Crisis de los refugiados
¿Qué puede hacer por los refugiados el Gobierno en funciones?
El Gobierno, aun estando en funciones, puede tomar medidas en favor de la acogida de refugiados que no dependen del programa europeo de reubicación y para las que existen presupuesto y medios suficientes. El reasentamiento desde campos de refugiados, los visados y becas humanitarias o la extensión de la reagrupación familiar son las más importantes y serían, además, las más efectivas, según los distintos expertos consultados por Europa Press.
El verano pasado, España se comprometió en Bruselas a acoger en su territorio a 16.000 refugiados que se encuentran en Italia y en Grecia, pero sólo han llegado 18 por razones que, según el Gobierno, le son ajenas. Argumenta por un lado que los puntos de identificación y derivación de estas personas no están funcionando como debieran y, por otro, que en general los refugiados prefieren ir a otros países, como Alemania o Suecia.
El propio presidente en funciones, Mariano Rajoy, reconoció esta semana en el Congreso que el proceso europeo se está ejecutando con "exasperante lentitud, aunque se está acelerando en las últimas semanas". Austria ha reubicado a 1.348 personas y Reino Unido a 1.000. Para cumplir su compromiso, España tendría que traer desde Grecia e Italia a más de 1.700 personas al mes de aquí a diciembre.
Sin embargo, sí podría ejecutar su programa de reasentamiento. A diferencia del anterior, en este caso se trata de enviar una misión a los campos de refugiados que están fuera de la UE y, en colaboración con ACNUR, ofrecer a grandes grupos de personas ser acogidos en España. De hecho, el Gobierno se comprometió con Bruselas a traer a 1.200 personas, pero el Consejo de Ministros sólo ha aprobado hasta la fecha reasentar a 854, y aunque presupuestó misiones para ir a buscarles, ninguna ha llegado.
Canadá ha reasentado en tres meses a 25.000 personas
"El reasentamiento es una solución segura y duradera para el problema de los refugiados y si hasta ahora no se ha hecho es porque hay una clara falta de voluntad política en responder a la situación de emergencia", afirma la portavoz de la ONG especializada en asilo ACCEM, María Tejada. Recuerda que Canadá, en sólo tres meses ha reasentado a 25.000 personas.
España tiene precedentes de éxito. El primer gran cupo de reasentamiento de la democracia se aprobó en los años 80 cuando un millar de vietnamitas fueron trasladados al país sin incidentes. En los noventa se produjeron otros dos grandes movimientos: Más de 2.500 bosnios llegaron entre 1992 y 1994 y en torno a 1.500 albanokosovares lo hicieron en 1999, sin que se produjeran tampoco problemas económicos o conflictos sociales.
En cuanto a la posibilidad de que no quisieran venir, Tejada asegura que "los refugiados no rechazarían España". "Es lógico que una persona quiera ir a un lugar donde tiene redes de conocidos y obviamente, Alemania ha acogido infinitamente a más personas, pero eso no significa que si les explicas qué se van a encontrar en España, no vayan a querer venir. Además, la situación se ha ido agravando de forma alarmante, no podemos pensar que es la misma que hace siete meses", añade.
Dejar atrás a la familia
Con un cambio administrativo, el Ejecutivo podría además flexibilizar los requisitos que exige para que un refugiado en España pueda traer a su familia a su familia. En la actualidad, sólo es posible traerse a un pariente si es un hijo menor de edad o un padre o madre mayor y dependiente, lo que parte en pedazos a familias enteras.
"Te parte el corazón ver historias de familias con hijos que cumplen los 18 y se quedan descolgados en otros países porque ya no cumplen el criterio de reunificación familiar aunque hayan sido dependientes. Estas personas deberían poder disfrutar de la seguridad de un país pero todas juntas. Difícilmente una familia va a poder retomar su vida en un país cuando sabe que tiene a su hija de 19 años colgada en Libano, en Jordania o en Turquía, abocada a cualquier situación dramática", dice la portavoz de ACNUR María Jesús Vega.
Según explica, bastaría con dictar instrucciones para que quienes reciben, tramitan y resuelven las solicitudes de reagrupación familiar o de extensión familiar de la protección (un refugiado puede pedir también la condición de refugiado para sus familiares directos por estar sometidos a la misma amenaza) sean "un poco más flexibles", sobre todo en determinadas nacionalidades, como la siria o la eritrea.
Eliminar los visados (o conceder más) para hacer un viaje seguro
Otra de las grandes medidas que facilitarían la acogida y evitarían muertes en el mar tiene que ver con los visados. España, bajo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, impuso visado de tránsito a los sirios en 2011, cuando ya había empezado la guerra, de modo que necesitan conseguir autorización incluso para cruzar el espacio aéreo nacional. El Estado tiene soberanía para adoptar esta decisión siempre que la comunique después a la Comisión Europea, es decir, que igual que la adoptó, podría revertirla.
Además, se podría directamente expedir más visados en las embajadas de España en países limítrofes a Siria, como Jordania o Líbano, que siguiendo criterios, por ejemplo, de vulnerabilidad, garantizasen una vía legal y segura a los sirios para acceder a territorio español, donde poder formalizar su solicitud de asilo. Brasil activó un programa específico en este sentido en 2013 que ha facilitado la llegada de más de 7.000 refugiados a su territorio en menos de tres años.
La legislación española no permite cursar la petición de asilo en la misma embajada, pero sí que el responsable consular expida salvoconductos a quienes considere. Las condiciones para hacerlo están sin desarrollar porque no se ha llegado a aprobar el reglamento de la Ley de Asilo de 2009 y el anterior no contemplaba esta posibilidad. Aún así, se han concedido visados: 3.714 a ciudadanos sirios sólo en 2013, según los últimos datos oficiales a los que tuvo acceso Europa Press.
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Según explican desde CEAR, en España los "visados humanitarios" no existen como tal en el ordenamiento jurídico, son visados corrientes que se conceden en función de las circunstancias de quien lo solicita y de requisitos tasados, como su capacidad económica para sostenerse en España. Se podrían dictar instrucciones para facilitar el viaje de muchas más personas. "El Gobierno puede hacer lo que quiera, es sólo cuestión de voluntad", comenta la misma fuente.
En la misma línea, un programa de becas internacionales con fines humanitarios permitiría vivir en España y cursar estudios superiores a jóvenes y adolescentes que se encuentran varados en los campos de refugiados cercanos a Siria, dándoles así opciones de futuro y, sobre todo, la posibilidad real de recuperar las riendas de su vida.
ACNUR ha pedido al Ministerio de Educación 500 becas de este tipo, y aunque afirma que el departamento que dirige Íñigo Méndez de Vigo se mostró favorable a esta propuesta, nada se ha hecho todavía.