Enfadada, aunque con esperanza

Esperanza Rey Cao

Estoy enfadada con este diario. Sí. Lo estoy. 

Me quedo entusiasmada a veces al comprobar, cada mañana, leyéndoos, que hay una comunidad de personas que nos entendemos, que buscamos la justicia de contar las cosas como son, no como interesa a tantos que se cuenten. Y me recreo en el  hallazgo cuando vuestros articulistas reflejan en sus columnas lo esencial de lo que se esconde tras los grandes hechos: las vivencias pequeñas, a veces mínimas, que impulsan los grandes cambios. Esas vivencias imprescindibles, porque son el pulmón que exhala aire para dar impulso a los resurgimientos. 

Y el pasado domingo me enojé. 

Había formulado una pregunta en respuesta a la amable solicitud de infoLibre para que su comunidad de personas lectoras dirigiera cuestiones que nos preocupan a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz

Pero no. En la entrevista no estaba la pregunta directa, y eso nada importa. Estoy segura de que los periodistas de infoLibre habrían formulado el tema mucho mejor que yo, pero no había siquiera un apunte sobre el tema, ni un guiño. Ningún comentario

Hace cinco años se nos deshacía la boca, a mí, a infoLibre, a tantas, a tantos, reivindicando la importancia de lo imprescindible: de los cuidados, de las personas que nos mantuvieron a muchas, a todos en pie gracias a estar, a permanecer, a ser profesionales en el duro envite de la pandemia.

Son cinco años en los que me he sentido orgullosa de ser socia y lectora de infoLibre, por la simple y llana razón de que hacéis Periodismo. Entre tantos temas fundamentales, en este tiempo habéis mantenido también en pie la esencial función de informar sobre el escándalo de las residencias, de mantener viva la denuncia de todas las personas que justamente reclaman el esclarecimiento por parte de la Justicia de las responsabilidades por tantos atropellos como Manuel Rico y otros profesionales, con su Periodismo con mayúsculas, nos hicieron ver. 

Leímos tanto, se escribió tanto, hablamos tanto en aquel entonces sobre las condiciones del personal que nos atiende en las residencias de mayores, sobre los salarios ínfimos de las personas cuidadoras, de las que nos sostienen —nos sostienen— cuando ni las excepcionales redes familiares que sustentan tantos pedazos de este país no puede más. 

Qué va a hacer el Ministerio de Trabajo para mejorar las condiciones laborales y salariales de estas personas esenciales, las gerocultoras, las auxiliares... trabajadoras en unas condiciones que rozan la indignidad cuando están realizando el trabajo más digno, el imprescindible: el que nos sostiene

Preguntaba yo qué podía hacer y qué va a hacer el Ministerio de Trabajo para mejorar las condiciones laborales y salariales de estas personas esenciales, las gerocultoras, las auxiliares... trabajadoras en unas condiciones que rozan la indignidad cuando están realizando el trabajo más digno, el imprescindible y, repito con consciencia: el que nos sostiene

Y nada, ni una referencia. Leí todo un lógico repaso a las medidas adoptadas por el Ministerio, a la política internacional, a los casos que están en los tribunales, hasta le preguntásteis por los tuits de Karla Sofía Gascón. Y ni un solo apunte sobre medidas para cuidar a quienes necesitamos cuando es imprescindible que nos cuiden.

Quizás me enfado más porque conozco casos: sé de una madre monoparental a quien le gusta su trabajo como cuidadora, que entrega su esfuerzo con profesionalidad y dignidad. Su hija acaba de cumplir dos años. Cinco o seis días a la semana, según cuadren los turnos, apenas puede verla. Tiene que dejarla con la abuela —otra mujer que cuida—, a más de cien kilómetros de la ciudad donde trabaja para poder vivir, para poder cuidarnos. No hay escuela infantil que soporte sus horarios, sus turnos. Y su salario ni roza el salario mediano de nuestro país.

Y le debemos justicia. A ella, a su madre, a tantas otras personas, mujeres cuidadoras… En este caso, ellas son nieta e hija, orgullosas descendientes, de otra mujer, Esperanza —qué casualidad, o no, su nombre— que falleció a los 32 años por la brutal represión del régimen atroz que dejamos atrás hace 50 años, que la empujó a sufrir un aborto realizado en condiciones infrahumanas. Y ahora su nieta, que es madre, que cuida a quien nosotros no somos capaces de cuidar, no puede atender a su hija. Y esto sigue…

En infoLibre, a la ministra de Trabajo, no le preguntasteis por estas “pequeñas” cosas que mueven torrentes de vida. Corred a rectificar. Atended, una vez más, a lo esencial. Ayudad a que la esperanza imprescindible no sea necesaria en este caso, que quede libre para tantas cosas que nos asolan.

Postdata: 

Reproduzco literalmente la segunda de las 33 propuestas que Manuel Rico, en su libro ¡Vergüenza! El escándalo de las residencias, publicado en 2021, enumera al considerar que “(probablemente) ayudarían a mejorar el cuidado de los mayores”: “Combatir la precariedad laboral. La necesidad de profesionalizar y dignificar el sector pasa necesariamente por elevar los sueldos de los trabajadores. Y también por erradicar prácticas de precariedad laboral que obligan a muchos gerocultores a trabajar en más de una residencia al mismo tiempo [...]”.

He leído que la ministra va a contestar en los próximos días a los temas que quedaron sin tratar. Leeré sus respuestas con esperanza. Gracias.

______________________

Esperanza Rey Cao es socia de infoLibre.

