Ahora que de casi todo hace ya...
15 años sin 'La Más Grande', un redescubierto icono feminista que vivió como quiso y cantó lo que le dio la gana
Cantó a todos y de todo. En Amores a solas presumió de ser la primera española en hablar de la masturbación femenina sin pelos en la lengua, y en 1985 llegó a cantarle al presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, en Miami. "En España, but this is my second country, mister presidente", chapurreó la chipionera cuando el titular de la Casa Blanca le preguntó de dónde era. Su primer sueldo fueron 250 pesetas (1 euro y 50 céntimos), una gaseosa y un par de medias que ganó en un concurso de Radio Nacional en el que su tío Antonio le había inscrito. Su clan familiar saltó esta vez con fuerza a la palestra televisiva a principios de 2021 envuelto de polémica después de que su hija, Rocío Carrasco, contará su impactante testimonio como víctima de la violencia machista en la serie Rocio, contar la verdad para seguir viva, que avivó las tensiones de una familia rota. Se ganó el respeto de todos los públicos y por eso pasó a llamarse La Más Grande —un apelativo que le impusieron en México con motivo de un disco homónimo en 2001 en el que recreaba alguno de sus mayores éxitos—. Hablamos de Rocío Jurado (María del Rocío Trinidad Mohedano Jurado), una de las artistas más prolíficas y admiradas de nuestro país, quince años después que un cáncer de páncreas dejará un gran vacío en el mundo de la música.
El misterio de su edad
“A las 5.15 de la madrugada ha dejado de respirar. Ha muerto como ella quería, rodeada de los suyos, de su familia, de sus hijos, de sus hermanos...”, fue la amarga frase que pronunció Amador Moheado, hermano de la cantante, delante de los medios y que abrió todos los informativos. Era el 1 de junio de 2006. Quizá hoy tendría 81, 77 o 75 años, no lo sabemos, y es que hay tres cifras sobre la mesa, 1940, 1944 y 1946, que especulan el año de nacimiento de la intérprete. Un misterio que no sorprende teniendo en cuenta que en aquella época era muy frecuente que las artistas modificaran la edad cuando eran muy jóvenes, —si eran menores les impedían cantar en lugares públicos— añadiéndose años de más para poder acceder a determinados trabajos.
En el caso de Jurado existen dos partidas de nacimiento que gozan de mayor consenso para el entorno cercano de la familia: 1943 y 1944. Así lo explicaron a un periodista de Vanitatis, aunque sería esta última la que aparece en las principales biografías del artista y portales de internet como la Real Academia de la Historia. En esa línea también se pronunció el periodista Hilario López Millán —una de las figuras que mejor conoce su vida íntima— que afirmó que "en sus primeras entrevistas, que es cuando las artistas suelen decir la verdad, figura que nació en el 43 o en el 44". Luis Sanz, productor y director de cine, además de descubridor de talentos como Rocío Durcal o Pastora Soler, le confesó a Millán que Jurado tenía la misma edad que Marieta (Rocío Durcal), que nació un 4 de octubre de 1944.
Sus inicios en Madrid, el “más importante meridiano flamenco”
Cuando llegó a Madrid a principios de los años sesenta acompañada de su madre y con 8.000 pesetas que le había dado su abuelo para acomodarse allí, conoció a Pastora Imperio, nombre artístico de Pastora Rojas Monte, una de las figuras más representativas del folclore flamenco, que la invitó a cantar en los tablaos de El Duende. Madrid se había convertido “en el más importante meridiano flamenco de España”, así lo expresó el periodista Alfonso Sánchez para ilustrar el comienzo de la época dorada de los tablaos en la capital. Por aquellos cafés cantantes —ni tan estirados como un teatro, ni tan cerrados como los cuartitos— pasaron centenares de artistas profesionales y no profesionales que huían de la aplastante miseria de la Andalucía de la posguerra. Paquera de Jerez, Gaspar de Utrera, Lebrijano, Cañeta, Fosforito, Farruco, María Vargas, Beni de Cádiz, o Chato de la Isla, fueron algunos de los nombres que durante años aparecieron en los carteles de estos pequeños espacios performativos y se ganarían el respeto ante el público. La Jurado que había llegado a Madrid siendo menor edad, tuvo que vestirse con ropa que la hiciera parecer más mayor para ofrecer sus primeros espectáculos en el café que regentaba Pastora Imperio. En 1964, Manolo Caracol uno de los mejores cantantes del flamenco de su tiempo, tanto en solitario como en pareja con Lola Flores —así lo reflejaba la prensa del momento— quedó cautivado con la voz de la chipionera interpretando canciones de Concha Piquer y la presentó como figura de su tablao Los Canasteros.
