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“¡Francia está en peligro!”: Marine Le Pen comparte el “análisis” de exgenerales retirados golpistas
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Es una “carta cargada de convicción y compromiso”, escrita por “hombres con apego a su país”. El texto, tal y como lo presentaba Valeurs actuellesValeurs actuelles, que lo publicó el 21 de abril –aniversario del 60º aniversario del golpe de Estado de Argel–, está redactado por generales retirados y llama nada menos que a un alzamiento militar ante el caos en el que, dicen, se encuentra sumida Francia. Un llamamiento que recibió alto y claro la presidenta de la Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, quien hizo saber que compartía el “análisis”, invitándoles incluso a unirse a su partido.
¿El análisis? Para estos militares, la gran mayoría de ellos de ultraderecha, “el momento es grave, Francia está en peligro”. El país está “desintegrándose”. Una “desintegración” provocada por “un cierto antirracismo” que no tendría otro objetivo que preparar “la guerra racial que desean estos odiosos y fanáticos partidistas”. Siguiendo la estela de las polémicas suscitadas por Jean-Michel Blanquer [ministro francés de Educación] y Frédérique Vidal [ministra de Universidades] sobre el “islamoizquierdismo”, estos generales consideran que Francia se encuentra, a día de hoy, amenazada sobre todo por quienes “hablan de racialismo, indigenismo y teorías decoloniales”.
Estos generales, muchos de los cuales se acercan a los 80 años, denuncian “el islamismo y las hordas suburbanas” que conducen al “desmembramiento de múltiples parcelas de la nación para transformarlas en territorios sometidos a dogmas contrarios a nuestra constitución”.
Aunque comienzan instando a “la aplicación sin falla de las legislación vigente”, y dicen estar dispuestos a “apoyar las políticas que tengan en cuenta la salvaguarda de la nación”, los generales advierten: si no se les escucha, “la laxitud seguirá extendiéndose inexorablemente en la sociedad, provocando al final una explosión y la intervención de nuestros camaradas en activo en una peligrosa misión de protección de nuestros valores de civilización y de salvaguarda de nuestros compatriotas en el territorio nacional”. Es difícil no ser más explícito en lo que supone una amenaza de un golpe militar para salvar al país.
Dos días más tarde, Valeurs actuelles, que no quería dejar pasar semejante ocasión, ofreció la tribuna a Marine Le Pen, que instó a estos generales a unirse a ella, asegurando “compartir” su “análisis”. “Suscribo el análisis y comparto la aflicción. Al igual que ustedes, creo que todos los patriotas franceses, vengan de donde vengan, tienen el deber de levantarse para la recuperación e incluso, digámoslo, la salvación del país”, escribió.
“La divergencia que me permito es pensar que una exhortación no sea suficiente para sacar a este poder fallido de sus hábitos culpables”, continúa la presidenta de la AN. Mientras estos militares anuncian que los “camaradas activos” están dispuestos a pasar a la acción, la presidenta de la AN, fingiendo no entender del todo la amenaza implícita del texto, les explica que no deben “quedarse en la fase de expresar la indignación, aunque sea poderosa”.
Para ella, pasar a la acción “requiere, en democracia, la búsqueda de una solución política que debe concretarse en un proyecto de alternancia que pueda ser validado por los franceses en las urnas”. Una aclaración legalista inmediatamente socavada por una última fórmula de lo más críptica: “Les invito a unirse a nuestra acción para participar en la batalla que se abre, que es ciertamente una batalla política y pacífica, pero que es sobre todo la batalla de Francia”. Una “batalla pacífica” o un “golpe democrático”... oximorones que, por sí solos, podrían resumir todas las ambigüedades del FN/AN desde su creación.
Desde la izquierda, las reacciones no se hacían esperar para denunciar a los militares sediciosos. Jean-Luc Mélenchon, que ha denunciado los hechos ante la Fiscalía, condenó inmediatamente en Twitter la “asombrosa declaración de los militares que se arrogan el derecho de pedir a sus colegas en activo que intervengan contra los islamoizquierdistas”. Benoît Hamon también protestó contra este llamamiento a un “golpe militar” apoyado por Marine Le Pen. Ambos apuntaron además, durante el fin de semana, la falta de reacción del Gobierno francés que finalmente llevó a la publicación de tres tuits, el domingo a última hora; la ministra de Defensa Florence Parly condenaba en ellos tanto la iniciativa de estos generales como el apoyo prestado por Marine Le Pen. En un artículo publicado el lunes en Libération, Florence Parly fustiga a “20 generales retirados, irresponsables, que sólo se representan a sí mismos”. “Querer politizar a los militares es un insulto a su misión”, se dirigió también a Marine Le Pen.
Aunque Valeurs actuelles, que fue portada la semana pasada el llamamiento a la “insurrección” de Philippe de Villiers [exeurodiputado de la derecha euroescéptica], ha conseguido sin duda la publicidad buscada, para Marine Le Pen, que no ha dejado en los últimos diez años de querer hacer respetable a su partido, el apoyo mostrado a estos partidarios de un golpe de Estado es bastante embarazoso.
