Luces Rojas

Un ‘Gobierno Drácula’ para 40 años

Llevo viendo unos días sembrar, previsoramente, a medios y comentaristas políticos, semillas de una mala hierba, la hierba del miedo. Cuando escribo este artículo no están todavía en modo histérico, pero todo se andará. Por ahora las semillas están ahí y estas semillas ya tienen nombre para estos medios: el “Gobierno Frankenstein”.

La verdad, siempre me ha parecido divertido la capacidad humana para renombrar las cosas. Lo que, de responder a sus intereses o preferencias, se entendería como un ejercicio de negociación, cesiones y tolerancia mutua, un acercamiento, un intento de dar un gobierno a España, con un gobierno entre PP, Ciudadanos y PSOE o los nacionalistas, algo completamente natural y una gran coalición y una responsabilidad histórica, se convierte para estos mismos señores si está Podemos y los nacionalistas de por medio en un “Gobierno Frankenstein”.

Sí. Gobierno “Frankenstein”. Un monstruo, algo horrendo, feo, con cicatrices, destinado al desastre. Pero, la verdad, todo se puede mirar desde varios puntos de vista.

Porque Frankenstein estaba vivo. Sí, es posible que costase mucha energía ponerle a vivir, para fusionar y activar sus diferentes partes, pero estaba vivo. Además, Frankenstein tenía buen corazón. No era un monstruo malvado per se, no buscaba el dominio, el control, el poder por el poder, era pacífico, buscaba vivir, disfrutar de las flores y los pájaros. En realidad los que le hacen un monstruo fueron precisamente los que le consideraban una amenaza, los que le definían y amenazaban con horcas como venezolano, inestable, devorador del PSOE, antinatural y peligroso para la estabilidad y la democracia.

Los monstruos eran ellos y sus miedos, no él.

Y ¿qué Gobierno apoyan los que tanto temen a ese “Gobierno Frankenstein”? Para no salir del horror gótico, lo voy a llamar “Gobierno Drácula”. Drácula es mucho más presentable. Es Conde, es rico, tiene un castillo. Es hermoso, joven, bello, el cuñado perfecto. Viste bien. Tiene carisma e hipnotiza en nombre de la unidad de España. Si tienes que elegir, a primera vista, la elección es clara. Pero Drácula, a diferencia de Frankenstein, tiene un lado oscuro. Cuando no miras, después de que te haya hipnotizado, te recorta la sangre hasta que te quedas en los huesos, aunque diga antes de la hipnosis que no lo va a hacer. Es un seductor y un mentiroso. El Conde busca el poder, extender su dominio para mucho tiempo, controlando medios, guardias, sicarios de todo tipo. Y es que es inmortal: vive por siempre o, por lo menos durante mucho tiempo. Su principal aliado es su aguante y el tiempo. Vaya, así pintado ya no es tan genial ponerse en manos del Conde, sus lacayos, ni su gobierno.

En fin, metáforas. Tan potentes como la difusión que tengan, claro, pero más allá del juego simbólico, ¿qué intenciones hay detrás de esta campaña para calificar un Gobierno alternativo como “Frankenstein”?

La intención evidente es, claro, que esta alternativa a un Gobierno de derechas no se materialice y, más concretamente, que Podemos no toque, de ninguna manera, poder. Como ha reconocido ya Ciudadanos en boca de Begoña Villacís, el objetivo es que el Podemos no gobierne con el PSOE, algo en lo que coinciden comentaristas desde la derecha hasta el centro izquierda. Podemos son una pandilla comunista que convertiría España en Venezuela, en un país donde se echa a la gente de sus casas, se amordaza la libertad de expresión, los jóvenes no tienen empleo, se recorta la sanidad, la educación, la dependencia para todos mientras las clases altas ganan más dinero. Podemos no.

