El Ojo Público
Vuelve a Telemadrid José Antonio Sánchez, el jefe que mandó al paro a tres de cada cuatro trabajadores
No se trata del nombramiento de una persona afín, de un gestor contrastado o de un periodista de prestigio. Que José Antonio Sánchez vuelva a la cúpula de Telemadrid se puede calificar como una enmienda a la totalidad, una venganza o una provocación. Quizás sea las tres cosas a la vez.
Es una enmienda a la totalidad sobre la gestión del director general, José Pablo López, destituido en pleno mandato mediante una ¿ley? con carácter retroactivo y que durante cuatro años "ha resucitado" este medio de comunicación a base de pluralismo en lo político y de reflejar la realidad madrileña llevando las cámaras a sus poblaciones sin discriminación alguna. Cuatro años sin conflictos internos, con trabajadores y dirección luchando unidos por devolver la credibilidad y la audiencia perdidas, a pesar de los escasos medios de que han dispuesto (habrá que recordar, de nuevo, que Telemadrid cuesta un euro al mes a cada ciudadano, 77 millones al año, por más que Isabel Díaz Ayuso mienta al decir que cuesta lo que dos Zendales, esto es, 300 millones).
Pero la actual presidenta no se ha conformado con eliminar a López. En su constante reivindicación de la que fue su jefa, y al parecer su guía de conducta, Esperanza Aguirre, entrega la empresa al director general que, bajo el mandato de su maestra, perpetró el despido de tres de cada cuatro trabajadores, mediante un ERE declarado por la justicia "no ajustado a derecho". Esta es ahora su venganza contra un colectivo que durante años denunciaba el desastre económico y la manipulación informativa llevada a cabo entre 2003 y 2013. Para Aguirre entonces no fue bastante llevar a más de 800 familias al paro antes de delegar la Presidencia en Ignacio González. La auténtica venganza contra los que se atrevieron a manifestar en público sus tropelías se produce ahora con la vuelta a la empresa del responsable de sus despidos.
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Y es, al tiempo, una provocación. Durante los últimos cuatro años, José Pablo López ha ido recuperando a un buen número de los expulsados en 2013, menos de los deseados por mor del escaso presupuesto, pero incluso ha conseguido que empresas externas de servicios contrataran a algunos más y se paliara así la injusticia del ERE. Unos y otros, retornados a sus puestos de trabajo, ven con este nombramiento resucitar el momento más negro de su vida laboral: vuelve el jefe que les quitó trabajo y salario.
Antes y después de su llegada a Telemadrid, José Antonio Sánchez fue el máximo responsable de RTVE, siempre por designación del PP. En su primera etapa, entre 2002 y 2004, por decisión de José María Aznar, recibió las críticas de toda la oposición que le acusó de imponer la censura en los Informativos. El PSOE fue más lejos al presentar en el Congreso una Proposición No de Ley para que fuera destituido por "no garantizar el derecho a la información". Tras idas y vueltas como directivo en Telefónica, en 2014 regresa a RTVE como presidente envuelto en la polémica de figurar en los papeles de Bárcenas como receptor de distintas cantidades "por asesoría", a pesar de desempeñar el puesto de cronista parlamentario en el diario ABC. Pero Sánchez sabe a quién debe el puesto y no tiene empacho en declarar en sede parlamentaria "voto al PP y seguiré votando al PP".
Pronto llegan las denuncias de los trabajadores y los Consejos de Informativos por manipulación y censura, cientos y cientos de casos documentados, que son elevados a las Cortes y al Parlamento Europeo, y que se visualizan ante la opinión pública con los "viernes negros" en los que la mayoría de los trabajadores visten de luto, incluidos presentadores, reporteros de calle y corresponsales en el extranjero. Sánchez niega las evidencias ante la comisión de control parlamentario y minimiza los actos de protesta. "Menos mal que estoy bien pagado", afirma ante los reproches de diputados y senadores mientras se acerca el 22 de junio de 2018, fecha prevista para el fin de su mandato. Genio y figura, afirma poco antes en la comisión de control: "Hasta el 22 de junio ustedes pueden echarme, y yo también podría irme a por tabaco".