El futuro del mausoleo fascista
Exhumar a Franco no basta: las víctimas piden cerrar el Valle de los Caídos o convertirlo en memorial de los crímenes
La exhumación de los restos del dictador Francisco Franco parece próxima, 43 años después de su muerte, pero para las asociaciones de víctimas del franquismo sacar el cadáver del Valle de los Caídos es solo un primer paso. Previsiblemente, este viernes el Consejo de Ministros firmará el decreto por el cual se reformará la Ley de Memoria Histórica y se exhumará el cuerpo de Franco para retirarlo del monumento, y si bien las asociaciones aplauden la acción, también consideran que el mausoleo debería ser destruido o reformado para convertirlo en un memorial de los crímenes del franquismo.
Tal y como informó este martes el Gobierno, está previsto que el viernes se firme "un decreto que modifique puntualmente la Ley de Memoria Histórica" con el fin de eliminar la posibilidad de que Franco siga en el Valle de los Caídos. Según señaló el ministro de Cultura, José Guirao, esta vía es la más efectiva "para evitar que las demandas judiciales paralicen la medida", y está previsto que el decreto se lleve al Congreso para que lo convalide "lo antes posible", a partir de "la segunda semana de septiembre", cuando se inicie el nuevo periodo de sesiones.
Las asociaciones de víctimas y familiares de víctimas del franquismo, consultadas por infoLibre, coinciden en que la medida, aunque tardía, es necesaria. "Es inaceptable el estado actual de las cosas, así que obviamente estamos a favor de la medida", apunta a este respecto Arturo Peinado, presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria, que sin embargo dice temer que el Gobierno vaya a llevar a cabo "únicamente de una política de gestos". "Sacar los restos de Franco es solo el principio y no hay que quedarse ahí", advierte Peinado.
Para el presidente de la Federación Estatal de Foros por la Memoria, la siguiente acción a llevar a cabo está clara: demoler el monumento enclavado en Cuelgamuros. "Consideramos que lo más lógico es derribarlo, o cerrarlo y dejar que se destruya por sí solo", dado su mal estado de conservación, apunta Peinado. "Pero si al final no hubiera demolición, al menos habría que resignificarlo", sostiene. Y para ello no es posible dedicar el monumento a la "reconciliación", sino que tendría que consagrarse a la memoria del "antifascismo y las víctimas de la dictadura y de todas las formas de represión franquista".
Por su parte, Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, coincide en que es necesario dar más pasos tras la exhumación de Franco, pero piensa, sin embargo, que la mejor opción no es acabar con el monumento. Para Silva, es necesario transformar el Valle de los Caídos en un memorial que incluya "una exposición permanente donde se cuente su historia, cómo se construyó y cómo se apropió Franco de él, y en la que haya testimonios de los presos políticos que lo levantaron, sobre las penas que cumplían, etc".
La transformación del mausoleo franquista en un memorial, señala igualmente el presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica, también debería ir acompañada de un estudio completo de "todos los espacios que contienen restos humanos, para analizar cuáles se pueden exhumar y cuáles no". Y Silva añade una tercera medida que, a su juicio, es necesaria tras la salida del dictador de Cuelgamuros: "Hay que hacer públicos los listados de personas enterradas" en el Valle de los Caídos.
El informe de 2011
Pero no solo las asociaciones de víctimas se plantean ir más allá de la mera exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. El informe que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero encargó a una comisión de expertos y que recibió en 2011 ya abogaba por trasladar el cadáver del dictador, pero además también planteaba la necesidad de que los restos del líder de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, salieran del lugar privilegiado que tienen en la basílica del Valle y fueran inhumados en una de las fosas comunes que contienen restos de otras víctimas de la Guerra Civil.
"El objetivo de resignificar el conjunto del Valle de los Caídos, despojándole de cualquier connotación ideológica y política y atendiendo únicamente a la dimensión moral de la memoria, solo será posible si los enterramientos se reservan únicamente, como estaba previsto, para los restos de las víctimas y los muertos de la Guerra Civil", consideraba entonces este informe. Y por ello, en el caso concreto del cadáver de Primo de Rivera, "dada la igual dignidad de los restos de todos los allí enterrados", los restos del jerarca falangista "no deben ocupar un lugar preeminente".
La comisión de expertos que redactó el documento también incluía otra serie de medidas a llevar a cabo para reformar el mausoleo franquista, que para empezar necesita trabajos de mantenimiento con un coste no inferior a 13 millones de euros "para evitar la creciente ruina del conjunto". El informe señalaba la conveniencia de establecer en Cuelgamuros un "Memorial del Valle" que incluyese una "instalación o actuación artística" con "una posible inscripción de los nombres de todas las víctimas", un "cementerio" y un "espacio destinado a la meditación de carácter cívico", así como un "centro de interpretación" del monumento.
En dicho centro de interpretación debería quedar explicado, señala el informe, "el origen del proyecto" arquitectónico, "en qué contexto sociopolítico se llevó a cabo esta construcción y quienes participaron en la misma", insistiendo "de manera muy especial en la presencia de presos republicanos" entre los trabajadores. Asimismo, este centro "debería contener el registro con la identificación de todos los enterrados, así como de las biografías de las que se disponga", e incluiría también una explicación detallada de "por qué los restos de José Antonio Primo de Rivera y del general Francisco Franco fueron enterrados en un lugar preeminente de la basílica".
La basílica, según la recomendación de los expertos, no debería alterarse en la reforma del Valle de los Caídos, y "la explicación que pueda precisar el visitante" a su respecto "debe serle ofrecida en el centro de interpretación". Lo que sí es necesario, señala el informe, es la "dignificación" de la sepultura de los enterrados en el monumento, construyendo columbarios nuevos y "rescatando" a las víctimas del anonimato "y, hasta donde sea posible, del hacinamiento de los restos", para lo cual "es preciso investigar, conocer e inscribir de la forma más digna posible los nombres y apellidos de todos aquellos de los que se tenga constancia de haber sido allí enterrados".