Los ultras alemanes de AfD buscan asestar otro golpe a Scholz en las elecciones regionales de Brandeburgo

Bjoern Hoecke, líder del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia, habla durante el mitin de campaña electoral del partido AfD.

Los habitantes del Land de Brandeburgo, que rodea Berlín, se preparan para votar este domingo en unas elecciones regionales extremadamente reñidas entre los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz y la ultraderecha, cuya victoria podría asestar otro golpe al jefe del Ejecutivo alemán, al que su partido está cuestionando como candidato a un año de las elecciones generales.

Algo más de dos millones de ciudadanos mayores de 16 años tienen derecho a voto en el estado oriental de Brandeburgo, un feudo socialdemócrata desde la reunificación alemana, donde ese partido gobierna en la actualidad con una coalición de conservadores y verdes.

No obstante, la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), de creciente popularidad, en particular en el este del país, amenaza con arrebatar el primer puesto al Partido Socialdemócrata (SPD).

Brandeburgo es el tercer y último Land en celebrar comicios regionales este año en el este alemán, en donde el partido ultra ya arrasó en Turingia, donde fue primera fuerza con un 32,8 % de los votos y en Sajonia, donde con un porcentaje similar quedó a un punto escaso de los ganadores democristianos.

Aunque en Brandeburgo el SPD ha logrado remontar ligeramente según los últimos sondeos publicados este jueves por la televisión pública ZDF, sigue un punto por detrás de la AfD.

Ésta se sitúa en cabeza con el 28 % de intención de voto, mientras que los democristianos quedarían terceros con el 14 %, seguidos de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), de izquierda populista, que se haría con el 13 %.

Migración y seguridad

En la campaña han figurado temas regionales, como la gigafactoría de Tesla que comenzó a funcionar en 2022 en la localidad de Grünheide y su impacto en los acuíferos de la zona, o la deficiente atención sanitaria.

Pero, irremediablemente, dominaron cuestiones de política nacional como la migración y la seguridad, explotadas habitualmente por la AfD, una formación que en Brandeburgo, igual que en el resto del este alemán, trasciende las posiciones de la extrema derecha y hace guiños al movimiento neonazi.

Así, causó revuelo durante la campaña un cartel en los que, bajo el lema "Protegemos a vuestros hijos", un hombre y una mujer forman un techo protector sobre unos niños con los brazos en una pose ambiguamente similar al saludo fascista.

Además, después de que un yihadista matara en agosto a tres personas con un cuchillo en el oeste de Alemania, la AfD de Brandeburgo solicitó en el parlamento regional que a todos los solicitantes de asilo, refugiados reconocidos y desplazados ucranianos se les prohíba el acceso a los eventos públicos.

Un golpe para Scholz

Dado que el resto de partidos mantienen por el momento el cordón sanitario contra la ultraderecha, es muy improbable que ésta pueda llegar a gobernar en Brandeburgo, pero su victoria, que comportaría una derrota de los socialdemócratas en un feudo histórico, asestaría otro golpe a la ya muy maltrecha imagen de Scholz.

Su reputación ha sufrido tanto últimamente que el primer ministro brandeburgués, su compañero de partido Dietmar Woidke, le pidió expresamente que no participara en la campaña, a pesar de que el canciller reside en Potsdam, la capital del 'Land', donde su mujer, Britta Ernst, fue hasta el año pasado ministra de Educación.

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A un año de las elecciones generales, los sondeos apuntan a un SPD que lucha por mantenerse en tercer lugar por detrás de los democristianos y la AfD, con apenas un 14,5 % de los votos, mientras que sus compañeros de coalición verdes y liberales quedarían relegados a un cuarto y sexto puesto con el 11 y el 4,1 %, respectivamente.

En este contexto, dentro del SPD crece la frustración con Scholz, al que se le achacan entre otros fallos falta de liderazgo, malas dotes de comunicación y un abandono de las políticas socialdemócratas ante la presión al ahorro impuesta por los liberales.

Como esperanza del partido y posible reemplazo se rumorea al ministro de Defensa Boris Pistorius, que como político mejor valorado de Alemania en estos momentos proyecta una sombra creciente sobre el todavía canciller.

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