Un trabajador necesitaría cuatro vidas para ganar lo mismo que percibe en un año un directivo del Ibex
"Los altos ejecutivos nos dicen que necesitamos mantener los salarios bajos mientras ellos y los accionistas de sus empresas se embolsan cantidades desorbitadas", explica Franc Cortada, director general de Oxfam Intermón. Un nuevo análisis de la ONG con motivo del Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajo, revela que, con datos de 2021, una persona trabajadora en España necesita trabajar más de 147 años para lograr la retribución anual promedio de un consejero ejecutivo del Ibex 35. Es decir, necesitaría más de cuatro vidas laborales.
Esta brecha, según Oxfam, sólo ha podido empeorar durante el último año debido a la crisis de precios del año 2022. "En un día en el que deberíamos celebrar a la clase trabajadora, esta flagrante desigualdad resulta a la vez alarmante y, tristemente, nada sorprendente", defiende Cortada que recuerda que llegamos a este Primero de Mayo tras "años de austeridad y ataques a los sindicatos" que han provocado que se incremente "la brecha entre los más ricos y el resto de la población".
De entre las principales economías analizadas por Oxfam, España es el país en el que los trabajadores han perdido más poder adquisitivo. En concreto, los salarios se desplomaron un 5,5%. Esta cifra equivale a 1.523 euros menos y a 11 días de trabajo. "La mayoría de las personas trabajan más tiempo por menos dinero, y no pueden hacer frente al aumento del coste de la vida", admite Cortada.
Esta realidad contrasta con los abultados beneficios de las grandes compañías. Los dividendos de las empresas del Ibex 35 aumentaron hasta los casi 26.000 millones de euros, es decir, se dispararon un 26,8 % más que en 2021. Un buen año, pese a la guerra y la inflación en el que recuperaron lo perdido durante la pandemia y el titubeante 2021.
Los salarios bajaron un 3,19% en todo el mundo
Pero estas cifras no sólo se dan en España. A nivel mundial, los salarios bajaron un 3,19% y mil millones de trabajadores de 50 países han visto cómo sus sueldos se recortaron de media en 685 euros en 2022. Esto supone una pérdida conjunta de 746.000 millones de dólares en términos reales si se compara con lo que habrían ganado si los salarios hubieran crecido al mismo ritmo que la inflación. "Los Gobiernos deberían dejar de apoyarse solo en subidas de tipos de interés y la austeridad para aplacar la inflación", argumenta Cortada.
¿La receta de Oxfam? "Deberían aumentar la presión tributaria sobre los que más ganan, introduciendo tipos marginales máximos más altos", explica su director general. Los Gobiernos, sostiene Cortada, "deben garantizar que los salarios mínimos se actualizan con la inflación, y promover acuerdos plurianuales por sectores o empresas que faciliten la recuperación salarial, especialmente de los salarios más bajos, estableciendo objetivos concretos de aumentos vinculados a la evolución de los márgenes empresariales". Además, recuerda que "todas las personas deben poder ejercer su derecho a la sindicación, la huelga y la negociación colectiva".
Si se analiza esta brecha por países, España está en el mismo grupo que Brasil, donde los salarios disminuyeron un 6,9%, EEUU, con un recorte del 3,2%, o Reino Unido, con una rebaja del 2,5%. En cambio, en el otro lado de la moneda están los sueldos de los altos ejecutivos: en EEUU, India, Reino Unido o Sudáfrica aumentaron un 9% en términos reales. Una cifra que se eleva hasta el 16% sin ajustar por la inflación.
Por ejemplo, un empleado medio de EEUU tendría que trabajar 413 años para igualar el salario anual de uno de estos directores ejecutivos mejor pagados del país. Un ejecutivo en India gana en cuatro horas lo que un trabajador medio en todo un año. Los dirigentes ejecutivos mejor pagados de Sudáfrica ganaron en 2022, 43 veces más que el trabajador medio.
86 de cada 100 euros de dividendos son para el 10 % de la población
Pero la brecha salarial no se reduce solo a los directivos. Los dividendos de los accionistas a nivel global lograron un récord de 1,56 billones de dólares en 2022. Esto supone un aumento del 10% si se compara con 2021. Todas estas cifras, según explica Oxfam, se basan en los datos más recientes publicados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y organismos gubernamentales de estadística.
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Oxfam denuncia que los desorbitados pagos a accionistas benefician a los más ricos de la sociedad, exacerbando así la desigualdad. En España, por poner sólo un ejemplo, 86 de cada 100 euros repartidos como dividendos y otros rendimientos financieros acaban en manos de apenas un 10 % de la población.
Además, Oxfam recuerda que uno de cada cinco países no grava las ganancias de capital, según un reciente análisis de la ONG. La tasa impositiva promedio sobre este tipo de ingresos es solo del 18%, es decir, mucho menor que los impuestos sobre los ingresos del trabajo. El tipo marginal máximo en España se encuentra en el 26%, muy por debajo del aplicado sobre las rentas salariales más altas, un 47% en el tramo estatal. "Los Gobiernos deben poner en marcha o ampliar, si ya están en funcionamiento, los impuestos extraordinarios a los beneficios excesivos de las grandes empresas", apunta Cortada.
En España, los impuestos a la banca, las energéticas y las grandes fortunas entraron en vigor a finales de diciembre de 2022. En principio, se recaudarán sólo durante los dos próximos años, aunque al acabar 2024 el Gobierno evaluará los resultados de los tres nuevos gravámenes y decidirá si se eliminan o se convierten en permanentes. A pesar de las críticas por parte de los empresarios y de la oposición, según los cálculos del Gobierno el coste de ese gravamen para los grandes bancos equivale sólo al 0,06% de sus activos. "Las personas trabajadoras están cansadas de ser el chivo expiatorio cada vez que hay una crisis", reconoce Cortada, que señala que "la inflación también tiene que ver con cómo se distribuye la renta entre empresas, trabajadores y contribuyentes".