Derechos humanos

La Casa del Rey se desentiende de la foto de Juan Carlos I con el principal sospechoso de ordenar el asesinato de Jashoggi

Juan Carlos de Borbón junto al heredero del trono saudí Mohamed bin Salman

Fernando Varela

La Casa del Rey intentó este lunes situar en el ámbito de lo “privado” y “ocasional” la fotografía difundida por Arabia Saudí de su príncipe heredero, Mohámed Bin Salmán, con Juan Carlos de Borbón, padre de Felipe VI y su antecesor en la Jefatura del Estado.

La imagen, tomada en el palco de autoridades del Gran Premio de Fórmula 1 de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), forma parte de la primera jornada de una gira con la que el heredero saudí trata de retomar su agenda internacional un mes después del asesinato en un consulado de Estambul del periodista Yamal Jashoggi, que según la CIA, el Gobierno turco y la prensa norteamericana fue ordenado por él mismo.

El día del Gran Premio el príncipe Salmán, destinado a heredar el trono de la teocracia absolutista saudí, consiguió mantener dos entrevistas: una con Juan Carlos I y la otra con Ramzán Kadýrov, actual presidente de Chechenia. Kadýrov gobierna la república chechena bajo la influencia de Vladímir Putin y es bien conocido por su desprecio a los derechos humanos, especialmente en lo que se refiere a los homosexuales y la libertad de prensa. Bajo su mando tiene un grupo paramilitar, los kadýrovtsy, formado por miles de veteranos de guerra que con frecuencia son acusados de brutalidad y crímenes contra los ciudadanos.

La gira de Bin Salmán culminará este fin de semana en la reunión del G-20 en Buenos Aires (Argentina), donde el heredero saudí coincidirá con Pedro Sánchez y la mayoría de los líderes mundiales.

La Casa Real española precisó, en respuesta a las preguntas de infoLibre, que Juan Carlos I ha acudido regularmente al Gran Premio de Abu Dabi como invitado desde que abdicó, en el año 2014. Esta vez, en una sala del circuito, explicaron las mismas fuentes, se encontró “de forma ocasional y privada” con el príncipe saudí. El encuentro no tuvo “relevancia institucional”, subrayó un portavoz de la Zarzuela.

El Gobierno de Pedro Sánchez reaccionó del mismo modo, poniéndose de perfil o desentendiéndose de la imagen del padre del rey con Bin Salmán, que ha dado la vuelta al mundo —es una de las primeras citas que mantiene con mandatarios o exmandatarios ajenos a las monarquía del Golfo después del asesinato del periodista—.

El ministro de Exteriores, Josep Borrell, se refirió al saludo como un “encuentro casual” y aseguró que “el Gobierno no es responsable de la agenda del rey emérito”. Borrell señaló que ni tenía información de antemano, ni la tiene ahora, ni la tendrá. “No tengo nada que decir, ni sabía que se iba a producir, ni probablemente estaba previsto”, remachó.

Eso sí, Borrell aseguró que España no ha vuelto a vender armas a Arabia Saudí después de la controvertida remesa de bombas autorizada por Sánchez y cuya cancelación previa a punto estuvo de provocar la anulación de un pedido de embarcaciones vital para la factoría naval de Navantia en el golfo de Cádiz. “España, sin hacer ninguna declaración, no ha vendido nada más desde la crisis de las corbetas o de los misiles. Hay peticiones de distintas empresas, pero de momento están paradas” a la espera de que el Gobierno español finalice el protocolo con el que pretende garantizar que las armas vendidas a otros países se ajustan a las condiciones de la legislación española y que exigen que no sean utilizadas para violar derechos humanos o la legislación internacional.

El pasado 24 de octubre, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó en el Congreso que España no suspendería la venta de armas a Arabia Saudí. Ni ante las evidencias acerca de su utilización por parte de la dictadura del golfo en la guerra civil de Yemen ni como medida de presión para que los autores e inductores del asesinato del periodista Yamal Jashogi sean detenidos y juzgados.

Política e ideales

Y no lo hará, explicó entonces el presidente, por “responsabilidad” y porque en política no siempre “los ideales se pueden hacer realidad”. Su principal preocupación en aquellos momentos, subrayó, eran las empresas españolas que operan en Arabia Saudí y los trabajadores de la Bahía de Cádiz, una zona deprimida y castigada por el desempleo, en donde 6.000 empleos dependen de la construcción de barcos para la dictadura saudí.

Sánchez sí admitió la gravedad de los hechos por los que está siendo acusado Bin Salmán, pero apeló al comercio internacional de armas como “un ejemplo de la complejidad de la política”. Por eso pidió expresamente a todos los partidos, y en especial, sin mencionarlo, a Unidos Podemos, que es quien encabezaba la solicitud de un embargo, “que tengan en cuenta el peso de las relaciones estratégicas con otros países”. “Hoy y aquí”, subrayó entonces, "tengo que estar en la defensa de los intereses de España y en la defensa de sectores estratégicos afectados por el desempleo”.

Muchos menos explícita que Borrell se mostró en un acto en Bruselas la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, que en un primer momento respondió a los periodistas creyendo que quien se había hecho la foto con el príncipe saudí era el rey Felipe de Borbón. “Nosotros tenemos el respeto al rey emérito que se merece”, fue todo lo que dijo Celaá, que se negó a continuación a decir nada más cuando fue preguntada por las consecuencias para España de una imagen que muestra al anterior jefe del Estado departiendo amigablemente con el principal sospechoso de haber ordenado el asesinato de Jashoggi. “No hemos tratado eso en el Gobierno”, dijo la portavoz. “No voy a responder”. Ni siquiera quiso confirmar si Sánchez se reunirá con Bin Salmán en Buenos Aires: “Lo ignoro. Cada cosa a su tiempo”, concluyó.

En la misma línea de Borrell se pronunció el PSOE. Esther Peña, portavoz del su comité electoral, aseguró entender “que no era un evento oficial, no estaba en la agenda oficial. No opinamos”, añadió antes de dejar en manos de la Casa Real cualquier explicación.

También el PP, a través de su número tres, Javier Maroto, evitó criticar al rey emérito. Fuentes del partido de Casado señalaron también a la Casa Real como los responsables de dar explicaciones.

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Más crítico se mostró José Manuel Villegas, secretario general de Ciudadanos. “No era el momento de que se produjeran ese encuentro y esa foto”, admitió en rueda de prensa, porque “se están investigando las responsabilidades de ese mandatario en el asesinato del periodista [Yamal Jashoggi]”, cometido el pasado 2 de octubre.

Unidos Podemos ha sido la formación que con más dureza ha condenado la entrevista de Juan Carlos de Borbón con el príncipe saudí. Su portavoz adjunta en el Congreso, Ione Belarra, le acusó de dañar la imagen internacional de España: “Nos parece que el rey tiene que dar muchas explicaciones”.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, aprovechó para recordar a través de Twitter que el lunes se cumplieron 40 años de la visita de Juan Carlos I a Argentina en plena dictadura militar. “Ahora vuelve a ensuciar la imagen de España con sus amistades peligrosas, saludando al príncipe heredero de Arabía Saudí tras el asesinato de Jashoggi”, indicó.

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