PORTADA DE MAÑANA
Ver
El Gobierno confía en que el PP y una amplia mayoría del Congreso apruebe el decreto de ayudas a Valencia

Medio ambiente

El juez propone juzgar a 28 activistas de Greenpeace que pintaron la fachada del hotel El Algarrobico (Almería) en 2014

Hotel de El Algarrobico (Almería).

infoLibre

El Juzgado de Instrucción 1 de Vera (Almería) ha propuesto que vayan a juicio 28 activistas de Greenpeace que, en mayo de 2014, accedieron en una acción reivindicativa al hotel de Azata del Sol en el paraje de El Algarrobico, en Carboneras, y dibujaron un punto negro de 8.000 metros cuadrados en la fachada con la leyenda "Hotel ilegal" para exigir su "desmantelamiento inmediato.

El juez ha acordado, en un auto que ha sido recurrido por la defensa, la transformación de las diligencias previas en procedimiento abreviado por presuntos delitos de desobediencia, y ha dado traslado a las partes para que formulen acusación o interesen el sobreseimiento de la causa. La Fiscalía, por su parte, ha pedido la práctica de nuevas diligencias.

La resolución apunta a la supuesta comisión de un delito de desobediencia ya que los activistas se habrían negado a abandonar el hotel cuando fueron conminados por la Guardia Civil, según han indicado a Europa Press fuentes judiciales si bien la acusación particular que ejerce Azata del Sol denunció por delito de daños.

La causa penal, que inicialmente fue archivada por el juzgado instructor, se reabrió en enero de 2017 después de que la Audiencia Provincial de Almería estimase el recurso de apelación de Azata del Sol y ordenase continuar con la tramitación del procedimiento al considerar que estaba "debidamente justificada la perpetración del presunto delito de daños" en el transcurso de la que entonces era la sexta acción del colectivo conservacionista en el establecimiento.

Remarcó para ordenar la reapertura que "nada justifica la realización de los mismos" ya que, al archivar el juzgado consideró que cuando los activistas de Greenpeace accedieron al hotel de El Algarrobico "no tenían la intencionalidad de dañar la propiedad ajena", sino que era "una manera de protestar".

En la misma línea, la Fiscalía pidió el sobreseimiento porque "primaba el componente simbólico al material", porque al estar declarada nula la licencia municipal de obras "y se llevase a cabo la demolición, los desperfectos causados quedarían sensiblemente anulados o disminuidos" y también porque no había aflorado en la investigación "ningún indicio de que los denunciados, según reflejó el atestado policial, ocasionarán daños en concreto".

La Audiencia Provincial concluyó, sin embargo, que la existencia de procedimientos en el orden contencioso administrativo en torno a la legalidad del hotel es un hecho divulgado por los medios de comunicación, pero ni alcanza el nivel de hecho notorio, ni obra reflejado en modo alguno donde debería estarlo, es decir, en las diligencias previas, y menos aún constan esos posibilismos a los que alude el auto".

"El atestado, además, identifica a una considerable cantidad de personas integrantes del grupo, que, de modo unitario, entraron en el lugar provisto del material de pintura, identificando a algunos partícipes que, siempre según aquel, admitieron ante la Guardia Civil su actuación", finalizó.

El Cabo de Gata, la "joya única en Europa" que se libró del turismo de masas y en cuyo corazón la Junta permite un hotel

El Cabo de Gata, la "joya única en Europa" que se libró del turismo de masas y en cuyo corazón la Junta permite un hotel

Fueron más de un centenar de activistas de Greenpeace, según los organizadores, los que acudieron el 10 de mayo de 2014 hasta el hotel para pintar "un gigantesco punto negro de 8.000 metros cuadrados" en la fachada y exigir así su "desmantelamiento inmediato". La pintada permitía leer sobre el edificio "Hotel ilegal".

Esta acción se produjo apenas mes y medio después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía emitiera un segundo pronunciamiento —ahora revocado— que contradecía el anterior dictado por el mismo órgano en el que declaraba el terreno del Algarrobico como urbanizable, lo que a juicio de Greenpeace, no hacía más "que enmarañar el caso y dar tiempo a las administraciones para no hacer cumplir la ley".

Cuatro días después de esta acción, un centenar de vecinos de Carboneras acudieron al hotel para modificar la pintada realizada por los activistas y cubrir de negro la 'i' de 'ilegal' para reivindicar así la apertura del edificio ya que, según ha defendido una parte de la población, sería "beneficioso" para la localidad "en cuanto a generación de puestos de trabajo y riqueza".

Más sobre este tema
stats