El perfil de los firmantes que la presidenta ultraderechista aplaude muestra lo que el partido siempre ha tratado de ocultar: su profunda connivencia con los sectores más radicales de la ultraderecha. Saludar una amenaza de golpe de Estado: viejos aromas en el partido fundado por Jean-Marie Le Pen mano a mano con exmilicianos pronazis y figuras de la OAS...
Los firmantes de la tribuna ya están en su mayoría comprometidos con la extrema derecha y llevan años pidiendo, algunos, un alzamiento del Ejército ante una guerra civil considerada inevitable.
Jean-Pierre Favre-Bernadac, el administrador del blog Place d'Armes que promovió el texto, es un oficial retirado. Su perfil de Facebook está repleto de las publicaciones habituales de la fachosfera con artículos de Boulevard Voltaire o con vídeos conspirativos sobre el incendio de Notre-Dame. En 2016, hizo un llamamiento que da una idea de su posicionamiento político. “Por vuestras ideas cercanas al Frente habéis sido insultados, amenazados o algo peor. No permanezcais invisibles, poneos en contacto conmigo”, escribió en su página personal. En ese momento, ya firmó un artículo en el sitio web monárquico de la revista Politique para explicar que se estaba preparando una “guerra civil”. La causa de esta guerra no es todavía el “islamoizquierdismo”, sino “la ideología multiculturalista que ignora las realidades de una convivencia imposible”.
Otra figura conocida en la fachosfera, Christian Piquemal, es un exgeneral, expulsado del Ejército por su activismo de extrema derecha. Fue detenido tras participar el 6 de febrero de 2016 (otra fecha de aniversario para los facinerosos...) en una manifestación prohibida contra la “islamización de Europa”. Desde entonces se ha unido al Círculo Nacional de la Resistencia Europea, presidido por Renaud Camus.
En ese momento, su amigo el general Antoine Martinez, también firmante de la tribuna, creó un comité de apoyo para defenderlo. Este oficial retirado del Ejército del Aire participó en la creación de los “Voluntarios por Francia (VPF)”, tras los atentados del 13 de noviembre, para “defender la identidad francesa” y “luchar contra la islamización del país”. Mediapart reveló que el grupo de ultraderecha Acción de las Fuerzas Operativas, varios de cuyos miembros fueron detenidos en junio de 2018 por preparar un atentado contra los musulmanes, era una rama más “radical” de los VPF.
El general Martínez fue el promotor, en 2018, de una carta abierta en la que acusaba a Macron de “traición” por haber firmado el pacto de Marrakech sobre inmigración. Ya firmado por diez generales (que se encuentran, algunos, entre los firmantes de la actual tribuna golpista), el texto advertía al presidente en los términos más amenazantes. “Al decidir por sí solo la firma de este pacto, estaría añadiendo otro motivo de revuelta a la ira de un pueblo que ya ha sido maltratado. Sería culpable de negar la democracia e, incluso, de traición a la nación”. El texto estaba firmado por el general Tauzin, quien, tras fracasar en su intento de presentarse a la presidencia en 2017, le había dicho a Macron en Facebook en plena crisis de los chalecos amarillos: “Somos algunos los oficiales generales dispuestos a venir a enseñarle a hacer política. Eventualmente para ocupar su lugar si quiere irse, lo que creo que hará pronto”, según revelaba Le Canard enchaîné.
Prueba de la porosidad entre estos generales, movidos por el deseo de dar un golpe de Estado, y el partido de Marine Le Pen, al menos tres de los firmantes tienen vínculos directos con el partido de extrema derecha. El general François Gaubert, que se afilió al FN en 2012, fue candidato a las legislativas en el Hérault por el partido de Marine Le Pen y ahora es miembro electo de AN en el consejo regional de Occitania. El general de Richoufftz fue investido por AN en Grau-du-Roi (Occitania) en las últimas elecciones municipales. Norbert de Cacqueray-Valménier, 73 años, general del ejército retirado, se presentó a las últimas elecciones municipales en la lista de RN de Guillaume Péguy en Vannes...
Al abrir los brazos de par en par a esos militares tentados por el golpe de fuerza, Marine Le Pen corre el riesgo de ver desvanecerse todos sus esfuerzos de normalización, relegando sus declaraciones de amor a la República al rango de triste farsa. Además, la web Place d'Armes ha publicado una respuesta mordaz a la presidenta de la AN, subrayando sus ambigüedades. “Es cuando menos una torpeza, por no decir otra cosa, realizar una operación de reclutamiento con fines electorales. [Marine Le Pen] Podría haber dicho simplemente que estaba en sintonía con nuestras preocupaciones. Además, puede estar segura de que no nos limitaremos a simples exhortaciones. Nuestra lucha acaba de empezar, no nos rendiremos hasta conseguir nuestro objetivo: salvar a nuestro país de la destrucción”, escribe el sitio “abierto a todos los militares (...) que aman a Francia”.
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Traducción: Mariola Moreno
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