El vector fascista en la conspiración contra la República (15/20): Militares un poco brutos, pero peligrosos

En un momento no fechado, pero que debió de ser en torno a enero de 1936, la UME dio un paso al frente e innovó en la historia reciente de España al crear una realidad paralela.  La anunció a bombo y platillo. Gracias al general José García Rodríguez ha podido conocerse, aunque su compañero general de División siga ignorándolo olímpicamente. Como era costumbre, la UME mintió y lo hizo de forma exagerada. Daba igual. La mera posibilidad de una victoria de las izquierdas en las elecciones del mes siguiente desencadenaría la hecatombe con la presumible ayuda fascista y de todos los “buenos” españoles.

A continuación, reproduzco el texto de la correspondiente octavilla. Para entonces, tanto Portela como Santiago Hodson ya sabían lo que se había puesto en marcha subterráneamente, pero Franco —lleno de santa indignación— dio su palabra de honor al segundo, entonces director general de Seguridad, de que él se mantendría en la más absoluta disciplina. No tardó ni un mes en demostrar exactamente lo contrario. Hombre de palabra pero solo, claro, en el interés de la PATRIAAAAA.

Esta Junta Nacional estima un deber el hacer llegar al Ejército español la noticia de la formación del llamado “Frente Popular”, título que enmascara el famoso “Frente Unido de la III Internacional”. El verdadero conocimiento de los planes y fines de los enemigos de nuestra Patria ha de crear el estado de tensión espiritual para estar sobre las armas, apercibidos para la lucha a que nos reta. 

Uno de los primeros objetivos de los dirigentes revolucionarios es DIVIDIR al Ejército. Pretender enfrentar a los que somos hermanos de armas para que nos destruyamos mutuamente. A tal fin, se han creado dos organizaciones que llevan por título Unión Militar Republicana (UMR) y la Unión Militar Antifascista (UMA), que están dirigidas por la Masonería y el Marxismo, aunque les hacemos el honor de creer que ni ellos mismos están enterados. Sabemos perfectamente la escasa importancia de ambas; lo inútiles de sus activos trabajos de captación de Unidades Militares, pese al derroche de propaganda que hacen. Por ello abstenemos de darles beligerancia y de hacer caso a sus amenazas e injurias a la Unión Militar Española (UME). 

Queremos únicamente señalar que esas pretendidas organizaciones militares son ramificaciones del Frente Popular. Al descubrir los fines de este, evitaremos que algún militar, engañado por los tópicos y por la palabrería hueca de la propaganda, cayera de buena fe en las redes que tienden los que nos odian por españoles y por militares a todos por igual. Cuando conozcan todos los militares la verdad sobre los fines que persiguen los revolucionarios, nadie que vista el uniforme militar podrá unirse a ellos. Es a un crimen de lesa patria donde nos quieren llevar. Nosotros creemos que no hay un solo militar español que, conscientemente, pueda sumarse a las fuerzas revolucionarias sabiendo la gran traición que se quiere cometer contra España. NINGUN MILITAR ESPAÑOL PUEDE ESTRECHAR LAS MANOS TEÑIDAS DE SANGRE CON LA DE NUESTROS TRESCIENTOS HERMANOS MUERTOS EN OCTUBRE. 

Organizaciones políticas y sindicales que comprende el Frente Popular y personas “representativas”

  • UNION REPUBLICANA (Martínez Barrios, sic); IZQUIERDA REPUBLICANA (Azaña); ESQUERRA CATALANA (Companys); PARTIDO SOCIALISTA Y UGT (Largo Caballero); PARTIDO SINDICALISTA (Pestaña); FEDERACIÓN SOCIALISTA LIBERTARIA (Peiró); IZQUIERDA COMUNISTA (Nin); BLOQUE OBRERO Y CAMPESINO Y CGT (Galán); CONFEDERACIONES NACIONAL DEL TRABAJO Y FAI (no en su totalidad).

¡GRABAOS BIEN ESTOS NOMBRES!

Toda esta escoria del crimen, que ya ha costado a España a millones de sus hijos, vuelve a dar aire a sus banderas marxistas, anarquistas y masónicas que gotean aun sangre española. 

Sépanse los acuerdos que han servido para juntar, en apretado haz, a tal gavilla de asesinos y atracadores. 

                           HE AQUÍ LAS PRINCIPALES BASES DEL PACTO

1ª) Amnistía de clases (para los asesinos de Octubre, únicamente).

2ª) Expropiación sin indemnización de la tierra no cultivada por sus propietarios.

3ª) Disolución y expulsión de todas las órdenes religiosas.

4ª) Enseñanza única por el Estado.

5ª) Expropiación de todos los órganos de publicidad desafectos a la República.

6ª) Disolución de todas las organizaciones políticas (fascistas, vaticanistas y monárquicas).

7ª) Control obrero de la industria.

8º) DISOLUCIÓN DEL EJÉRCITO.

9ª) DISOLUCIÓN DE LA GUARDIA CIVIL.

10ª) DISOLUCIÓN DE LOS CUERPOS DE SEGURIDAD Y ASALTO. 

Para Presidente del Consejo ha sido designado Azaña y para Presidente de la República, Albornoz. El mismo día que se adueñen del Poder traducirán en leyes las bases que se mencionan. 

