El blog del Foro Milicia y Democracia quiere ser un blog colectivo donde se planteen los temas de seguridad y defensa desde distintas perspectivas y abrirlos así a la participación y debate de los lectores. Está coordinado por Miguel López.
El insoportable hedor de la corrupción en las instituciones
“Los políticos y los pañales deben ser cambiados con frecuencia... y por las mismas razones”
Pienso que este es un buen momento, recién agotado el convulso año 2022, para hacer un balance de los vergonzosos episodios de corrupción que han visto la luz en los últimos tiempos. El último y más notorio es la redada de la policía belga, que investigaba desde hacía meses bajo instrucciones del juez –ahora estrella– Michel Claise, que ha llevado a tomar las uvas en la cárcel a la vicepresidenta del Parlamento Europeo Eva Kaili, eurodiputada del partido socialista griego Pasok, famosa en su país por haber sido diputada y presentadora de un influyente canal de televisión. Ahora su fama ya tiene otras connotaciones.
Basura bajo la alfombra roja del Parlamento
La que fuera considerada en 2011 como la “política griega más popular del mundo” por Business Insider y la única persona de esa nacionalidad en la People of the Year List 2011 de la revista alemana Der Spiegel, por ser una “política previsora y valiente”, recibiría en 2018 el galardón MEP Award del Parlamento Europeo y ahora es la estrella que más brilla en la trama de corrupción conocida como Qatargate. “Previsora” es dudoso, pues seguro que entonces no contaba con caer en el “embrujo” de los petro-euros manchados de sangre de una monarquía corrupta como Catar. “Valiente” es más dudoso aún, pues, conocedora de las miles de muertes causadas por las penosas condiciones laborales y de semi-esclavitud de los obreros migrantes en el país anfitrión (comprador) de la Copa del Mundo de fútbol, no movió ni un dedo para denunciar esos hechos específicos ni la constante violación de derechos humanos.
Junto a ella, han caído más personas: asistentes parlamentarios, ex eurodiputados, algún que otro líder sindical, familiares directos de éstos, en calidad de tales o como dirigentes de falsas ONG, think tanks o fundaciones a través de las que se lucraban o compraban voluntades en medios políticos decisorios.
Las más altas autoridades europeas ya han mostrado su disgusto y estupor ante el calado de este entramado de corrupción, como la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen o la del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. Existe en las instituciones una agencia anti fraude, la OLAF, normativa específica que determina las actividades prohibidas y una Fiscalía Europea recién creada que puede investigar, imputar y llevar a juicio a los defraudadores. No obstante, la UE no cuenta, por sí sola, con instrumentos coercitivos ni capacidad punitiva, competencias que siguen en manos del sistema judicial de los Estados miembros. En este caso que nos ocupa, tanto la investigación previa como las detenciones han corrido a cargo de las autoridades belgas.
Las habas que cuecen fuera de Bruselas...
¿Qué objetivos perseguían corruptos y corruptores? Un amplio abanico de ventajas, prebendas y negocios, entre ellos influir en las políticas europeas para blanquear conductas contrarias al Derecho internacional y los tratados sobre derechos humanos (Catar, Egipto), favorecer el establecimiento de tratados comerciales ventajosos para la economía de determinado pais (Marruecos) o el simple lucro personal (Libia). Veamos algunos ejemplos (nada ejemplares):
Ya hace unos años, en Francia asistimos al procesamiento de Jacques Chirac por corrupción (desviación de fondos) en su etapa de alcalde de París. Fue condenado pero no ingresó en prisión por tener 79 años y estar enfermo en el momento de la sentencia. Luego hemos visto cómo Nicolas Sarkozy ha sido condenado a 3 años de cárcel también por corrupción y tráfico de influencias y está procesado además por varios otros delitos. ¡Dos presidentes de la República Francesa! Pero no queda ahí la cosa entre las altas autoridades galas: el que fuera primer ministro François Fillon ha sido condenado recientemente a 4 años de cárcel, también por desviación de fondos. Otros muchos altos cargos franceses han sido objeto de condenas de cárcel en lo que va de siglo, como Alain Juppé, Dominique Strauss-Khan o Bruno Le Roux por diferentes delitos vinculados a sus respectivas responsabilidades políticas.
