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Redes más selectivas que no arañen el fondo: la flota de arrastre deberá adaptarse si no quiere desaparecer

El ministro portugués de Agricultura y Pesca, José Manuel Fernandes, el ministro español, Luis Planas, y el comisario europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis, asisten a la reunión de ministros europeos de Agricultura y Pesca en Bruselas.

Tras una semana de intensas negociaciones, la pesca que emplean técnicas de arrastre en el Mediterráneo tienen ya sus nuevas cuotas de captura para los próximos años, y las cifras no son buenas. El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, celebraba en la madrugada del martes que el acuerdo con Bruselas, pero el optimismo no es compartido por el sector, que tiene apenas cinco meses para modernizar su flota.

La propuesta de la Comisión, que recortaba un 79% los días de faena, ha salido finalmente adelante, aunque con una serie de excepciones que permiten poco a poco incrementar las jornadas en las que se puede salir a pescar. De esta manera, los 557 barcos de arrastre españoles que pescan en el Mediterráneo podrán trabajar los mismos días que hasta ahora si cambian sus redes por unas más selectivas, si instalan unas puertas que no rocen con el lecho marino y si el Gobierno establece zonas de prohibición temporal de pesca para proteger a ciertas especies.

"Por mucho que se diga, la realidad es que a día de hoy los pescadores españoles tienen 27 días de captura a partir de 2025, frente a los 129 días que han tenido este año", aclara Javier López, portavoz de Oceana, una ONG marítima que ha estado presente en las negociaciones de Bruselas. "Es verdad que esas jornadas se pueden incrementar modernizando los aparejos, pero va a ser muy difícil llegar a pescar lo mismo que en 2024", sentencia el ecologista. Normalmente, estas organizaciones aprietan las tuercas a los pescadores para que protejan el ecosistema, pero en esta ocasión defienden que la pesca familiar debe seguir siendo rentable. 

La clave a partir de ahora será en cumplir con la letra pequeña del acuerdo alcanzado entre la Comisión y España, Italia y Francia, los tres países que pescan en el Mediterráneo occidental. La principal medida que otorga a los armadores más días de pesca de arrastre es el recambio de las redes por unas con agujeros más grandes para que los peces juveniles puedan atravesarlas y solo se capture a los ejemplares adultos.

En concreto, si la flota de arrastre costera —la que pesca especies como el salmonete o la merluza— cambia sus redes por unas de agujeros cuadrados de 45 milímetros (5 más que hasta ahora), recibirán un 50% más de días de captura; y si la flota de arrastre profundo —la que pesca gamba roja— cambia sus redes por unas de 50 milímetros, ganarían otro 30%. Esa suma de 80%, en principio, ya compensaría el 79% de reducción de días de faena al que obliga la Comisión.

Pero no es tan sencillo. Primero, porque en ambos casos el cambio de redes tendría que realizarlo el 100% de los barcos, y eso está descartado. Si no cumplen cada uno de los 557 navíos afectados en España, el bonus de días que recibirían sería del 40% y el 25%, respectivamente, y habría que recortar días de pesca de algún lado: o todos los barcos salen menos a faenar, o se reduce el número de barcos en el Mediterráneo español. Y segundo, porque la Comisión obliga a realizar estos cambios antes del 1 de mayo, o los porcentajes se reducirían todavía más.

Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pesca, señala que el reglamento acordado entre los gobiernos y la Comisión —que se cerró de madrugada fuera de tiempo— es muy farragoso y deja en el aire aspectos clave para el sector. "Por ejemplo no está claro si podremos beneficiarnos del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA) para pagar las redes. También tengo claro que el 100% la flota no va sustituir sus mallas porque algún armador ya me lo ha dicho, así que queremos saber qué otras inversiones podemos hacer para alcanzar exactamente ese 79% y no perder días. Estos detalles técnicos van a ser fundamentales", concreta.

José María Gallart, encargado de la flota de bajura de la patronal Cepesca, tampoco confía en que la combinación de medidas vaya a permitir mantener el calendario intacto: "El acuerdo es bastante difícil de entender y sabemos que pescar el 100% de los días que hemos tenido en 2024 va a ser muy difícil".

Puertas flotantes y caladeros restringidos

Además de sustituir sus redes, el reglamento plantea a los arrastreros otras fórmulas para ganar días de faena. Por ejemplo, que instalen las llamadas puertas voladoras, el mecanismo que abre horizontalmente la red para pescar. Estas puertas, a diferencia de las clásicas, no están en contacto con el fondo del mar, por lo que no lo erosionan ni levantan polvaredas. Esta inversión otorga un 3% extra de horas al barco para salir a trabajar al año. El Gobierno también puede tomar medidas y cerrar algunos caladeros de forma temporal, ganando otras tantas horas.

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Raúl García, de la organización conservacionista WWF, opina que la Comisión se ha salido con la suya. Lanzó una propuesta extrema que amenazaba con acabar con toda la flota para que los Gobiernos mediterráneos tuviesen que aceptar una reconversión del sector para salvar a sus pescadores. "El comisario de Pesca y la directora general nos dijeron que solo el 20% de los arrastreros europeos han tomado medidas preventivas en los últimos años, por eso se plantaron con una propuesta de máximos", revela.

El experto en pesca de WWF añade que coordinar a más de medio centenar de barcos en tan poco tiempo va a ser una odisea. También hará falta que el Ministerio de Agricultura y Pesca mueva ficha y aporte ayudas económicas, porque la reconversión no va a ser barata. Cambiar la red de un barco oscila entre los 1.500 y 5.000 euros, e instalar puertas voladoras cuesta a partir de 60.000 euros, aunque permite ahorrar alrededor de un 20% de combustible. García añade que habrá que mejorar la llegada de ayudas del FEMPA, que reparten las comunidades autónomas, y que harán falta planes sociales en algunas zonas más vulnerables.

Además de pescar menos días e invertir en modernizar los barcos, el sector pesquero destaca que a corto plazo las medidas van a suponer una caída de los ingresos. "Una armadora bromeaba ayer que con las nuevas redes de 45 milímetros van a pescar agua", cuenta Gallart, de Cepesca. "Evidentemente es una exageración, pero es verdad que durante los primeros años reduciremos las capturas, y ya venimos de una reducción de días de pesca del 40% desde 2020", añade. En el lado contrario, Raúl García, de WWF, reconoce que al principio se pescará menos, "pero en dos años se pueden disparar las poblaciones", ya que el número de peces adultos crecerá a medio y largo plazo.

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