Juan Diego Botto, Premio Nacional de Teatro 2021

El actor y dramaturgo Juan Diego Botto (Buenos Aires, Argentina, 1975) ha sido reconocido con el Premio Nacional de Teatro por "su profundo y permanente compromiso con la escena como vehículo de transmisión de realidades políticas y sociales incómodas", como recoge el fallo del jurado hecho público este jueves. El galardón, otorgado por el Ministerio de Cultura y dotado con 30.000 euros, reconoce la labor de un creador o institución a lo largo de su carrera —y "puesta de manifiesto preferentemente" a través de una obra representada en el año anterior—. A Botto, el premio le llega tras el estreno de Una noche sin luna, obra en la que interpreta a Lorca y por la que ha recibido un enorme reconocimiento en este último año. En su fallo, el jurado destaca también su capacidad de hacer llegar al gran público estas realidades "a través de un lenguaje claro y sencillo pero cargado de poesía".

Juan Diego Botto se dio a conocer como actor, por su trabajo en películas como Martín (Hache), Plenilunio o Historias del Kronen, pero el galardón destaca su doble labor como intérprete y dramaturgo. Su trabajo en Una noche sin luna Una noche sin lun, monólogo del que es autor y protagonista, demuestra para el jurado "su naturaleza de hombre de teatro integral", algo que ya demostró en Un trozo invisible de este mundo (2012), su anterior obra, en la que también actuaba. Aunque no se trataba de su estreno como autor, sí le valió el reconocimiento de la profesión, que le premió con los Max a mejor autor revelación y mejor actor.

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En Una noche sin luna, éxito de crítica y público desde su estreno el pasado noviembre en Vitoria, interpreta al poeta Federico García Lorca, que parece salir de la fosa común en la que todavía yace para contar los motivos por los que los fascistas decidieron asesinarle en 1936. Y, para Botto, estos motivos son inequívocos: su compromiso político de izquierdas (incluso revolucionario) y su homosexualidad. "Lorca fue un tipo que como cualquier gran artista supo conectar con las inquietudes sociales de su tiempo, que siempre tuvo una vinculación con los más frágiles, con 'los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega", contaba a este periódico. El fallo señala justamente la capacidad de la obra de demostrar “la enorme vigencia que el discurso lorquiano posee en la actualidad”. La pieza está dirigida por Sergio Peris-Mencheta, con el que el galardonado ya trabajó en Un trozo invisible de este mundo.

Botto debutó como actor en 1987, en las tablas del Centro Dramático Nacional, bajo las órdenes de Ignacio García May. Su formación estuvo muy ligada a las enseñanzas de su madre, la actriz, directora, productora y maestra teatral Cristina Rota, responsable también de la Sala Mirador, en Madrid, a la que el propio Botto ha sido siempre muy cercano. Ella dirigió El rufián de la escalera (1996) y Rosencrantz y Guildenstern han muerto (2000), en las que trabajó Botto, y llevó el timón también de su segunda obra como autor, Despertares y celebraciones (2007). Ya había escrito él algunos de los monólogos que conformaban El privilegio de ser perro (2005) —otros eran de Roberto Cossa—, en la que también se hizo él mismo cargo de la dirección. Uno de los monólogos de El privilegio de ser perro integraría luego Un trozo invisible de este mundo. 

El jurado del premio ha estado compuesto por representantes del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), de la Red Española de Teatros, del Centro Dramático Nacional, del Instituto Universitario de Estudios de Género de la Universidad Carlos III y de las salas Teatro Soho Caixabank, Teatre L’Artesà y Cuarta Pared, última galardonada con el Premio Nacional de Teatro. En anteriores convocatorias, fueron también premiados el director Andrés Lima (2019), la actriz Julieta Serrano (2018) y la compañía Kamikaze Teatro (2017).