En Italia, Berlusconi, que fue tres veces primer ministro y recientemente se presentó a las elecciones legislativas encabezando Forza Italia, suma ya tres condenas (por el caso Mediaset, Unipol y Ruby), un total de 11 años de cárcel y su inhabilitación de por vida de la Administración por delitos que van desde la prostitución de menores y el abuso de poder hasta la evasión de impuestos.
Además de este histriónico empresario y político, muchos otros han sido condenados recientemente por diferentes delitos, como se ha visto con el caso Mafia Capital, que terminó con unos cuarenta políticos, de varios partidos, condenados junto a varios funcionarios y empresarios por corrupción y saqueo de las arcas del ayuntamiento romano.
En Grecia, el caso más llamativo en los últimos años ha sido el de Akis Tsojatzopoulos, que fue hasta siete veces ministro en diferentes gobiernos, condenado en 2013, junto a toda su familia, a 20 años de prisión por lavado de dinero y corrupción. Más recientemente, un tribunal impuso penas de 13 años a Nikos Michaloliakos, líder de la formación de extrema derecha Amanecer Dorado, y a cinco parlamentarios más de su partido por pertenencia a banda criminal.
Para no aburrir al lector con tantos datos, dejo aparte los múltiples casos de corrupción en general –aunque la corrupción política es la más común– de los países del Este europeo, alumnos aventajados según el índice de percepción de la corrupción de Transparency International, que figuran entre los 50 más corruptos del mundo.
... y también en casa
Este trabajo quedaría incompleto si no mencionara algunos de los casos más sonados dentro de nuestras fronteras sólo en la última década. Uno de los más mediáticos ha sido el de los ERE en Andalucía, que afectan a destacados miembros del PSOE como José Antonio Griñán y Manuel Chaves y a otros subordinados suyos, condenados a varios años de prisión e/o inhabilitación por delitos de malversación y prevaricación.
No menos sonados han sido los que afectan al PP, tanto en su vertiente colectiva como los sobresueldos continuados, reformas en “b” de su sede o la condena por la Audiencia Nacional (ratificada por el Tribunal Supremo) como “partícipe a título lucrativo” en relación con la trama Gürtel, como en su vertiente individual: Luis Bárcenas, Rodrigo Rato, Francisco Granados, Ignacio González, José Luis Baltar, Eduardo Zaplana y Jaume Matas son sólo algunos de los delincuentes del PP que tuvieron responsabilidades de gobierno o como cargos orgánicos de ese partido.
Para terminar, quiero destacar el proceso abierto al ex presidente Mariano Rajoy por la autoridad judicial de Andorra en relación con la llamada Operación Cataluña, por supuestas presiones a la Banca Privada d’Andorra para obtener información de políticos catalanes durante el procés. Si alguna instancia judicial no se lo "afina", pronto podríamos verle en el banquillo de los acusados, por ese u otro caso.
Muchos años con responsabilidades políticas, en cualquiera de sus niveles, puede cambiar a quien ocupa un sillón desde el que toma decisiones que afectan a miles de personas y haciendas. También puede que no le cambie porque ya viene enseñado de casa y encuentra en su puesto la ocasión para seguir haciendo negocio. En un caso o en otro, sea para lucro personal o en beneficio de su partido o de terceros, la corrupción es, sin matices, corrupción.
No entraremos en esta ocasión a hablar de los corruptores, mucho más numerosos que los corruptos. Eso lo dejamos para otra entrada de este blog. Demos gracias de que el hedor de los hechos narrados no se expande, de momento, con los caracteres digitales. Nadie habría leído hasta aquí.