González Amador y Quirón, beneficios desproporcionados

El periplo judicial de Alberto González Amador podía haber acabado este lunes. Sus abogados habían llegado a un acuerdo con Fiscalía y Abogacía del Estado para que aceptara ocho meses de cárcel y un pago de 491000€, lo que le hubiera librado de ingresar en prisión por sus delitos contra Hacienda. Su pareja, Isabel Díaz Ayuso, había viajado casualmente a Alemania el mismo día, donde iba a presentar junto a Siemens la apertura de su sede en Madrid, algo que ya hizo en julio de 2023.

Sin embargo, antes de que los abogados de González Amador pudieran formalizar este pacto en el juzgado, PSOE y Más Madrid, personados como acusación particular, presentaron un escrito para suspender su declaración. Este escrito de 53 páginas tiene como base el informe de la jefa del Equipo de Inspección de la Agencia Tributaria. Solicita que se inicien nuevas diligencias para aclarar si González Amador ha incurrido en un tipo agravado de delito contra Hacienda.

Es decir, pide que se investiguen unos hechos que podrían rebasar los delitos fiscales y de falsedad documental aceptados por González Amador. Esto sucedería si se utilizan personas interpuestas o paraísos fiscales que dificulten saber cuánto se ha defraudado o quién lo ha hecho. Además, PSOE y Más Madrid piden más tiempo para estudiar el expediente de la Agencia Tributaria, que consta de más de 1500 documentos, ya que tuvieron acceso al mismo el pasado 12 de junio.

González Amador no sólo no ha podido dar carpetazo al caso que explotó públicamente a mitad de marzo de este año, sino que ahora se puede enfrentar a una nueva investigación. Una que podría rebasar lo sucedido a principios de 2020, la operación de compraventa de mascarillas donde obtuvo una comisión de dos millones de euros y sobre la que se produjo la estafa a Hacienda, para hacerse extensiva al resto de sus relaciones empresariales, en especial las que ha tenido con Fernando Camino, director general de Quirón Prevención.

En el negocio que da pie a este caso se halla un interrogante sobre el que convendría detenerse. La empresa que compró las mascarillas por algo más de 45 millones de euros, Mape, tenía en su consejo de administración a Fernando Camino. Intervienen otras dos empresas, la catalana FSC Selected Products e Inteconn, supuestamente con sede en Florida. Si Maxwell, la empresa de González Amador, es la que recibe los dos millones de euros por su intermediación, ¿para qué se necesita un segundo intermediario?

Si un directivo de una empresa no quiere que aflore su relación con un comisionista, se necesita interponer un segundo intermediario. La razón suele ser poco confesable. Este hipotético directivo podría desear cobrar una comisión no declarada por una operación, necesitando por tanto a un intermediario cuya función no sería la de mediar entre dos empresas, sino hacer de puente para ese dinero.

¿González Amador pagó algún dinero a Fernando Camino por la gigantesca operación con las mascarillas? No que conste. Meses después, eso sí, se produce una peculiar compra que les vuelve a vincular.

González Amador, a través de su empresa Maxwell, compra el 4 de diciembre de 2020 una empresa llamada Círculo de Belleza, propiedad de Gloria Carrasco, mujer de Fernando Camino, por casi medio millón de euros. Lo interesante es que esta empresa tenía tan sólo un valor societario de 3300 euros. Una vez realizada la compra, esta empresa pasa a denominarse Masterman & Whitaker.

A la inspectora de Hacienda, como es evidente, le llama la atención esta singular operación. Preguntado González Amador por la enorme diferencia entre el valor de Círculo de Belleza y su precio de compra, este responde que su precio viene dado porque tiene un contrato con Mape, un contrato que no está acreditado en ninguna parte.

En el momento de estallar el escándalo, a todo el mundo le llamó la atención la abultada comisión que cobró González Amador por realizar un par de videoconferencias entre empresas que podían haber cerrado la operación sin su concurrencia. En ocasiones, el motivo por el que alguien cobra una comisión no tiene por qué coincidir con facilitar un negocio entre dos sociedades.

La nueva investigación podría rebasar lo sucedido a principios de 2020, la operación de compraventa de mascarillas donde obtuvo una comisión de dos millones de euros y sobre la que se produjo la estafa a Hacienda, para hacerse extensiva al resto de sus relaciones empresariales, en especial las que ha tenido con Fernando Camino, director general de Quirón Prevención

Todo este asunto habría pasado desapercibido si González Amador no hubiera intentado estafar a Hacienda. ¿Por qué alguien al que le llueven dos millones de euros del cielo por una comisión intenta, además, evitar declararlos? ¿Por qué alguien compraría una empresa por un precio absurdamente mayor de su valor real?

La relación entre Fernando Camino y González Amador no se circunscribe únicamente a la operación millonaria de las mascarillas. Ambos personajes coinciden como directivos en Fraterprevención, la empresa que una vez integrada en el grupo Quirón daría lugar a una de sus filiales, Quirón Prevención, en 2017. Así mismo, comparten otra empresa disuelta en 2021 y radicada en Panamá, paraíso fiscal, denominada Insumos Médicos del Pacífico. La relación entre ambos es, por tanto, prolongada en el tiempo.

Ya sabíamos que González Amador tenía a Quirón Prevención como principal cliente. Este informe añade además que las empresas de González Amador se comportaron como si fueran filiales de Quirón, compartiendo colaboradores y actuando más como representantes que como consultoras. Tanto es así que el propio González Amador dispone de un correo electrónico corporativo de Quirón a su nombre, que utiliza, al menos, el 14 de junio de 2021 en una operación de vacunas AstraZeneca.

Según este informe, las facturas que presentan las empresas de González Amador por presuntos trabajos para Quirón Prevención son completamente genéricas, sin que se concreten los servicios prestados, el contrato que las soporta o el precio del mismo. Quirón Prevención paga unos precios “absolutamente desproporcionados” por los servicios profesionales prestados por las empresas de González Amador, lo que le genera un “beneficio extrañamente justificable”.

Llegados a este punto, hay que recordar que González Amador adquiere un piso de lujo cercano al millón de euros en la ciudad de Madrid y dos coches de alta gama. El asesor fiscal de González Amador adquiere un ático sobre el piso mediante una sociedad, Babia Capital, que, según los resultados de los ejercicios anteriores a la compra, no tendría el dinero necesario para llevarla a cabo. En ambos inmuebles residen González Amador e Isabel Díaz Ayuso, sin que se aclare en qué régimen de uso disfrutan del ático.

Todo beneficio absolutamente desproporcionado suele llevar aparejada una compra de la misma naturaleza. Todo beneficio extrañamente justificable suele llevar consigo una declaración del mismo tipo. Isabel Díaz Ayuso declaró a los medios el 13 de marzo de 2023, tras destaparse el escándalo del fraude fiscal, que: “Hasta donde sé mi pareja está sufriendo una inspección fiscal salvaje para retrasar los casi 600000 euros que Hacienda le debe. Es falso que sea él quien deba 350000 euros por fraude. Es una inspección sacada de quicio. Aquí no hay ninguna trama, ni sociedades pantalla”.

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