¿Todavía a vueltas con el amor? Manuel Cruz
Por qué Israel quiere eliminar la UNRWA
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) es la entidad de la Organización mundial que promueve el desarrollo y atiende a la educación, la salud, los servicios sociales y la ayuda de emergencia de casi seis millones de personas que viven o malviven en Jordania (2.393.000), Franja de Gaza (1.587.000), Cisjordania (913.000), Siria (569.000) y Líbano (493.000), según cifras oficiales de septiembre de 2023. Las cifras se refieren a los más de 700.000 palestinos expulsados de sus tierras por Israel tras la guerra con los Estados árabes de 1948 y a sus descendientes. La UNRWA fue creada por la Asamblea General mediante la resolución 302 (IV), de 8-12-1949.
Durante décadas Israel ha vivido una sui generis relación con la Agencia onusiana. Por un lado, satisfecho de que la misma se encargara, sin coste alguno para el Estado hebreo, de proveer todo tipo de servicios a la comunidad palestina en los territorios ocupados, algo que, por cierto, según el Derecho internacional corresponde a la potencia ocupante. Simultáneamente, numerosos políticos y grupos judíos acusaban a la Agencia de promover el antisemitismo. Israel entendía y entiende que la UNRWA perpetúa el conflicto y la convicción palestina de su derecho al retorno a las tierras originales de las que fueron expulsados en 1948. No obstante, durante mucho tiempo, asumió que ese riesgo compensaba, dado que la acción onusiana impedía que la Franja de Gaza y la Cisjordania ocupada devinieran en una situación caótica.
Sin embargo, en las actuales circunstancias, todo parece indicar que permitir la actuación de la UNRWA en los territorios ocupados ya no “compensa”. El Gobierno Netanyahu -junto con el de Ariel Sharon el más reaccionario y racista de la historia del Estado judío- ha decidido no solo liquidar a la UNRWA, sino también enfrentarse abiertamente a las Naciones Unidas (a este respecto, ver mi “Israel ha decidido matar a su progenitor”, Infolibre, 18-10-2024).
La ofensiva israelí contra la Agencia onusiana es bastante anterior al salvaje atentado terrorista de Hamás de octubre de 2023, pero el culmen de la misma tiene lugar a partir de enero de 2024. Numerosas declaraciones verbales y escritas de muy distintos personajes de la vida política israelí e innumerables bombardeos contra escuelas y centros de salud gestionados por la Agencia tienen lugar. Levanto acta a continuación de algunas de ellas.
Benjamin Netanyahu: “Creo que ha llegado el momento de que la comunidad internacional y las propias Naciones Unidas entiendan que la misión de la UNRWA tiene que terminar” (31-1-2024). Coincidiendo con esta declaración y refiriéndose a la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia que ordena a Israel adoptar medidas para evitar el genocidio en Gaza, el primer ministro dijo: “Muchas acusaciones son falsas e infundadas. Fueron aportadas por funcionarios de la UNRWA y sabemos que funcionarios de la UNRWA fueron cómplices en la masacre del 7 de octubre “.
Netanyahu: “La UNRWA perpetúa el problema de los refugiados palestinos y sus escuelas adoctrinan a los niños palestinos en el genocidio y el terror” (7-2-2024). ¿Netanyahu –para quien los refugiados son simplemente un “problema”– hablando de genocidio?
Yoav Gallant, ministro de Defensa: “UNRWA es Hamás con un lavado de cara “ (31-1-2024.
Kobi Michael, del israelí Instituto de Estudios sobre la Seguridad Nacional, impregnado al parecer de sentimiento bíblico, se pronuncia así: “La UNRWA nació en el pecado y existe en el pecado. Debe ser desmantelada” (26-1-2024).
El Gobierno Netanyahu –junto con el de Ariel Sharon el más reaccionario y racista de la historia del Estado judío– ha decidido no solo liquidar a la UNRWA, sino también enfrentarse abiertamente a las Naciones Unidas
Israel Katz, ministro de Asuntos Exteriores: “Israel impedirá que UNRWA opere en Gaza después de la guerra. No formará parte del día después. Buscaremos el apoyo de Estados Unidos, de la Unión Europea y de otros. Hemos estado advirtiendo durante años. UNRWA perpetúa el tema de los refugiados, obstruye la paz y actúa como brazo armado de Hamás” ( 26-1-2024). Obviamente, es Israel quien perpetúa “el tema de los refugiados”, al rechazar la solución política de los dos Estados preconizada por la comunidad internacional, Estados Unidos incluidos, al menos hasta la llegada de Donald Trump a la presidencia.
Israel lanzó la campaña de que UNRWA estaba infiltrada por elementos de Hamás en enero 2024. Una docena de países occidentales suspende entonces sus contribuciones económicas a la organización, que exige pruebas de la acusación. Significativamente, Israel hace coincidir las acusaciones con el fallo del Tribunal Internacional de Justicia que le ordena cumpla medidas cautelares, entre ellas la de no obstaculizar la entrada en Gaza de ayuda humanitaria.