Y luego, Pedro Sánchez, tampoco. De gobernar Pedro Sánchez, se acabó la broma dentro del PSOE. Sánchez ganaría el siguiente congreso, laminaría a sus críticos y, muy posiblemente, purgaría el partido, apoyándose en ese equipo tan ilusionante de los Luena, López y Hernando. En breve, no tendría contestación: otra cosa no, pero limpiar cañerías, saben. Sánchez, para ellos, sería un desastre sin paliativos, hasta tal punto que prefieren un "Gobierno Drácula" que siga chupando la vida a la gente, incluso si tienen que ayudar al Conde a salir de su castillo sitiado.

Y en tercer lugar, y más importante, se pretende establecer una dinámica estable de equilibrio en el sistema de partidos nuevos que dure otros 40 años y que deje sin posibilidad de gobernar a la izquierda esos 40 años. Hay quien dice que la aparición de Podemos es una elaborada estrategia del PP que ha alimentado a dicho partido en los medios de comunicación para dividir a la izquierda e impedirle gobernar. Teorías de la conspiración aparte que dan para otro post, lo que si es evidente es que, en estos momentos en el que el sistema de partidos se está recomponiendo, se está siguiendo la estrategia que se siguió en Italia en los años 40, la estrategia de estigmatizar de tal manera al PCI/Podemos que, de facto, las coaliciones con ese partido estaban vetadas.

Desde el punto de vista del PSOE, esta estrategia puede parecer atractiva para arrinconar a Podemos pensando así que, en poco tiempo, su impulso se agotará. Pero la división electoral que existe en España, tanto en términos de edad como en términos geográficos, hace más que posible que Podemos no solo no reduzca sus apoyos electorales sino que, con el tiempo, los aumente, posiblemente a costa del PSOE según su electorado principal, los mayores, vayan dejando paso a otras generaciones.

Pero, ¿podría Podemos obtener una mayoría absoluta? Difícil cuando no imposible. ¿Podría el PSOE hacer lo mismo, obtener una mayoría absoluta o incluso una mayoría suficiente para gobernar? De nuevo, es prácticamente imposible. Son matemáticas.

Si el bloque de votantes del centro a la izquierda tiene un partido del tamaño de Podemos vetado, arrinconado, con el que no se puede formar coaliciones o Gobierno, por los miedos internos del PSOE, los estigmas que lanzan los medios o los propios errores o características de dicho partido, que chocan con el funcionamiento político tradicional, la izquierda no podrá gobernar en este país y tendremos gobiernos de derechas para décadas.

Esto no es una exageración. En Italia, el PCI, que obtenía porcentajes entre el 20% y el 30%, estuvo vetado del Gobierno por los equilibrios de la guerra fría durante más de 40 años de gobiernos de la democracia cristiana, salvo cuatro años de gobierno del Partido Socialista Italiano de Craxi. Un ciclo completo de sistema de partidos, con un partido vetado, prohibido, que llevó a cerca de 25 gobiernos de la DC italiana.

Esta, creo, es la amenaza real que hay encima de la mesa. No Podemos, que no va a desaparecer pero tampoco, a mi juicio, devorará al PSOE o destruirá el Estado. No un "Gobierno Frankenstein" que incluya a Podemos con el apoyo de los nacionalistas en la investidura, que podría, incluso, abrir canales de negociación con ellos. La amenaza es, más bien, un "Gobierno Drácula" para 40 años, un Gobierno corrupto, estático, podrido, que recorta la salud y la educación. Décadas enteras de gobiernos de derechas gracias al monstruo de Frankenstein. Un país con preferencias claras de gobiernos de izquierdas, controlado por la derecha, gracias a crear un monstruo amoratado del que protegernos.

Esa es la amenaza, la irrelevancia de la izquierda durante décadas. Espero que el PSOE, el único que tiene en su mano la posibilidad de intentarlo, sea capaz de verlo.

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El acuerdo entre PP y Ciudadanos: nunca un pacto fue tan efímero

Ignacio Paredero Huerta es sociólogo, politólogo y becario FPU en la Universidad de Salamanca, donde imparte docencia.

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