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EL AUGE DE LOS JUEGOS DE AZAR

El negocio de las apuestas 'online' se multiplica por seis desde el año 2012

El negocio de las apuestas se ha disparado en España desde 2012.

La regulación del juego aprobada en 2011 fue la mecha que encendió el negocio de las apuestas online. Desde la entrada en vigor de la nueva ley, en 2012, su crecimiento ha sido exponencial. La proliferación de webs y aplicaciones para el móvil y su creciente presencia en la publicidad no son más que el reflejo de una boyante actividad que ha triplicado su margen neto –las cantidades jugadas menos los premios concedidos– en seis años. Pero la expansión de las apuestas –tanto presencial como en línea– se entiende mejor si se considera la cifra bruta de las cantidades jugadas en España en estos años: se han multiplicado por 17 desde 2011 hasta 2016. Ese año los españoles se jugaron 6.993,32 millones de euros apostando; en 2011, antes de la nueva regulación, que entró en vigor al año siguiente, sólo arriesgaron 401,89 millones, según la última Memoria Anual de la Dirección General de Ordenación del Juego, dependiente del Ministerio de Hacienda.

Como reconoce el propio informe, es el canal online el motor que ha puesto en órbita el negocio de las apuestas. El margen neto de las apuestas por internet casi se ha sextuplicado desde 2012, cuando sólo sumaba 53,45 millones de euros en las webs de competencia estatal –y apenas 2,48 millones en las autonómicas–. En 2017, asciende a 310,7 millones de euros. Estas cifras no incluyen otras modalidades online como el póquer, el casino, el bingo o los concursos. El margen del total de juego en internet alcanza así los 560 millones de euros, un 144% más que en 2013. Pero es que las cantidades jugadas por internet en todas las modalidades se elevaron en 2017 a la nada despreciable cifra de 13.298,45 millones de euros, casi cinco veces más que en 2012.

En comparación, las apuestas presenciales han crecido la mitad, aunque no es poco. Las cantidades apostadas en salas de juego se han cuadruplicado mientras que el margen neto sólo se ha duplicado. Las cifras se refieren al juego de competencia estatal. Las apuestas presenciales en salas de juego de competencia autonómica, pese a representar sólo el 3,9% del margen neto en España, es el segmento que más ha crecido: un 25,7% en 2016, hasta alcanzar 323,14 millones de euros. Ésas son las casas de apuestas que, apoyándose en el sistema de franquicia, se han extendido a velocidad de crucero por los barrios del país.

Para Mikel López de Torre, presidente de Jdigital, la asociación española de Juego Digital y director digital de Sportium, es lógico el espectacular crecimiento del sector: “Empezamos a crecer desde cero”. Y el margen para seguir en expansión es enorme, resalta, si se tiene en cuenta que en Reino Unido el negocio del juego online es 10 veces mayor que en Españaonline y en Francia duplica su tamaño.

En España el juego dejó un margen a las empresas de 8.399,7 millones en 2016. La mayor parte sigue procediendo de las loterías, el 49%, y de las máquinas tragaperras, un 30%. Las apuestas sólo representan el 7,63% de la tarta –y el 19% de las cantidades jugadas–, pero su peso no deja de aumentar, destaca la memoria. Desde 2013 es el segmento cuya cuota más ha crecido, casi 11 puntos porcentuales, mientras que las loterías han perdido casi siete puntos y las tragaperras, casi seis.

En cualquier caso, los 560 millones de euros de margen neto que deja el juego online en España quedan lejos aún de los 980,34 millones que gana la ONCE con sus cupones, cuponazos y lotería instantánea, o los 3.225,84 millones de las Loterías del Estado. Claro que, en ambos casos, su mercado ya está maduro: el margen de las loterías cayó un 1,37% anual en 2017, mientras que el de la ONCE creció sólo un 4,6%. El margen de crecimiento de los juegos de azar en internet aún está por determinar: los españoles ya se gastan en apuestas online más que en los productos de la ONCEonline –1.992 millones de euros–, casi el triple –5.449,42 millones–. Aunque 2.748 millones menos que en lotería.

