Luceño dice que el Ayuntamiento le pidió "ayuda": "Si quisiera estafar, podría haber ganado 26 veces más"

Luis Medina ha su llegada al juicio sobre la presunta estafa al Ayuntamiento de Madrid con las mascarillas en la pandemia.

El empresario Alberto Luceño ha explicado ante el tribunal que le juzga por presunta estafa al Ayuntamiento de Madrid en la compraventa de material sanitario que él fue "un transmisor de información" entre vendedor y comprador, que la responsable de compras municipal le pidió "ayuda" y que no la dejara "sola", y que ambas partes acordaron unos precios sin que él supiera la comisión que cobraría hasta después, según informa EFE.

La Audiencia Provincial de Madrid celebra este miércoles la séptima sesión del juicio a los empresarios Luceño y Luis Medina acusados de estafa al Ayuntamiento de Madrid al inicio de la pandemia, en tres contratos de compraventa de material sanitario en los que se embolsaron 6 millones de euros en comisiones. La Fiscalía pide 15 años de cárcel para Luceño por presunta estafa, falsedad documental y fraude, y nueve para Medina por presunta estafa y falsedad documental.

Luceño ha contestado a todas las partes y se ha mostrado seguro en sus respuestas, reconociendo que lo sabe "todo" del proceso, y de hecho la presidenta de la Sala ha dicho en una ocasión, al pretender intervenir su letrado, que el acusado estaba contestando detalladamente y sabe dónde están los documentos que se manejan en la causa.

Ha relatado que habló por primera vez con la responsable de compras entonces del Ayuntamiento, Elena Collado, el 22 de marzo de 2020 por la noche, porque su socio Medina le había dado su teléfono el día anterior, pero ese día no la pudo llamar porque él estaba en China. En una conversación de unos diez minutos él le preguntó a Collado qué necesitaba, y ella le dijo que tenía "una necesidad imperiosa de material sanitario", por lo que él le explicó que tenía experiencia de cuatro años en China y sabía cómo conseguirlo.

"Fue ella la que me llamó para pedirme ayuda. Me dijo: 'Alberto no sé de este negocio, por favor ayúdame, no me dejes sola... no se leer facturas'", ha detallado Luceño. Ha matizado: "Yo no voy ofreciendo un producto; es ella la que me manda un cuadro de suministros con 37 artículos y yo le digo que vamos a intentar ser rentables y conseguir los productos que más necesite la sociedad", que serían tres, aunque ella le dijo inicialmente que quería "todos".

Ha reconocido que en ese momento no le dijo a Collado expresamente que lo que quería era ayudar, pero que "evidentemente quería ayudar" entre otras cosas porque tiene familiares sanitarios. "Mi trabajo consiste en poner de acuerdo al vendedor y al comprador, en que se haga la operación", ha dicho, precisando que él representaba al vendedor, que era la empresa asiática Leno, y fue "un transmisor de información" entre las dos partes.

Ha dejado claro que durante todo el proceso "nunca" le dijo a Collado que él fuera agente de la empresa Leno, y sobre su intención en la compraventa ha llegado a asegurar: "Si yo hubiera querido vender, si tuviera el ánimo de estafar, podría haber vendido 26 artículos y podría haber ganado 26 veces más".

Sobre la comisión que acabó cobrando, de 5 millones, ha contestado al fiscal que "en ningún caso" el Ayuntamiento le preguntó ni él lo dijo. "No voy diciendo lo que se gana, y yo no sabía lo que se me iba a retribuir", ha añadido, dejando claro que la comisión la determinó luego la empresa Leno.

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"Yo le dije (a Collado) el precio de 6,6 porque me lo dice Leno, y Leno es la persona que tiene contacto con la fábrica directamente", ha explicado, haciendo hincapié en que él no sabía "lo que Leno tuviera fijado con la fábrica" ni lo que él iba a cobrar de comisión. Ha asegurado que "cada operación es un mundo y unas veces puede quedar muchísimo o puede quedar menos" de comisión, y que en este caso solo supo su comisión cuando se acabó firmando el contrato y se hizo una transferencia.

Luceño ha relatado cómo su objetivo es que la mercancía llegase lo antes posible y con las características acordadas, y que "el miedo" de la responsable municipal de compras "no eran las comisiones" sino que efectivamente llegara la mercancía en tiempo y forma. También ha explicado cómo gestionó que, tras recibir el Ayuntamiento unos guantes que no se correspondían con el contrato, la empresa Leno devolviera casi todo el dinero.

Ha asegurado asimismo que vio al dueño de Leno, San Chin Choon, en una ocasión, aunque luego hablaron por teléfono y por correo en muchas ocasiones. "Hablé poco, porque tiene un ingles achinao", ha añadido.

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