias, tres de ellas en los últimos cinco años (una para Cuarón y dos consecutivas para Iñárritu). 

Es solo un ejemplo del fenómeno que tiñe todas las categorías de los galardones. La representación de etnias y géneros entre los candidatos no se corresponde con la proporción que estos ocupan en la sociedad estadounidense. El censo de este país reconoce seis grandes grupos raciales: blancos, negros, nativoamericanos, de origen asiático, nativos de Hawaii o de Oriente Medio. A estos se añade con frecuencia la categoría hispano o latino, que sin embargo se considera una etnia. Los blancos no hispanos constituyen alrededor del 60% de la población, pero suponen más del 80% de los productores nominados, el 80% de las nominaciones en las categorías de interpretación o la totalidad de las candidaturas de efectos especiales. 

Ciertos avances en algunas categorías pueden generar la ilusión de que la diversidad es mayor en todas ellas. En guion original, por ejemplo, cuatro de cinco candidaturas cuentan con mujeres o personas racializadas. Compiten Peele, Gerwig y Del Toro (junto a la escritora Vanessa Taylor), pero también Emily V. Gordon y el cineasta pakistaní Kumail Nanjiani por The big sick. Si se mira a guion adaptado, sin embargo, el panorama es menos esperanzador. Virgil Williams y Dee Rees, creadores afroamericanos tras Mudbound, se enfrentan a siete hombres blancos en otras cuatro candidaturas. No hay ningún artista racializado en la categoría de fotografía, y tampoco en montaje, música original o diseño de producción. Solo el portugués Luis Sequeira se impone en diseño de vestuario, como Kazushiro Tsuji en maquillaje y peluquería. 

De igual modo, en canción original compiten cinco hombres y mujeres afroamericanos en tres candidaturas. Pero en música original, todos son hombres blancos no hispánicos. De hecho, la única mujer en optar a esta estatuilla en los últimos veinte años fue Mica Levi, por la banda sonora de Jackie, en la pasada edición. Solo cuatro mujeres lo han hecho en toda la historia de los premios. Dos de los actores protagonistas que la Academia destaca son afroamericanos (el británico Daniel Kaluuya por Déjame salir y Denzel Washington por Roman J. Israel, Esq.), pero ningún intérprete racializado compite por el Oscar al mejor actor secundario. Aunque hay dos mujeres afroamericanas compitiendo en la sección femenina de esta categoría (Mary J. Blige por Mudbound y Octavia  Spencer por La forma del agua), ninguna lo hace como actriz principal. Ninguna otra minoría está representada en estas categorías. 

De hecho, el almuerzo de nominados de este año ha estado marcado por las protestas de la comunidad hispana, que prepara su propia campaña de cara a los premios siguiendo la estela del movimiento #OscarsSoWhite (que se traduciría como "Unos Oscar demasiado blancos"). Es difícil saber si lograrán tener algo de protagonismo en una gala en la que Guillermo del Toro parte como ganador y en las que las reclamaciones de las activistas del #MeToo tendrán especial protagonismo. Pero los activistas latinos blanden las cifras: aunque suponen casi un 18% de la población estadounidense, un estudio reciente publicado por la Universidad de Carolina del Sur revelaba que solo el 3% de los personajes con diálogo en las películas más populares de la última década eran hispanos. Esta es la sexta edición consecutiva en que ningún intérprete latino opta a los Oscar (La forma del agua tampoco incluye a ninguno en su casting), solo uno ha ganado la estatuilla a mejor actor (José Ferrer por Cyrano de Bergerac en 1951) y ninguna mujer lo ha logrado aún. 

Y en las categorías menos glamurosas, el cómputo es peor. Solo 8 de los 30 productores nominados a mejor película son mujeres, y solo cuatro son personas racializadas. Solo uno de los 25 candidatos en las categorías de sonido es una mujer. Solo dos de los seis nominados a mejor maquillaje y peluquería es una mujer. Solo uno de los 16 contendientes en las categorías de mejor guion es una mujer racializada. Solo 4 de los 14 afroamericanos nominados son mujeres. Solo hay ocho personas de origen asiático nominadas en total. 

De camino a la noche de los Oscar hay, sin embargo, algún motivo de esperanza esperanza. O, como dijo Halle Berry al recoger la estatuilla a mejor actriz protagonista en 2002, la primera vez que lo hacía una mujer afroamericana, alguna "puerta que se abre". Rachel Morrison ha sido la primera mujer en ser nominada en la categoría de fotografía. El cineasta Yance Ford ha sido el primer hombre trans nominado, por su documental Strong island. Mary J. Blige ha sido la primera mujer negra en optar a dos estatuillas en el mismo año. Jordan Peele ha sido el primer afroamericano en optar a mejor dirección, guion original y película en la misma edición. Otra cosa es que la puerta permanezca abierta

 

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