Alarma social y regulación

La alarma por las posibles consecuencias del éxito del juego en internet –de las pérdidas económicas a la ludopatía– puede justificarse también en las cifras de usuarios. Las estadísticas de la Dirección General consideran usuario activo a quien hace al menos una apuesta en el periodo de un mes. Así, en 2017 tiene registrados un total de 2,3 millones de usuarios activos, un 140% más de los que había en 2013. Al tiempo, también se ha disparado un 39,4% el número de personas a quienes se prohíbe el acceso a los juegos de azar online, al estar inscritos en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ): 41.117. Sólo en 2017 entraron en la lista negra 3.368 personas, un 9% más que el año anterior. Otro dato digno de atención es que la tercera parte de los registrados tienen entre 26 y 35 años.

El Estudio y análisis de los factores de riesgo del trastorno de juego en población clínica española, coordinado por la Dirección General de Ordenación del Juego y elaborado por profesionales del Hospital Universitario Bellvitge de Barcelona, analizó en 2017 una muestra de 512 personas con conducta de juego problemático o patológico y que habían solicitado tratamiento. De ellos, el 77,5% tenía un nivel socioeconómico medio-bajo.  En la misma dirección apunta una investigación de la ONG Fairer Gambling según la cual los 50 distritos electorales con más desempleo en Reino Unido tenían 1.251 casas de apuestas y 4.454 terminales fijas para apostar en 2013, mientras que los 50 distritos con menos paro sólo contaban con 250 locales y 1.045 terminales. En los primeros, situados en el norte de Inglaterra, el gasto en apuestas ascendía a 5.600 millones de libras (6.291 millones de euros), por sólo 1.400 millones en los segundos, ubicados en el sur de la isla.

A las “dudas” que se han lanzado a este respecto sobre las empresas y a la “alarma social” generada, López de Torre responde asegurando que el del juego en línea es un sector “hiperregulado y muy transparente”. No sólo se atiene a unas normas muy “garantistas” sino que, además, dice, éstas son “pioneras y una referencia mundial”. Por ejemplo, explica, en cuanto un usuario deja sus datos personales, incluido el DNI, para registrarse en una web, la empresa debe consultar en la base de datos de la Policía para comprobar que es mayor de edad y que no figura en el Registro de Interdicciones de Acceso al Juego. “Estos controles se hacen cada hora siempre que hay una sesión activa”, precisa. La ley también fija unos límites predefinidos de gasto diario, semanal y mensual. “Y los operadores están obligados a comunicar en tiempo real al Ministerio de Hacienda todas las transacciones, tanto entradas y salidas de dinero como apuestas”, indica.

Además, Hacienda tiene en fase de elaboración un proyecto de real decreto para regular la publicidad del juegoproyecto de real decreto para regular la publicidad del juego, que debería limitar horarios y mensajes comerciales, así como los bonos gratuitos de con que se da la bienvenida a los nuevos jugadores. “Es una regulación necesaria”, admite Alejandro Landaluce, director general del Consejo Empresarial del Juego Consejo Empresarial del Juego(Cejuego), que agrupa a nueve grandes empresas del sector con negocio online y presencial. Según explica, no sólo hace falta regular los horarios sino también los contenidos de los anuncios, para evitar mensajes peligrosos del tipo “buscamos millonarios”. La apuesta media en los juegos sociales, asegura, no supera los siete u ocho euros, y sus premios se quedan en 30 euros. “Con los juegos nuevos los usuarios pierden menos dinero y juegan durante más tiempo, que es lo que buscan, pasárselo bien, no hacerse rico”, aduce.

Apuestas deportivas en el barrio

Entre todas las posibilidades para desafiar al azar, la reina indudable es la apuesta deportiva. En el segundo trimestre de este año las apuestas dispararon su margen neto un 46,7% respecto al mismo periodo del año anterior gracias al Mundial de Fútbol de Rusia. Éstas pueden ser en directo –durante el partido– o convencionales –antes del partido–. Las primeras casi suponen el 60% del margen neto ganado con las apuestas online, según las estadísticas de la Dirección General de Ordenación del Juego.

