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23J | Elecciones generales

A qué se refiere Feijóo con “derogar el sanchismo”: las leyes y medidas que PP y Vox planean tumbar

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.

Nada se sabe todavía de los planes que el líder de la oposición tiene para la próxima legislatura, en el caso de que consiga el apoyo que necesita para formar gobierno, pero a falta de que el PP acabe de redactar y presente su programa electoral para las elecciones del 23J, el proyecto político de Alberto Núñez Feijóo para España se resume en tres palabras: “Derogar el sanchismo”.

¿En qué consiste ese programa? Feijóo apenas lo detalla, pero da algunas pistas de sus intenciones. Este jueves, en una entrevista concedida a El Programa de Ana Rosa (Telecinco), definió su proyecto como “una agenda legislativa” que consistirá en “derogar todas aquellas leyes que están inspiradas en las minorías y que atentan contra las mayorías”. Lo que, en el lenguaje del líder del PP, significa que tiene en el punto de mira todas las leyes que hayan salido adelante con el apoyo de Esquerra o de EH Bildu y el voto en contra de su partido.

Vox comparte ese objetivo: borrar todas las normas que han salido del Congreso de los Diputados en los últimos cinco años. Las considera “ideológicas” y su eliminación es, para los de Abascal, un compromiso irrenunciable. Pero el PP no ha detallado todavía cuántas derogará y cuáles reformará. Desde que llegó a la presidencia de su partido, Feijóo se ha mostrado ambiguo al respecto y ese matiz es importante, porque puede condicionar los acuerdos con la extrema derecha.

Derogar el sanchismo”, aventuró Feijóo en la citada entrevista, consiste en cambiar “la forma y el fondo de hacer política en España. Por ejemplo”, dijo, “es decirle a un señor que tiene una casa que es suya y que si un señor se la ocupa de forma ilegal, pues vamos a tener que aplicarle la ley y lanzarlo de una ocupación ilegal, si es posible en un plazo de 24 horas”. O “no subir la presión fiscal como se ha subido en España”.

“Intentar” bajar el IRPF

¿Significa eso que va a bajar los impuestos? El líder del PP sugiere que sí, pero no acaba de decir cuáles ni cuánto, más allá de prometer que va “a intentar” bajar el IRPF a las rentas medias y bajas. Sí asegura que “no va a gravar los patrimonios”, lo que significa que suprimirá el impuesto a las grandes fortunas, que grava a los ciudadanos que poseen más de tres millones de euros.

Feijóo no los mencionó en la entrevista, pero sí aludió a los impuestos a la banca y a las energéticas en una reunión con empresarios en Barcelona el pasado miércoles. Fue crítico con ambos, pero no llegó a decir expresamente que planea suprimirlos.

El líder del PP quiere poner fin al endeudamiento público recortando gastos. Pero no ha dicho todavía dónde piensa meter la tijera más allá de decir que va a reducir el número de ministros de 22 a 13 o 14” y disminuir el “gasto burocrático y político”.

¿Volveremos a los recortes? ¿Mantendrá impuestos? Feijóo no lo aclara. “Si tengo que hacer determinadas cuestiones para mejorar el sistema económico fiscal de mi país, lo explicaré y por supuesto le diré a los españoles cuál es la situación de España”, dice.

Derogar el modelo de pensiones

En el ámbito económico, Feijóo también se comprometió a poner fin a la excepción ibérica que contiene los precios del gas en España, y se ha mostrado en contra del modelo de pensiones aprobado por el Congreso y remitido a Bruselas. El PP también está a favor de acabar con la obligación legal de revalorizarlas de acuerdo con el IPC y ha defendido el modelo anterior, vigente durante el mandato de Mariano Rajoy, que abría la puerta a su reducción.

La reforma laboral también está entre las medidas que el PP quiere cambiar. Los conservadores apuestan por liberalizar el mercado de trabajo en línea con las demandas de la patronal.

Más allá de la economía, el programa derogatorio del PP incluye también cambiar el Código Penal para reforzar el delito de sedición, de manera que no haya dudas a la hora de aplicarlo a comportamientos como el protagonizado por los independentistas durante el procés. Y volver a igualar todas las penas de corrupción: las que supongan enriquecimiento personal y las que no. “Vamos a proteger la unidad de la nación española”, asegura Feijóo haciendo referencia a su propuesta para volver a incluir en el Código Penal el delito de convocatoria de referéndum ilegal.

Si de Feijóo depende, en la próxima legislatura tiene los días contados la nueva ley de Memoria Democrática, que el PP considera “obra de Bildu”, y habrá otra Ley de Educación, porque según él ahora mismo aprobar es lo mismo que suspender. Y se propone poner en marcha una “política lingüística” con concilie que España es “un país plurilingue” con la primacía del “idioma común” y la necesidad de promover el conocimiento del inglés. Un respuesta lo suficientemente ambigua como para no enfadar a la derecha que exige enseñanza en español en todo el país ni contradecir su política de trece años de gobierno en Galicia.

De la ley trans a la del aborto

El líder del PP hace días que no menciona otras leyes que en el pasado ha prometido derogar o reformar, como la ley trans, la ley del solo sí es sí o la ley del aborto. En el caso de la ley de eutanasia, Feijóo dejó el asunto en manos del Tribunal Constitucional, que ha avalado la norma. 

Para no tener que concretar nada, Feijóo se justifica diciendo que el partido todavía trabaja en la redacción de su programa electoral, así como en la definición de las medidas que piensa implementar en sus primeros 100 días de gobierno.

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Derogar el sanchismo, según Feijóo, es también “recuperar el prestigio internacional y la autoestima de España”, que según él se han perdido, así como la defensa de la Transición o negar cualquier acuerdo con Bildu, al menos hasta que esta organización asuma la Constitución y señale a los autores de los más de 350 asesinatos pendientes de esclarecimiento competidos por ETA.

El líder del PP promete recuperar el PIB prepandemia (va a ocurrir antes de que finalice el año, según las previsiones de todos los organismos internacionales, de hecho ya ha sucedido en varias comunidades autónomas). Pero en su discurso no hay rastro de medidas concretas para luchar contra los problemas que sufre España y repite en todas su intervenciones: la crisis económica que según él vive el país —en realidad es uno de los que más crece de la UE—, el desempleo, la pérdida de poder adquisitivo, el déficit público o la deuda.

Su receta en materia económica sigue siendo vaga: “Vamos a darle una vuelta a la política económica y a la política fiscal. Vamos a traer inversiones a nuestro país y vamos a garantizar la seguridad jurídica”. Nada más. Y se justifica: “No he llegado aquí después de unos cuantas carambolas y, por tanto, me conocen. Después de 30 años sé lo que es la gestión de las cosas públicas y para mí España es mi proyecto y es mi país, no tengo otro”.

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