La crisis de los ‘pellets’
El PP intenta proteger a Rueda mientras la Xunta insiste en rechazar ayuda del Gobierno
La crisis de los microplásticos no amaina en Galicia. Ni en las playas, a las que siguen llegando los pellets, ni en la política, donde la controversia aumenta de intensidad.
El Partido Popular, en un intento de proteger la figura de su candidato a la Presidencia, Alfonso Rueda, impidió este jueves que fuese citado a dar explicaciones en la Diputación Permanente del Parlamento de Galicia —la Cámara está disuelta por la convocatoria electoral del 18 de febrero—.
El sucesor de Alberto Núñez Feijóo no tendrá que aclarar la errática gestión que la Xunta ha hecho del problema medioambiental provocado por el carguero Toconao el pasado 8 de diciembre, cuando vertió 26 toneladas de diminutas bolitas de plásticos a 70 kilómetros de la localidad portuguesa de Viana do Castelo, muy cerca del límite fronterizo con Galicia.
Aunque Rueda es quien preside el operativo y quien en última instancia toma las decisiones —incluida la de pedir ayuda aérea y marítima 24 horas después de decir que no la necesitaba o que se trataba de una responsabilidad de los municipios—, en su lugar hablará este viernes la vicepresidenta y conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez.
Dañar la pesca y el turismo
La sesión fue fijada después de un tenso debate en el que el BNG, que lidera la oposición, intentó sin éxito que quien rindiera cuentas fuese el propio Rueda. La munición de unos y de otros fueron las fechas en las que se tuvo constancia del problema y la supuesta utilización de esta crisis como argumento electoral. El PP no dudó en acusar a los nacionalistas de estar dañando a los sectores turístico y pesquero al hablar de la gravedad de un problema que la Xunta solo niega cuando se trata de limpiar las playas, pero que subraya cuando trata de culpar al Gobierno de España.
Un buen ejemplo de la falta de diligencia de la Xunta para enfrentar este problema lo protagonizó este jueves el presidente Rueda al reconocer que un mes después del vertido su gobierno todavía no había aprobado un protocolo para la recogida de los microplásticos en las playas, pese a la demanda de los ayuntamientos.
Eso significa que hasta ahora la Xunta careció de un sistema coherente para, entre otras cosas, canalizar y distribuir en las playas afectadas a todos los voluntarios que se han presentado para estas labores.
Según la información de la Xunta, este jueves había constancia de pellets en 37 municipios, lo que ha obligado a incrementar, a partir del fin de semana, de 200 a 300 los efectivos movilizados para las tareas de limpieza.
Arenales afectados
El grueso de los arenales afectados se concentra de momento en la provincia de A Coruña, según datos del Gobierno gallego. Están ubicados en los municipios de Oleiros (playa de Canide y de Bastiagueiro), Sada (playa de Cirro), Ferrol (Doniños), Muxía (Nemiña), Carnota (San Pedro), Ribeira (playa das Furnas, Vilar y Ladeira), Carballo (Razo), Camariñas (playa do Trece), Valdoviño (Pantín), Miño (playa Grande), Porto do Son (Area Longa y Sieiras), Cariño (playa da Concha), A Coruña (As Lapas), Arteixo (Barrañán), A Laracha (Caión), Muros (San Francisco), Laxe (Traba), Dumbría (Ézaro), Outes (Broña), Porto do Son (Areas y Longas) y Malpica (Langosteira).
En la provincia de Pontevedra, hay tareas de limpieza en Bueu (playa de Tulla), O Grove (A Lanzada, Carreiro y Barcela), Nigrán (Madorra), A Illa de Arousa (Aguiunchu), Cangas (Nerga), A Guarda (Area Grande), Vigo (Samil) y Sanxenxo (Silgar, Canelas y Montalvo). En Lugo solo ha habido actuaciones en arenales de Barreiros (Remior) y Xove (Esteiro).
De momento, la Xunta sigue despreciando la ayuda terrestre que le ha ofrecido el Gobierno central. La misma que opera con normalidad desde hace dos días en el Principado de Asturias. E insiste en que Transición Ecológica y Transportes busquen en el mar las bolsas de pellets que, especulan sin ningún dato que apoye esa teoría, se dirigen a las costas gallegas.
El Gobierno de España, por su parte, renovó su compromiso de ayuda, pidió a la Xunta que concrete “cuánto, cuándo y dónde” la necesita y recordó que está utilizando medios aéreos y marítimos para “buscar activamente” señales del vertido en el mar desde que el 20 de diciembre tuvo constancia del vertido.
La Dirección General de la Marina Mercante y Sasemar “continúan buscando activamente restos de pellets o sacos de estos” en el mar, “priorizando, tal y como recomienda la Organización Marítima Internacional (OMI), los medios aéreos y recurriendo también a medios marítimos y a vigilancia satelital”.
Actuación en el mar
“En el momento en que cualquier medio marítimo, aéreo o satelital detecte una contaminación en el mar, el Gobierno actuará inmediatamente, aún dentro de las limitaciones técnicas que tiene la actuación en el mar, de acuerdo con las recomendaciones y guías internacionales que regulan la actuación en estos casos, para lo que la Xunta cuenta con los medios de Salvamento solicitados y que se encuentren disponibles en ese momento”, argumentan.
Para que no haya dudas, a la vista de la insistencia de la Xunta, el Gobierno “informará diariamente de cada uno de los vuelos o inspecciones aéreas, marítimas y satelitales” que lleve a cabo Sasemar, “tan pronto tenga el resultado de dichas inspecciones”.
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Entretanto, Transición Ecológica ha trasladado a la Xunta que está en disposición de activar “con un preaviso de 12 horas” un “retén inicial de efectivos” para apoyo por tierra, adscritos al Plan Estatal de Protección de la Ribera del Mar. En caso de que fuera necesario movilizar más efectivos, “esto podría atenderse con personal de fuera de Galicia, por lo que convendría saberlo con un preaviso de 48 horas”, advierte.
No obstante, el Gobierno gallego sigue despreciando estos medios. “Ahora no están llegando pellets como para tener que pedir ayuda adicional. Veremos cómo evoluciona, por lo que si fuera necesario, en doce horas podría desplegarse personal adicional”, justificó Rueda.
El presidente de la Xunta sigue exigiendo a Transición Ecológica y a Transportes que un “robot submarino” inspeccione el contenedor que transportaba los microplásticos y que supuestamente se hundió en el Atlántico. Y lo hace a pesar de reconocer que su Gobierno no tiene constancia de que alguien sepa dónde está.