Para hacerse una idea del sector económico que se está desarrollando a tanta velocidad basta con señalar que en España sólo hay 53 casinos y 309 bingos, hasta ahora las formas tradicionales de jugarse el dinero, pero permanecen abiertos 2.471 salones de juego. Madrid, Extremadura y Asturias no han aprobado regulación alguna para controlar la apertura de estos locales. Aunque las empresas niegan que los estén situando en las zonas con menor nivel adquisitivo de las ciudades, lo cierto es que los datos les desmienten. Basta una ojeada a los barrios de Madrid con más y con menos casas de apuestas para poner en duda que no se trate de una estrategia planificada. Los tres distritos con menor renta de la capital, situados al sur de la ciudad, acumulan casi el doble de locales de juego de azar que los más pudientes: Usera, Puente de Vallecas y Villaverde tienen 78 establecimientos, frente a los 43 de los distritos de Salamanca, Chamartín y Chamberí, según los datos de la Consejería de Economía de la Comunidad de Madrid.

Landaluce lo rechaza categóricamente –“Es una tontería”, zanja– y atribuye la proliferación de estas salas en determinadas “arterias” de la ciudad –Bravo Murillo, General Ricardos, Avenida de la Albufera, las cita él– únicamente al menor precio del metro cuadrado en esas zonas. “Si fuera más barata la calle de Serrano, abría una casa de apuestas enseguida junto a El Corte Inglés”, aclara. El responsable de Cejuego precisa que es Murcia la comunidad autónoma con más salones de juego por habitante, no Madrid, en realidad la sexta del ránking nacional. Le sigue Baleares. Y tanto Murcia como las islas, advierte, restringen la instalación de una casa de apuestas, que no se puede abrir a menos de 400 metros de distancia de otra en la primera y a menos de 600 metros en la segunda. Madrid es la primera comunidad donde abrió una sala de juego de este tipo; Andalucía, la última que las ha regulado, el año pasado. Y Cataluña y Castilla y León son las únicas comunidades donde están limitadas las licencias y sus administraciones ya no conceden nuevas autorizaciones.

La regulación de la publicidad del juego llega a cuentagotas a falta de una normativa estatal

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Rebaja fiscal desde julio

Desde julio, el juego online disfruta de una rebaja en la tasa que paga a Hacienda, del 25% al 20%, que en Ceuta y Melilla añade una bonificación para dejarla en sólo el 10%. El juego presencial queda fuera. Y Alejandro Landaluce no quiere ni oír hablar de más impuestos: “Ya pagamos 1.100 millones de euros al año”. También entiende el recorte fiscal para los operadores por internet, cuyos márgenes netos son menores –reparten más premios– y tienen unos gastos enormes, asegura, en publicidad. Las empresas de juego tradicional, por el contrario, hacen frente a mayores costes de personal, pero no gastan ni un euro en anunciarse. Los bingos son los que pagan el tipo más alto, del 40%, mientras que las casas de apuestas dependiendo de la comunidad autónoma, superan el 22%.

En estos momentos 51 operadores online cuentan con licenciaonline para funcionar en España, desde los grandes nombres internacionales –William Hill (con sede en Gibraltar), Electraworks (con sede en Malta y filial de Bwin, a su vez registrada en Gilbraltar) la canadiense TGS Interactive, del grupo Stars…– pasando por las nacionales Cirsa (propietario de Sportium) y Codere, hasta nombres más sorprendentes pero atraídos por un negocio sustancioso como Unidad Editorial, el grupo editor de El Mundo y Expansión, que ha creado una filial (Unidad Editorial Juegos) para explotar cuatro páginas web donde gestionan las apuestas deportivas de su diario deportivo Marca. Según los datos de la Dirección General de Ordenación del Juego, el número de licencias otorgadas para recibir apuestas online ha crecido un 36% desde 2013online y para máquinas de azar en internet, otro 30%. “Esto es un campo abierto”, resume el presidente de Jdigital.

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