Las petroleras mantienen beneficios multimillonarios tras dejar atrás años de récord

Las mayores petroleras del planeta llevan meses mostrando signos de estancamiento tras los dos mejores años de su historia. Y las compañías españolas apuntan en la misma dirección. Este jueves, Repsol reveló que en 2024 ganó 1.776 millones de euros, un buen resultado, pero un 45% por debajo de 2023. BP y Galp también han recortado drásticamente sus beneficios, mientras que Cepsa, la segunda petrolera española, también ha empeorado su negocio petrolero, aunque aún no ha presentado sus resultados anuales.
La principal razón es el desplome de los llamados márgenes de refino, la diferencia entre el coste de adquisición o de producción del crudo y de la venta de sus derivados, como el gasoil, el queroseno o las gasolinas. Todas las compañías recogen una caída drástica de estos márgenes respecto los últimos dos años debido a que la producción global de combustibles ha crecido y paralelamente se ha estancado la demanda por la ralentización de la economía china y el auge del coche eléctrico.
El margen de refino de Repsol se desplomó a cierre de 2024 un 47% respecto al año anterior, desde los 9 dólares por barril hasta los 4,8 dólares. Y la caída es de casi el 80% si se compara con el segundo trimestre de 2022, cuando llegó a situarse en 23,3 dólares por barril, el récord de la compañía. Aunque Cepsa no ha publicado sus cuentas del año pasado, en enero sí adelantó que su margen de refino de 2024 cerró el año en 4,6 dólares por barril, un 30% menos que en 2023.
Los analistas explican que hace dos años se alcanzaron beneficios récord en el negocio del refino por el miedo que se instauró ante una posible escasez de combustibles. La capacidad global para procesar el crudo cayó durante la década pasada —solo en Europa se cerraron más de 15 refinerías entre 2010 y 2019— y durante la pandemia de la covid-19 algunas plantas no realizaron los mantenimientos necesarios para operar con normalidad. A esto se suma que en febrero de 2023 la Unión Europea prohibió todas las importaciones de combustibles producidos en Rusia como represalia a la invasión de Ucrania, lo que aumentó el temor a un desabastecimiento y disparó los precios de las gasolinas en Europa y Estados Unidos. Los márgenes de refino de las grandes petroleras se multiplicaron casi por 10 durante los siguientes meses, según la consultora Wood Mackenzie.
Un experto del sector de los combustibles explica que estos acontecimientos crearon las condiciones idóneas para el negocio de las energéticas, y la tormenta perfecta para los consumidores. "En mercado de los combustibles está siempre muy tensionado y los cuellos de botella como el de 2022 se traducen en márgenes por las nubes para las petroleras. De hecho, se habla mucho del precio del petróleo y de su impacto en los precios de las gasolineras, pero lo realmente importante es la capacidad que tienen las compañías para refinar, porque lo que consumen los coches es diésel, no petróleo", afirma.
Tras ese subidón, el mercado ha vuelto a su estado natural en apenas dos años y todas las compañías han recortado sus márgenes de refino, su principal fuente de beneficios. El precio del crudo y del gas en los mercados internacionales también ha caído notablemente tras dos años de crisis energética, de manera que extraer crudo y gas para revenderlo ha sido también menos lucrativo para las energéticas, según evidencian sus cuentas de resultados.
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Con todo y con eso, Repsol ganó el año pasado más de 1.700 millones y este jueves anunció su mayor reparto de dividendos en una década. La petrolera británica BP, la tercera en España por red de gasolineras, también desplomó su beneficio en 2024 un 97,5%, hasta los 369 millones de euros (frente a 14.774 en 2023). La portuguesa Galp, la cuarta por importancia en España, ganó 1.040 millones, un 16,3% menos. Todas ellas declararon un desplome en sus ingresos por refino, igual que Exxon y Chevron, las dos mayores petroleras de Estados Unidos.
En 2025 se espera que el mercado de los carburantes rebaje todavía más la tensión por el incremento de la producción, de manera que tanto el negocio del refino como el precio de la gasolina y el gasoil se suavice todavía más. La Agencia Internacional de la Energía calcula que la demanda global de crudo crecerá este año 1,05 millones de barriles al día, mientras que la producción aumentará en 1,8 millones, una diferencia de 750.000 barriles diarios. La agencia también señala que en este momento la capacidad de refino es la más alta de los últimos cinco años, y crecerá en 2025 en más de 500.000 barriles diarios.
El sector petrolero también tiene en el punto de mira la prohibición de vender coches nuevos de combustión en la Unión Europea y Reino Unido a partir de 2035, y algunas refinerías europeas ya han anunciado su intención de cerrar en los próximos años para evitar la sobreproducción y el hundimiento de los precios de los combustibles a principios de la próxima década.