Ante esta situación, el secretario general de la ONU, António Guterres, designa una comisión independiente para investigar el asunto. La preside la ex ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, y la integran el sueco Instituto de Derechos Humanos y Derecho Humanitario, el noruego Instituto Chr. Michelsen y el danés Instituto de Derechos Humanos. El Informe Colonna concluye en abril que las autoridades israelíes no han presentado pruebas que acrediten los vínculos terroristas atribuidos a varios de los trabajadores de la UNRWA. Y además afirma que “ante la ausencia de una solución política entre Israel y los palestinos, la labor de la Agencia es irremplazable e indispensable en distintos ámbitos sociales, especialmente en educación y atención sanitaria”.
Ariel King, primer teniente de alcalde de Jerusalén: “ UNRWA es la organización responsable de educar a los árabes durante 70 años en el odio a Israel. Por eso no es sorprendente que tengamos árabes procedentes de las escuelas de la UNRWA que se han integrado en las organizaciones terroristas aquí en Jerusalén. No hablamos de Gaza, hablamos de Jerusalén” (7-2-2024). Detalle: el diez de octubre, el periódico Israel Hayom informaba de que el ayuntamiento de Jerusalén expropiará la sede de la UNRWA situada en la parte oriental, palestina, de la ciudad para construir 1440 viviendas para colonos judíos. La ONU ha denunciado a este vicealcalde como instigador de amenazas y ataques, incluido el incendio de la sede de UNRWA en Jerusalén Este el pasado mayo. “No hay sitio para el enemigo en nuestra ciudad santa”, dijo en esa ocasión Ariel King.
Israel Katz insistía el 24-10-2024: “Guterres y UNRWA son cómplices de crímenes de guerra”. Así las cosas, el Parlamento israelí acaba de aprobar una ley (28-10-2024) por mayoría absoluta que puede suponer el golpe definitivo para la Agencia. De ejecutarse, supondría la prohibición de sus actividades en Israel y los Territorios Palestinos Ocupados. Philippe Lazzarini, comisionado general de la misma, ha destacado que ello “profundizará el sufrimiento de los palestinos, especialmente en Gaza. Privará de educación a más de 650.000 niñas y niños, poniendo en peligro a toda una generación. Se trata de un castigo colectivo”. El secretario general, Guterres, exige que “Israel actúe coherentemente con sus obligaciones en virtud de la Carta de Naciones Unidas y demás obligaciones derivadas del Derecho Internacional… la legislación nacional no puede alterar esas obligaciones”.
Yulia Malinovsky es la diputada de la Knesset del partido Yisrael Beitenu, impulsora de la ley que pretende liquidar la UNRWA. Durante el debate parlamentario (26-10-2024) reveló que el embajador de los Estados Unidos en Israel, Jacob Lew, había contactado con líderes de la oposición, entre ellos Yair Lapid y Benny Gantz, para pedirles que se opusieran a la moción. Al tiempo, recordó que “la UNRWA es cómplice de Hamás, que educa a los niños en el odio a Israel, extiende el antisemitismo y les vende cuentos sobre su regreso a Israel, algo que nunca sucederá”.
No obstante, los intentos del embajador Lew eran vanos, no tenían posibilidad de prosperar, como evidenció el resultado de la votación parlamentaria: 92 votos a favor, 10 en contra. Y como las declaraciones de los contactados un par de días antes auguraron. La oficina del líder de la “oposición”, Yair Lapid, informó a la CNN (26-10-2024) que “la UNRWA desempeñó un papel activo en la brutal masacre del 7 de octubre. Desde sus instalaciones se lanzaron ataques terroristas contra Israel”. Y ese mismo día, sin ambages, Benny Gantz declaró: “La propia UNRWA ha elegido convertirse en inseparable componente del mecanismo de Hamás. Ha llegado el momento de deshacernos de ella”.
El embajador Lew debería saber que el único instrumento que habría podido hacer vacilar a Israel es que Washington cortara de raíz el suministro de armas y financiación a Tel Aviv
¿Oposición? ¿Existe en Israel en relación a la limpieza étnica de los palestinos? El embajador Lew debería saber que el único instrumento que habría podido hacer vacilar a Israel es que Washington cortara de raíz el suministro de armas y financiación a Tel Aviv. En cualquier caso, el embajador no tendrá tiempo de aprenderlo pues el nuevo inquilino de la Casa Blanca lo cesará nada más pisarla.
Un último botón de muestra del consolidado y poderoso bloque existente en el Estado hebreo decidido a acabar con la UNRWA. La señora Einat Wilf, ex diputada autodefinida como “liberal”, declaró a The New Humanitarian (27-10-2024): “UNRWA se ha convertido en un instrumento que garantiza que la guerra de 1948 no termine. En sus escuelas anima e impulsa el nacionalismo palestino, enrocado en la idea de la destrucción del Estado judío. La Agencia es la partera, la matriz que hace nacer el nacionalismo palestino. UNRWA debe ser cerrada de inmediato. Los alimentos, medicinas y todo tipo de ayuda deben ser detenidos hasta que los rehenes sean liberados. Esto no es ayuda humanitaria. Es reabastecer al enemigo en la guerra”.