Estos proyectos revolucionarios tienen una significación clarísima:

DEJAR A ESPAÑA Y A LOS ESPAÑOLES HONRADOS INERMES ANTE LAS MILICIAS SOCIALISTAS, COMUNISTAS Y LOS CUADROS DE PISTOLEROS DE LA FAI: NADA MENOS QUE EL TRIUNFO DEL COMUNISMO. 

Estimamos innecesarios otros comentarios. 

La UNION MILITAR ESPAÑOLA contesta claramente a tales proyectos revolucionarios:

NI CON MÁSCARA LEGAL, NI ILEGALMENTE, SE ALLANARÁ A LO QUE SE PRETENDE. LAS BASES DEL FRENTE POPULAR SOLO SE PUEDEN IMPONER A ESPAÑA EN LA CALLE. ¡A TIROS! ANTES DE CONSENTIR EL TRIUNFO DEL COMUNISMO, EL EJÉRCITO ESPAÑOL APLASTARÁ PARA SIEMPRE LA REVOLUCIÓN”. 

No se salvarán otra vez los dirigentes revolucionarios bajo el manto de la impunidad con que les cubrió el miedo de los políticos y gobernantes. No saldrán de nuestras manos sin pagar sus tremendas culpas. No les salvarán insultos ni amnistías, que solo les sirven para seguir su loca carrera de crímenes y de sangre. 

Nos retan a la LUCHA FINAL. No la deseamos ni la buscamos. Pero si lo quieren, que sea pronto. No seremos nosotros los que lloremos su resultado. 

¡SERÁ LA LUCHA FINAL!

¡ALERTA, SOLDADOS DE LA PATRIA ¡VIVA ESPAÑA! ¡POR LA UNIÓN MILITAR ESPAÑOLA!

                                                                     LA JUNTA NACIONAL

Lo que sí era desconocido, a menos que se demuestre lo contrario, es que en la DGS se supiera algo de la conexión monárquica directa, y al más alto nivel, con Mussolini

Si los amables lectores comparan esta sarta de dislates, estupideces y mentiras mondas y lirondas con el programa del Frente Popular que, por ejemplo, pueden consultar en el tan respetado ABC del 16 de enero de 1936 (páginas 23 a 26) les será fácil comprobar la distancia sideral entre la “creativa” interpretación de la UME y el texto del original. 

No hay que señalar que de los puntos comprendidos en la anterior relación del 3 al 14 no hubo rien de rien, como tampoco de la “noticia” sobre Albornoz. DABA IGUAL. Que se les olvidara el PCE pudo ser una casualidad. O no. Para la UME toda la izquierda estaba en el mismo saco. A quien no se le olvida es al profesor Nieto (p. 132) para quien “la Unión Soviética (…) a través del partido comunista español [quería] colocar a España de su lado en el escenario europeo”. Expresión a decir verdad incomprensible tanto en el plano histórico, político como jurídico. ¿De dónde habrá desenterrado tal idea?

La conspiración militar a lo largo de 1935 se había seguido cuidadosamente desde la Oficina de Información y Enlace y la Dirección General de Seguridad. Sus altos y bajos son ya del dominio público. Al menos, servidor se ha preocupado de que así sea. No era precisamente un enigma para los órganos de seguridad. Lo que sí era desconocido, a menos que se demuestre lo contrario, es que en la DGS se supiera algo de la conexión monárquica directa, y al más alto nivel, con Mussolini. 

Tras el triunfo del Frente Popular, la bien engrasada maquinaria de los conspiradores se puso en marcha. Como ni Gil Robles ni Franco consiguieron que en el día de las elecciones el presidente de la República se allanara a la declaración del estado de guerra (un golpe blando) —el profesor Nieto, p. 134, afirma exactamente lo contrario— solo quedó la alternativa del golpe duro. Como bien sabía la DGS. Esto es lo que requería una preparación especial, no tanto de las guarniciones (que también) sino de algo mucho más significativo: la opinión pública. 

¿Qué hicieron los conspiradores militares? Amparándose en el entusiasmo, a veces desbordante, de las masas (siempre izquierdistas, antipatrióticas, antiespañolas) por la victoria electoral, excitarlas aún más a través de acciones combinadas de pistolerismo y asesinatos orientados, algo que se escapa a la perspicacia de muchos autores. El objetivo, logrado en gran medida, estribó en azuzar la violencia latente en los diversos sectores de la sociedad. Hoy es el único argumento que, desaparecida la URSS, aceptada limpiamente la Masonería, reconocidos los partidos políticos desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha y garantizada la libertad de prensa, opinión y expresión queda a numerosos “historiadores” y periodistas para explicar “el camino hacia el 18 de julio”, por utilizar el título de una obrita de un conocido autor que no mencionaré. Ya se han encargado muchos historiadores españoles, incluso de las nuevas generaciones, de hacerlo. ¿Qué fue, pues, aquella violencia?

(Continuará. Ver aquí capítulo anterior).

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Ángel Viñas es economista e historiador especializado en la Guerra Civil y el franquismo. Su última obra publicada es 'Oro, guerra, diplomacia. La República española en los tiempos de Stalin', Crítica, Barcelona, 2023.

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