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El Ingreso Mínimo Vital sólo llega a una de cada cuatro personas sin hogar

Una persona en silla de ruedas y tapada con una manta pide dinero en una céntrica calle.

La fundación Hogar Sí ha presentado los datos recogidos en su reciente investigación ¿Una protección estructural para toda la sociedad?, donde se expone el alto índice de personas en situación de sinhogarismo que no acceden al Ingreso Mínimo Vital, teniendo derecho a él. La investigación arroja el preocupante porcentaje de un 26% de personas en situación de sinhogarismo —casi una de cada cuatro— que sí acceden al IMV, siendo un 76% el total de encuestados que lo han solicitado.

"El IMV nació en el marco del escudo social de las acciones para paliar los efectos del covid-19 dentro de la Estrategia de Prevención y Lucha contra la Pobreza 2019-2023", detalla José Manuel Caballol, director general de Hogar Sí, en relación el origen de esta ayuda. Las cifras del informe recogen más de 350 entrevistas realizadas a potenciales beneficiarios de las ayudas y a profesionales encargados de la gestión del IMV.

Entre las personas a las que se deniegan las ayudan, hay un 32% que dice desconocer las causas que alega la Administración. En total, hay un 50% de reclamaciones que se resuelven con silencio administrativo.

Además, revela la fundación, otro 46% de las personas sin hogar no llega siquiera a solicitarlo. ¿La razón? Desde la organización apuntan a varias causas a partir de las respuestas facilitadas por los funcionarios. "Las organizaciones del tercer sector somos el canal principal de información y gestión del IMV en el caso de las problemáticas de exclusión más severas como es el caso del sinhogarismo pero esto debe cambiar", explica Caballol.

A ello se suman las habituales trabas burocráticas, una serie de trámites de especial dificultad para personas que, por norma general, tienen el acceso a la información mucho más limitado. "No se puede tener a personas en situación de extrema necesidad de un lado a otro recopilando documentación que está en manos de las administraciones", detalla Caballol. Una denuncia que ya se lanzó desde la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, y que ahora resaltan en Hogar Sí.

¿Y qué soluciones se pueden dar? Teniendo en cuenta la dificultad que ha entrañado lograr este derecho, resulta decepcionante, cuando no peligroso, que las ayudas no terminen de llegar a sus destinatarios por fallos en la gestión. Así, desde la fundación proponen medidas como la creación de una red de oficinas a cargo del Instituto Nacional de la Seguridad Social, facilitar la lectura en las solicitudes o ampliar el cauce más allá de internet. Estas demandas viene motivadas por las respuestas de más de un 90% de profesionales de la Administración, que reconocen poca o nula autonomía para realizar la solicitud dentro del sistema.

371 euros para sobrevivir

Hogar Sí ha destacado igualmente la precariedad del Ingreso Mínimo Vital, que está limitado a 371 euros por solicitante. Una cuantía generalizada que atiende a todas las personas demandantes sin valorar mayores criterios, como el lugar de residencia, las necesidades añadidas o demás personas a cargo. Así se explica que un 68% de personas en situación de sinhogarismo consideren el IMV inútil para lograr la autonomía de vida.

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