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La peligrosa huida hacia delante de Sumar y Podemos camino del peronismo

Isa Ferrero

Sánchez de momento acierta: tomar medidas contra bulos es una idea pésima; renovar el CGPJ rápido y mal, peor

Tengo que agradecer a Pedro Sánchez su decisión. Fue una magnífica noticia que Sánchez se quedara al frente del Gobierno. Sé que muchos analistas han dado por válida la versión del gran estratega político sin escrúpulos. No me sorprende, pero no es mi impresión, tanto por cómo está escrita la carta como por las entrevistas que dio el presidente el lunes. Se le veía espeso, cansado, algo que probablemente tiene que ver con haber dormido mal. En cualquier caso, viendo los comentarios de los líderes a la izquierda del PSOE, creo que Sánchez acertó de lleno con las entrevistas que dio después.

Los socios del PSOE han reprochado con fuerza a Sánchez que no tome medidas. Primero fue Podemos, con Pablo Iglesias a la cabeza, diciendo que el presidente “había hecho el ridículo” al no tomar ninguna medida; después Sumar se sumó a la misma estrategia cuando Íñigo Errejón habló de la “nada”. Como suele ocurrir en los últimos tiempos a la izquierda del PSOE, la competencia virtuosa pasa a una competencia autodestructiva en la que las grandes ocurrencias intentan camuflar que estos partidos están en peligro de extinción —más por méritos propios que por buen hacer del Partido Socialista—.

Vamos por partes. En primer lugar, un presidente del gobierno no debe tomar medidas para evitar los bulos. Hay varias razones, tanto desde el punto de vista moral como estratégico: en el moral porque ciertamente es una medida autoritaria que pone en cuestión los valores universales de la democracia liberal; en el lado estratégico porque esas medidas serían utilizadas por la derecha para reprimir a sus enemigos. El acierto de Sánchez está en haber puesto el foco en la principal causa de la polarización en España, una acción que ayuda a que se produzca de manera seria un debate en nuestro país: hay medios de comunicación de escasa calidad que se dedican a la difamación y que llevan años persiguiendo a los que consideran enemigos de España. Si Sánchez se extralimita, se equivocará.

Pedro Sánchez no debe contagiarse por esas voces que estiman que la mejor manera de combatir la oleada de extrema derecha es el peronismo o sus derivados que beben del populismo, como lo que defiende el propio Íñigo Errejón inspirado en Laclau

¿Por qué se equivocaría? Porque no es tarea del Gobierno tomar medidas para democratizar según su criterio los contrapesos al Gobierno. Precisamente la gran idea de la democracia liberal es que todos caben al margen de que cada uno tiene una creencia distinta sobre lo que es la democracia liberal. Ese todos caben permite la “paz social” en nuestras sociedades. De igual forma, por una razón mucho más compleja. Es imposible crear un mecanismo que ayude a distinguir lo que es bulo de lo que no. Es una idea absurda y peligrosa pensar que un bulo tiene un patrón que puede ser identificado computacionalmente. No, no es posible. No es que me ponga postmoderno, sino que ese concepto de verdad ha sido fuertemente cuestionado por los grandes avances matemático-filosóficos del siglo XX (por ejemplo, Gödel y Turing). La otra alternativa es todavía peor: que sean los humanos los que decidan si una información es bulo o no. No, son ideas terribles.

Por otro lado, el presidente ha recibido críticas por no comprometerse a renovar el Poder Judicial de manera inmediata. De nuevo, la posición de Sánchez es mucho más equilibrada que la de Errejón o la de otros líderes políticos en Podemos. Todos sabemos que el PP lleva años incumpliendo de manera flagrante sus deberes constitucionales, pero llevar a cabo esta reforma tiene sus riesgos y debe ser el último recurso tal como dijo Sánchez el lunes. El Gobierno solo tendrá la legitimidad para hacerlo después de que se formalice un “ultimátum” y el PP decida seguir incumpliendo la Constitución. Todo ello, respetando los tiempos.

Pedro Sánchez no debe contagiarse por esas voces que estiman que la mejor manera de combatir la oleada de extrema derecha es el peronismo o sus derivados que beben del populismo, como lo que defiende el propio Íñigo Errejón inspirado en Laclau. La mala praxis de la derecha durante estos años ha causado la proliferación de marcos teóricos parecidos, que no solo son peligrosos sino que también se basan en la 'nada'. Esto significa que, al profundizar un poco, uno solo encuentra paja con planteamientos peligrosos e inflamables. Para ser más concreto, tomar todas las medidas necesarias para democratizar el poder judicial, como sugiere Errejón, es una propuesta indigna en una democracia liberal. Ante las ocurrencias de los líderes a la izquierda del Partido Socialista, le recomendaría a Sánchez que siguiendo a David Hume coja una cerilla y la tire sobre toda esa paja: “to the flames” —dijo aquel filósofo escocés.

 

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Isa Ferrero es autor de ‘El Futuro del Liberalismo’.

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