Botto denuncia amenazas de muerte de la ultraderecha: "No me extrañaría que un día alguien me parta la cara por la calle"

Juan Diego Botto en los Premios Goya 2023

Estaba Juan Diego Botto pasando un lunes como otros muchos cuando un mensaje inesperado cambió súbita y drásticamente el devenir del día. El intérprete recibía en su teléfono una captura de pantalla de un foro de internet con un titular falso en su nombre: 'Si llega Vox al Gobierno entenderé que vuelva ETA'. A partir de esa mentira, todo un aluvión de comentarios despreciables en los que, entre otras ofensas, se le denomina "argentino montonero, hijo de terrorista". "Este hijo de puta está pidiendo a gritos que le suban a un helicóptero a darse un paseo como hicieron con el terrorista de su padre", dice uno de los foreros.

Esto llevó a Botto a quejarse amargamente en Twitter aclarando que a él ni se le pasaría por la cabeza pensar en algo así y, acto seguido, a denunciar los hechos ante la policía. "Lo he denunciado, creo que es lo que hay que hacer. Cuando se comete un delito, y creo que aquí hay un delito, hay que denunciarlo", remarca a infoLibre, añadiendo que si se denunciara cada vez que pasa algo de este calibre, terminaría por no compensar "hacer estas cosas a esta gente".

Para el argentino-español, el caso que está sufriendo es "un síntoma de estos tiempos, porque todo lo origina una mentira". Admite, en esta línea, que la primera sensación es de "impotencia" y de "preguntarte cómo alguien puede inventarse una barbaridad semejante y poner en tu boca palabras que evidentemente son un disparate y que jamás he dicho y jamás se me ocurriría ni siquiera pensar".

"También tiene que ver con la debilidad de ciertas posiciones –continúa–. Cuando para atacarte, en lugar de reprocharte cosas que has dicho, tienen que inventarse cosas que no has dicho es también un síntoma de debilidad. Es algo que estamos viendo constantemente. Gran parte de las campañas últimamente se sostienen sobre bulos, sobre mentiras, sobre ataques que no responden a la realidad. Esto las personas migrantes lo saben muy bien, en cuanto hay cualquier caso aparece un montón de gente diciendo 'seguro que fue un migrante'. Esto no dista de aquello, lo que pasa es que cuando te pasa a ti da mucha rabia".

Remarca, asimismo, que además de la "difamación" están también ahí las "amenazas" en un foro "donde primero hay un señor que desea que te maten como mataron a mi padre y luego un montón de comentarios deseando que me mataran y un montón de cosas más". "Para quien no lo sepa, mi padre fue secuestrado en la dictadura militar argentina, torturado en la Escuela Mecánica de la Armada y luego lanzado vivo desde un avión al Río de la Plata. Y mi padre era actor, no tenía más delito que ese", apostilla.

Experimentando en su propia persona todo el daño que puede hacer una mentira difundida a toda velocidad de teléfono en teléfono, señala que puede parecer que un comentario así se queda en el foro donde se publique, pero no es en absoluto así: "Desde ahí salta luego a otro por los móviles. Por ejemplo, anoche a última hora un conocido lejano me mandó un mensaje en el que me preguntaba si realmente había dicho eso. Una vez que pones eso ahí en internet, estos mensajes van saltando por Whatsapp y Telegram y así es como se convierten las mentiras en realidades".

"No me extrañaría que un día alguien me parta la cara por la calle porque piense que yo he dicho algo que no he dicho", advierte, poniéndose en este punto en el lugar de periodistas y políticos que han podido vivir momentos similares tan "desagradables". "La finalidad es sembrar odio, polarizar", prosigue, rememorando aquel chat de militares en activo que hablaba de fusilar a 26 millones de españoles: "Hay gente a la que le sobra la mitad del país. Y lo paradójico es que son aquellos que se dicen patriotas pero que, para que la patria les guste y les encaje, necesitan matar a la mitad de la patria. A ti te tiene que gustar con lo que hay, España es lo que es y es sano y democrático tener la voluntad de cambiarla y mejorarla, de hacerla distinta. Pero si para mejorarla necesitas matar a algunos o sembrar odio contra otros, evidentemente no te gusta tu patria".

Ante casos como el suyo, destaca, "deberían funcionar los mecanismos jurídicos, policiales y periodísticos de protección", si bien, lamenta, "la experiencia nos dice que luego estas cosas siempre cojean hacia un mismo lado". "A veces se condena muy rápido una canción, una pieza cultural o una nota de humor, y se es muy pasivo con amenazas que evidentemente son de muerte", subraya, al tiempo que señala que en este tipo de foros se debería controlar que "no se digan falsedades, que no se incite a mensajes de odio" y se debería "vigilar y condenar las amenazas de muerte".

Este episodio tan desagradable que está viviendo Juan Diego Botto es una continuación de los casos de censura de obras culturales que se están produciendo en las instituciones desde la entrada de Vox. Es, diríase, un paso más, pues, tal y como explica el intérprete, "cuando se censura, como se está haciendo estas semanas, se está estigmatizando": "Y yo creo que el paso previo al horror empieza siempre con la deshumanización y la estigmatización del otro, empieza siempre con las palabras. Cuando se analizaban los errores del nazismo todo empieza con las palabras, todo empieza con la definición del otro, con la definición de un enemigo al que vas deshumanizando y al que vas desposeyendo de sus características empáticas, humanas y afectivas y lo vas convirtiendo en una rata enemiga".

Reitera en este punto que "la historia nos enseña que esa deshumanización, ese odio que tiene que ver con la estigmatización, es la antesala del horror", para luego terminar recordando que a Federico García Lorca le censuraron en 1929 una de sus primeras obras de teatro, Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín: "Gobernaba Primo de Rivera y le cancelaron esta obra por pornográfica. Casi cien años después estamos en una situación en la que se están cancelando obras por motivos igualmente peregrinos. Casi cien años después estamos viviendo una situación de espejo entre los años veinte del siglo XXI y los treinta del siglo XX. Y no solo en España, sino en toda Europa".

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