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Ni un paso atrás

Reiteramos nuestro compromiso con la erradicación de cualquier forma de violencia contra las mujeres y hacemos un llamamiento a las trabajadoras y a los trabajadores para combatirlas hasta su total eliminación, tanto de los centros de trabajo como de la sociedad en su conjunto…

Este viernes 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, estaba yo en Granada. Una buena amiga me avisó de que la sección sindical de CC.OO. en la Universidad había convocado una concentración en la puerta del Hospital Real, sede del Rectorado. Mientras escuchaba el manifiesto fue inevitable que la memoria hiciese acto de presencia y muchos recuerdos se condensaron en cinco minutos. La vida es eterna en cinco minutos, porque en ellos cabe un homenaje a García Lorca organizado en 1976, encierros de estudiante y joven profesor en la sala de rectores, con el retrato del arabista Salvador Vila, fusilado en 1936, y el paso de los años con asambleas, conferencias, exposiciones…

La libertad de pensamiento, el derecho a saber, la defensa de la educación pública, las banderas de la igualdad, el respeto a la diversidad, la justicia social, el pacifismo y el feminismo iban de la mano en la España que recibió la herencia de la lucha contra la dictadura de Franco y se comprometió en la puesta en marcha de la democracia. El señor mayor que participaba el viernes pasado en la concentración feminista recordaba el 5 de junio de 1976 y escuchaba en el fondo de su memoria la voz de Blas de Otero que hablaba de un poeta fusilado y se situaba junto al estudiante y el obrero.

En todo lo que llevamos de 2022, 38 mujeres han sido asesinadas y 26 menores quedaron huérfanos y huérfanas. En 2021 fueron 48 mujeres…

Frente a la violencia contra las mujeres: ni un paso atrás

El paso de los años. Sigue el manifiesto y pienso en las cosas que han cambiado. Todo el mundo tiene derecho a cambiar. Por ejemplo, yo mismo, he cambiado mucho para seguir defendiendo con honestidad mis ideas de siempre. Vivir es buscar las razones nuevas sin traicionar los sentimientos de la conciencia. Pero una cosa es una persona que cambia a lo largo de los años y otra muy distinta un saltimbanqui que grita cosas opuestas de un día para otro. Resulta muy curioso observar cómo cambiaron de sentido muchas opiniones sobre la violencia de género en cuanto algunos jueces se han aprovechado de la Ley del solo sí es sí para rebajar la pena a los agresores.

Partidos políticos poco caracterizados por sus preocupaciones feministas, o incluso enemigos de reconocer la violencia de género, se han puesto en 5 minutos a gritar ante las posibles interpretaciones negativas de una ley. Profesionales del ruido, ni les interesa la dignidad de las mujeres cuando hablan de las mujeres, ni les preocupa España cuando discuten sobre la sociedad española. Sólo quieren cacarear sus críticas al Gobierno y no les importa decir hoy lo contrario que dijeron ayer. En el gallinero se respeta poco la memoria de las hemerotecas.

Subrayamos la importancia del ámbito laboral para garantizar la autonomía de las mujeres supervivientes a las violencias machistas y valoramos positivamente…

Desde luego han cambiado mucho las cosas desde los años 70. La España de hoy tiene poco que ver con los usos laborales y sentimentales del franquismo, aunque quede mucho camino que recorrer. Las conquistas en la igualdad entre hombres y mujeres son uno de los logros sociales más importantes de la democracia española. Buena parte de los discursos del odio que sostiene la derecha extrema buscan nido en los rencores de gente que no está dispuesta a perder sus antiguos privilegios. Son la mejor prueba de que las cosas están cambiando, porque en caso contrario no se verían obligados a gritar tanto. Onofre Miralles, diputado de Vox por Granada, salió de las cavernas para confundir la hombría con la zafiedad, el matonismo y la prepotencia. Los granadinos somos malafollás, Granada tiene sus defectos, pero el hombre de cromañón no representa a esta ciudad. Seguros de nosotros y nosotras, conviene demostrarle con firmeza que la prehistoria y el franquismo están fuera de lugar.

Frente a la violencia contra las mujeres: ni un paso atrás. 

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