Considerar a la UNRWA “el enemigo”, identificarla conscientemente con el verdadero enemigo, Hamás, supone ceguera política, basada en la fuerza bruta y equivale a una criminalización de la ayuda humanitaria, cuyo principal, mayor e irremplazable actor en los Territorios Palestinos Ocupados es precisamente la Agencia de la ONU, creada y legitimada por su Asamblea General, a la que Israel pertenece. No obstante, todo parece indicar que para Israel el verdadero enemigo lo constituye el pueblo palestino. De ahí la consideración de la Agencia como parte del enemigo. De ahí que, a la fecha, unas doscientas de sus instalaciones hayan sido destruidas o dañadas. De ahí que 237 de sus empleados hayan sido asesinados. Todo parece indicar que la eliminación de la UNRWA es parte de un plan para forzar a la población a huir a territorios vecinos, dejando vacía de palestinos la Palestina histórica. Desde el 7 de octubre, Israel no solo ha causado la muerte a 43.000 personas (la mayoría civiles, hombres, mujeres y niños) sino que ha obligado también a centenares de miles a desplazarse, a abandonar sus raíces, tras someterlos desde 2007 a un bloqueo por tierra, mar y aire.
Todo parece indicar –como sostiene y documentalmente prueba el grupo de los denominados nuevos historiadores judíos– que nos hallamos ante un proceso de limpieza étnica, un crimen de lesa humanidad reconocido como tal en tratados internacionales y en el Estatuto del Tribunal Penal Internacional de 2002. El profesor Danzen Petrovic la define así: “La limpieza étnica es la política establecida por un grupo de personas para eliminar sistemáticamente a otro grupo de un determinado territorio sobre la base de un origen religioso, étnico o nacional. Dicha política implica violencia y muy frecuentemente está ligada a operaciones militares. Ha de conseguirse por todos los medios posibles, de la discriminación al exterminio. Implica la violación de derechos humanos y del Derecho Internacional humanitario y quebranta los Convenios de Ginebra de 1949 y los Protocolos adicionales de 1977” (European Journal of International Law, 1994, 5, 3).
Todo esto acontece ante la ausencia de sentimiento moral y de justicia de la tan cacareada comunidad internacional. Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia, lo expresa así: “La UNRWA es una organización temporal que desgraciadamente ha durado hasta ahora 75 años. Años que son expresión del fracaso de la comunidad internacional para promover una solución justa y duradera del conflicto israelo-palestino”. A Lazzarini se une Michael Lynk, relator especial de Naciones Unidas para los Territorios Palestinos (2016-2022): “Ninguna ocupación contemporánea ha tenido lugar ante una comunidad internacional tan alerta a sus graves violaciones del Derecho internacional, tan bien informada del sufrimiento y despojo de los ocupados y, sin embargo, tan poco dispuesta a actuar en base a las pruebas abrumadoras, sirviéndose de los abundantes instrumentos jurídicos y políticos disponibles para poner fin a la injusticia”.
He relatado cómo diversos políticos israelíes, incluido el primer ministro, acusan a UNRWA de educar, indoctrinar, a los niños de sus escuelas en “el odio a Israel”. Nada más alejado de la realidad. No es la Agencia sino las masacres las que en todo caso son causa de tal sentimiento. No es fácil que en la hecatombe, un niño sobreviviente, traumatizado, que despierta rodeado de los cadáveres de sus amigos colegiales asesinados por las bombas israelíes, olvide. Hace unos años, en Gaza, el psiquiatra Eyad al Sarrej me dijo: “Si en Gaza se pregunta a un niño qué quiere ser de mayor, no contesta que le gustaría ser médico o ingeniero. Dirá que quiere ser mártir”.
Habiendo ganado Donald Trump las elecciones, no es prudente especular sobre el riesgo bélico en la región. Sabido es que numerosos israelíes viven apegados a la Biblia. A ellos quisiera recordarles que en el siglo X antes de Cristo, el gran rey Salomón, hijo del rey David, contribuyó a una de las primeras formulaciones de la paz internacional que la Biblia recoge: “Yavé dictará sus leyes a numerosos pueblos, que de sus espadas harán rejas de arados y de sus lanzas hoces. No alzarán la espada gente contra gente ni se ejercitarán para la guerra” (Isaías, 2). Otro profeta (Miqueas, 4) amplía la referencia: “Yavé juzgará a muchos pueblos y ejercerá la justicia hasta muy lejos con naciones poderosas, que de sus espadas harán azadas y de sus lanzas hoces. No alzará la espada gente contra gente ni se ejercitarán ya para la guerra. Sentárase cada uno bajo su parra y bajo su higuera y nadie los aterrorizará”.
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Emilio Menéndez del Valle es Embajador de España.
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