Versión en gallego: Enfadada, aínda que con esperanza

Estou enfadada con este diario. Si. Estouno.

Quedo engaiolada ás veces ao comprobar, cada mañá, léndovos, que hai unha comunidade de persoas que nos entendemos, que buscamos a xustiza de contar as cousas como son, non como interesa a tantos que se conten. E recréome no achado cando os vosos articulistas cando reflicten nas súas columnas o esencial do que se agocha tras os grandes feitos, as vivencias pequenas, ás veces mínimas, que impulsan os grandes cambios. Esas vivencias imprescindibles, porque son o pulmón que exhala ar para dar impulso aos rexurdimentos.

E o pasado domingo anoxeime.

Formulara unha pregunta en resposta á amable solicitude de infoLibre para que a súa comunidade de persoas lectoras dirixise cuestións que nos preocupan á ministra de Traballo, Yolanda Díaz

Pero non. Na entrevista non estaba a pregunta directa, e iso nada importa. Estou segura de que os xornalistas de Infolibre son quen de formulala mellor ca min. Pero non había sequera un apuntamento do tema. Tampouco un chisco do ollo. Ningún comentario.

Hai cinco anos desfaciásenos a boca, a min, a infoLibre, a tantas, a tantos, reivindicando a importancia do imprescindible: dos coidados, das persoas que nos mantiveron a moitas, a todos en pé grazas a estaren, a permanecer, a ser profesionais no duro envite da pandemia.

Son cinco anos nos que me veño sentindo mesmo orgullosa de ser socia e lectora de infoLibre pola simple e sinxela razón de que facedes Periodismo. Entre tantos temas fundamentais, neste tempo mantivestes tamén en pé a esencial función de informar sobre o escándalo das residencias, de manter viva a información sobre a denuncia de todas as persoas que xustamente reclaman o esclarecemento por parte da Xustiza das responsabilidades por tantos atropelos como Manuel Rico e outros profesionais, co seu Xornalismo con maiúsculas, nos fixeron ver.

Lemos tanto, escribiuse tanto, falamos tanto daquela sobre as condicións do persoal que nos atende nas residencias de maiores, sobre os salarios ínfimos das persoas coidadoras, das que nos sosteñen —nos sosteñen— cando nin as excepcionais redes familiares que sustentan tantos anacos deste país —un urdido esencial de acougo— non pode máis.

Que vai facer o Ministerio de Traballo para mellorar as condicións laborais e salariais destas persoas esenciais, as xerocultoras, as auxiliares... traballadoras nunhas condicións que rozan a indignidade cando están a realizar o traballo máis digno, o máis necesario, o imprescindible: o que nos sostén

Preguntaba eu que podía facer e que vai facer o Ministerio de Traballo para mellorar as condicións laborais e salariais destas persoas esenciais, as xerocultoras, as auxiliares... traballadoras nunhas condicións que rozan a indignidade cando están a realizar o traballo máis digno, o máis necesario, o imprescindible e, repito con consciencia: o que nos sostén.

E nada, nin unha referencia. Houbo todo un lóxico repaso ás medidas adoptadas polo seu Ministerio, á política internacional, aos casos que están nos tribunais, mesmo lle preguntastes á titular de Traballo sobre os tuits de Karla Sofía Gascón! E ningunha pregunta, nin un só apuntamento sobre medidas para coidar a quen necesitamos cando é imprescindible que nos coiden.

Quizás me enfádome máis porque coñezo casos: sei dunha nai monoparental que gusta do seu traballo como coidadora, que entrega o seu esforzo con profesionalidade e dignidade. A súa cativa vén de cumprir dous anos. Cinco, seis días á semana, segundo cadren as quendas, apenas pode vela. Ten que deixala coa avoa —outra muller que coida— a máis de cen quilómetros da cidade onde traballa para poder vivir, para poder coidarnos. Non hai escola infantil que soporte os seus horarios, as súas quendas. E o seu salario nin roza o salario mediano do noso país.

E debémoslle xustiza. A ela, á súa nai, a tantas outras persoas, mulleres coidadoras… Neste caso, elas son neta e filla, orgullosas descendentes, doutra muller, Esperanza —que casualidade, ou non, o seu nome— que faleceu aos 32 anos pola brutal represión do réxime atroz que deixamos atrás hai 50 anos, que a empurrou a sufrir un aborto realizado en condicións infrahumanas. E agora a súa neta, que é nai, que coida a quen nós non somos quen de coidar, non pode atender á súa filla. E isto segue…

En infoLibre, á ministra, non lle preguntastes por estas “pequenas” cousas que moven torrentes de vida. Correde a rectificar. Atendede, unha vez máis, ao esencial. Axudade a que a esperanza imprescindible non sexa necesaria neste caso, que quede libre para tantas cousas que nos asolan.

Postdata:

Reproduzo literalmente a segunda das 33 propostas que Manuel Rico, no seu libro ¡Vergüenza! El escándalo de las residencias, publicado no 2021, enumera ao considerar que “(probablemente) ayudarían a mejorar el cuidado de los mayores”: “Combatir la precariedad laboral. La necesidad de profesionalizar y dignificar el sector pasa necesariamente por elevar los sueldos de los trabajadores. Y también por erradicar prácticas de precariedad laboral que obligan a muchos gerocultores a trabajar en más de una residencia al mismo tiempo [...]”.

Lin que a ministra vai contestar nos vindeiros días aos temas que quedaron sen tratar. Lerei as súas respostas con esperanza. Grazas. 

________________________

Esperanza Rey Cao é socia de infoLibre.

Más sobre este tema
stats