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La intervención europea del precio del gas deja en evidencia el ‘no’ del PP a la ‘excepción ibérica’

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

El inicio del curso político ha pillado al PP con el pie cambiado. La decisión de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de poner encima de la mesa un mecanismo de intervención del mercado eléctrico europeo y de abordar su reforma para frenar los precios elevadísimos que soportan los países miembros en el contexto de la crisis energética desencadenada por la invasión rusa de Ucrania ha puesto en evidencia la estrategia de Alberto Núñez Feijóo. 

Génova lleva meses denunciando que la excepción ibérica, el mecanismo de intervención del mercado eléctrico que opera en España y Portugal limitando el precio del gas, es un “timo” porque se sufraga a través de la factura de la luz y de él se benefician también los consumidores franceses. 

Lo que no dicen es que gracias a ella los precios de la energía en España y Portugal, aun habiendo subido como consecuencia del efecto sobre los mercados del conflicto provocado por Vladímir Putin, están entre los más bajos de Europa. Este mismo martes, según datos oficiales facilitados por el Ministerio para la Transición Ecológica, esta previsto que este miércoles España pague el Mwh a 187,3 euros, muy por debajo de Francia (651,8), Alemania (604,5) o Italia (612,4), por citar algunos ejemplos.

Ahora toda Europa mira con atención el mecanismo ensayado con éxito por España y Portugal y cunde la idea de fijar un techo al precio del gas, medida que discutirán los ministros de Energía el próximo 9 de septiembre. 

Moncloa considera que el tiempo le está dando la razón al líder del Ejecutivo y cree que entre los Veintisiete se abre paso la medida puesta en marcha hace dos meses por Madrid y Lisboa, con permiso de Bruselas y el beneplácito del resto de socios europeos, que ha permitido a España ahorrar 1.383 millones de euros, según los cálculos del Gobierno.

La iniciativa de Bruselas, empujada por una disparatada subida del precio de la energía, ha obligado al PP a improvisar un nuevo discurso y a asegurar que lo que ha propuesto Von der Leyen ya lo habían puesto ellos hace meses encima de la mesa.

El PP lo propuso antes

“No nos ha sorprendido porque es una cuestión que veníamos planteando nosotros desde hace algún tiempo”, declaró a Antena 3 el secretario de Economía de Feijóo, Juan Bravo. “Era una de las cuestiones que planteábamos hace algunos meses cuando empezó todo este debate y sin duda creo que hubiese sido oportuno haber anticipado todos los escenarios para que no llegásemos a una situación tan límite que nos lleve a actuar con esta premura y en algunos casos con improvisación”, añadió sin precisar si se refería a Von der Leyen o a Sánchez.

infoLibre pidió al PP que precisase cuándo, en los últimos meses, Feijóo y su equipo han defendido “la necesidad de cambiar el sistema de fijación de precios de la energía, puesto que se estaba produciendo un incremento desmesurado de los mismos”, como aseguró Bravo en televisión. No hubo respuesta. Cuando se debatió en el Congreso, el PP tachó la limitación del precio del gas de “intervención radical del mercado”.

En cualquier caso, y aunque el PP lleva semanas diciendo que la excepción ibérica es un “timo”, este martes Bravo no tuvo más remedio que admitir que limitar el precio del gas tal y como han hecho España y Portugal formará parte de las medidas que Bruselas tenga que considerar para replantear la fijación de precios. El actual sistema, admitió, “estaba pensado en un momento con una finalidad de potenciar las energías renovables, pero creo que todos compartimos que en este momento la situación es totalmente distinta. Y por eso pedíamos” que su modificación “no fuera solamente la excepción ibérica, sino un replanteamiento de todo lo que es la fijación de precios”. 

La presidenta de la Comisión fue clara y directa el lunes: “Como resultado de los desorbitados precios del gas tenemos que desacoplar” los precios del gas y la electricidad. Pero el responsable de Economía de la dirección de Feijóo se esforzó en separar la excepción ibérica de lo que Von der Leyen pretende. Aunque acabó admitiendo que estará encima de la mesa. “Lo que ha planteado Ursula von der Leyen es el replanteamiento de la fijación de los precios” y “es verdad que una parte puede venir por el tope del gas”. 