Las polémicas de La JuradoLa Jurado
Los primeros pasos en Madrid la llevaron a conocer al maestro Solano (Juan Solano Pedro) —un músico español, autor de cantinelas populares como El Porompompero— que le compuso las primeras canciones. De la música dio el salto al cine bajo la mirada de Pedro L. Ramírez que la invitó a protagonizar junto a Manolo Escobar Los Guerrilleros. La crítica comenzó a señalarla como una de las mejores voces del mundo de la copla. La más grande le había puesto traje de noche, orquesta y glamour en un tiempo en el que género se interpretaba con bata de cola. Aunque había grabado sus primeros temas en 1964, no fue hasta cinco años después cuando Columbia le produjo su primer álbum completo: Rocío Jurado. La portada del disco en la que aparecía vestida de rojo con escote provocó un escándalo en aquellos postreros años de la dictadura franquista, que se repitió en Televisión Española en 1972 obligando al realizador a mostrar un único plano de su rostro. Fue en esta misma cadena cuando en una entrevista le preguntaron "¿Me puede decir su talla de sujetador?", a lo que ella contestó: “El único sujetador que me importa es el mental que era el que tú te tenías que poner para no hacerme esa pregunta”.
Un icono feminista demasiado tarde reconocido
Sus canciones se convirtieron en auténticos himnos que reflejaban los primeros pasos de una mujer liberada con derecho al goce y a sentirse viva. Un potente discurso que la situó como un icono feminista, en una época en el que hablar de feminismo estaba mucho más estigmatizado que ahora. Fruto de ello fueron las letras de algunas de sus baladas, como Lo siento mi amor: Hace tiempo que no siento nada al hacerlo contigo/Que mi cuerpo no tiembla de ganas a verte encendido / Y tu cara, y tu pecho y tus manos parecen escarcha / Y tus besos, que ayer me excitaban, no me dicen nada. Estas estrofas le causaron cierta curiosidad a la periodista Lourdes Lancho, que le preguntó en el programa presentado por Julia Otero Un paseo por el tiempo: "A usted no le da corte cantar a los cuatro vientos 'no siento nada al hacerlo contigo". A lo que la chipionera le respondió: "No solo no me da corte, sino que me siento muy orgullosa porque es una canción que ha roto barreras que existían. Nunca una mujer se había atrevido a decir en una canción algo semejante".
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En Andalucía somos mujeres a los once años”
Su carrera artística se fue desarrollando con su doble faceta de cantante y actriz. Directores como Carlos Saura tomaron nota y se sirvió de su voz para dos de sus películas: El Amor Brujo (1986) con la música de Manuel de Falla y Sevillanas (1992), donde interpreta junto personalidades tan relevantes del mundo flamenco como Paco de Lucía, Camarón de la Isla o Lola Flores, entre otros. En La querida dirigida por Fernando Fernán Gómez marcó un punto de inflexión en su carrera como actriz. La polémica surgió a raíz de una frase dicha por el personaje que interpretaba la cantante: “En Andalucía somos mujeres a los once años. Algunas les tarda más en bajar la regla, pero esas son las señoritas. En el pueblo tenemos que huir de los hombres nada más tener los once. A las tontas siempre les hacen un niño. A los quince, quien no ha estado con uno es porque es un marimacho o una burra. Yo nací de madre soltera y a mi padre ni lo conocí”. Aquello provocó que la cinta fuera secuestrada en su estreno en Córdoba después de que la Asociación de padres de familia numerosa de dicha ciudad manifestara su desagrado —incluso, dicen que la copia de Córdoba sigue archivada en un juzgado—. Por esta razón y quizás por haberse convertido en madre de su hija Rocío, decidió ir sellando su fase cinematográfica para centrarse en la de la música.
Cuando presentó Señora del sello discográfico RCA Records (1979) dio el salto a América y recibió multitud de galardones. Éxitos como Paloma Brava, Punto de Partida o Como una ola conquistaron el público del Madison Square Garden y el Lincoln Center de Nueva York, el Beethoven Hall de Bonn o el Auditorio Nacional de México. Cantó variedad de registros: copla, flamenco, canción clásica, balada, jazz e incluso el góspel, que la convirtieron en la cantante española más premiada de la segunda mitad del siglo XX. A sus espaldas tiene cinco discos de platino, 150 de oro, y vendió más de 30 millones de disco a lo largo de su carrera. Su talento fue reconocido internacionalmente, en el año 2000 le fue concedido en Nueva York el premio a la Mejor voz femenina del siglo XX por un grupo de periodistas del espectáculo. Fue folclórica en una España franquista, que vendía al mundo, a modo de reclamo, la figura de la artista internacional. Sin embargo, su mérito fue haber trascendido a ese cliché que tan bien interpretaba.