'Futbolín', de J. J. Campanella, nominada a mejor película de animación
“Tenemos que romper el prejuicio de que solo pueden hacerlo Pixar o Dreamworks”
El fútbol es pasión y emoción, amistad y lealtad, competición y superación. El fútbol es todas estas y muchas más cosas que riman entre ellas. También con negocio. Con corrupción, con trampas y engaños. Con codicia y evasión. Partiendo de esas ideas, cabría imaginar a un nutrido grupo de espectadores y fanáticos del balompié negándose a ver lo nuevo de Juan José Campanella, Futbolín, de estreno este viernes en las salas españolas. Pero el radical cambio de registro del director, oscarizado autor de El secreto de sus ojos y El padre de la novia, que firma con esta la primera película de animación en 3D de Argentina; el fantástico dominio técnico que esta demuestra y un trasfondo teñido de amor, camaradería y fe en uno mismo, bien valen una buena sesión de cine familiar.
“Nunca pienso si al público le van a gustar mis películas”, asegura el cineasta, que ha presentado la película esta semana en Madrid. “Si te describo mis películas, por ejemplo El hijo de la novia, dirías: 'Esto es una peli que no va a ver nadie'. Pero no lo pensé”. Lo que siempre tuvo en mente fue la idea de, al menos por una vez, probar en los terrenos de la animación. Un género que, afirma, le ha gustado desde siempre. “Tenemos que romper el prejuicio de que esto solo pueden hacerlo Pixar o Dreamworks”, defiende, al tiempo que deja caer que quizá sí se lance a hacer una secuela. “Esa fue nuestra intención, la de nuestro equipo de españoles y argentinos”.
Con el corazón partido entre España y Argentina, la película se ha presentado en ambos países bajo una diferente envoltura: si aquí se llama Futbolín, allá se llama Metegol. Y si acá la han doblado, entre otros, Michelle Jenner y Arturo Valls, allí los encargados de darle voz han sido Lucía Maciel y David Masajnik. También el propio Campanella, que ha locutado a siete hombrecillos animados. “Había personajes chiquititos que no estaban casteados, y otros personajes que iban surgiendo durante el proceso, que iba grabando yo”, explica. “Cuando vinieron actores a grabarlos, ya nos habíamos acostumbrado y quedaron los míos”.
Con el cambio de acento, en la versión española, dice Campanella, se han dado una serie de “hallazgos de humor que no tiene la versión argentina”. En cualquier caso, subraya, ambas son versiones originales. “Los destinatarios son los niños: yo sé cómo hablan los españoles, y seguro que muchos españoles saben cómo hablan los argentinos, así que en una película para adultos no molestaría, pero los niños se quedarían muy afuera. Por ejemplo, ¿tú sabes lo que es un equipo de morondanga?”, explica Campanella sobre el porqué de haber realizado dos tandas de doblajes para el filme, cuya banda sonora firma Calle 13. A Ricardo Darín, habitual de su filmografía, no le llamó porque su voz no le iba para ninguno de los papeles: “Transmite a alguien mayor”, se ríe.
Arturo Valls, Juan José Campanella y Michelle Jenner en la presentación de la película.
Estrenada en el pasado festival de San Sebastián, donde fue la primera película de dibujos en abrir la competición, Futbolín es fruto de un trabajo de varios años que le han servido a Campanella de escuela intensiva de animación. “Fue un cambio muy grande: en cine, aunque sea mal, puedo hacer todos los roles: si tengo que iluminar una escena, del apuro salgo. Aquí todo se traslada a la imagen, aunque luego la imagen se dirige exactamente igual”, señala en relación al proceso de rodaje, que casi hasta el final -explica- se desarrolla con diseños en blanco y negro. “Cuando vimos la primera toma con texturas y colores, después de dos años y pico, casi nos ponemos a llorar. Creo que fue lo mismo que sintió Beethoven cuando compuso sordo la Novena sinfonía”.