No obstante, añadió, “lo que requiere la situación actual no es solamente un elemento de tope del gas sino un conjunto más amplio de medidas que permitan de alguna manera contener esta situación y dar respuesta en el corto, en el medio y en el largo plazo”.

¿A qué se refiere el PP? A medidas de política energética como la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares y a la utilización de todas las fuentes de energía disponibles, incluidas las más contaminantes, como el carbón. 

Más nucleares

“Lo que no puede ser es que renunciemos a las alternativas que tenemos en la producción de energía o de producir energía más barata. La transición a las renovables se tiene que producir”, concedió Bravo, “pero que no sea contra el bolsillo de los españoles, poniendo en dificultades el suministro o estableciendo inseguridades o incertidumbres”.

En este terreno, los de Feijóo siguen hablando de medidas de política energética que poco o ningún efecto pueden tener a corto plazo y actuar sobre los precios actuales de la energía. Un buen ejemplo son las nucleares, ninguna de las cuales cerrará sus reactores hasta el año 2027, por lo que asegurar que sigan abiertas como pide el PP con el apoyo de Vox y Cs no reducirá los precios.

Para complicar más la posición del principal partido de la oposición, será precisamente este asunto el objeto del debate que Pedro Sánchez ha aceptado mantener la semana que viene en el Senado con Feijóo. El líder del PP retó el pasado sábado al presidente a discutir con él en la Cámara alta y todo indica que lo último que esperaba es que aceptase. Se equivocó.

Ahora Génova trabaja contrarreloj para rematar una propuesta de ahorro energético y de políticas energéticas que poder contrastar con la del Gobierno en el pleno del Senado del próximo martes. Y prepara también la reunión a la que el PP y el resto de los partidos han sido convocados este jueves por el Ministerio de Transición Ecológica y en la que el Gobierno espera recibir propuestas.

No obstante, los conservadores sólo llevarán peticiones. Como “saber exactamente lo que plantea el Gobierno”, y datos concretos sobre consumo energético durante los últimos cinco años, así como “los documentos técnicos jurídicos que acompañaban al RDL de ahorro energético. Esas son las premisas para empezar a hablar”, explicó Bravo. 

El PP sigue sin dar a conocer el detalle de sus propuestas más allá de que no quiere medidas obligatorias de ahorro para el sector privado, sólo para las administraciones públicas. Eso sí, defienden “ayudas financieras” públicas “para empresas y familias que reduzcan el consumo. Las familias y las empresas ya lo están haciendo” por culpa del incremento de los precios, admitió, “pero podemos incentivar” que lo hagan más” dándoles dinero público. Tampoco concreta el PP qué quiere hacer exactamente con las nucleares: prolongar la vida útil de las actuales o construir otras nuevas. 

Entretanto, son cada vez más los países que apoyan la propuesta de Von der Leyen para buscar un mecanismo de intervención de los precios de la energía. 

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En octubre pasado, Dinamarca, Estonia, Finlandia y Letonia —junto con Alemania, Austria, Países Bajos, Irlanda y Luxemburgo— se oponían públicamente a intervenir en los mercados energéticos. Pero ahora todo ha cambiado, ante el impulso de unos precios de la energía disparatados. 

A favor ya se han manifestado los cancilleres de Bélgica (liberal) y Austria (de la misma familia política que Feijóo). Italia, en plena campaña electoral, defiende lo mismo. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, también del PP, anunció en mayo un gravamen sobre las enormes ganancias de las compañías eléctricas y un techo indirecto a los precios mayoristas similar a la excepción ibérica. Hasta Mark Rutte, el primer ministro de Países Bajos, punta de lanza del liberalismo en Europa, admitió en junio su disposición a considerar una intervención de los precios.

El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, ya ha confirmado a los demás ministros de energía europeos que Alemania está abierta a discutir un tope europeo de precios del gas. Su colega francés, Bruno Le Maire, advirtió de que “la reforma estructural del mercado energético europeo llevará varios meses o incluso años”. “Lo que hace falta ahora, añadió, es un “desacoplamiento entre los precios del gas y la electricidad mucho más rápido”.

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