Los desafíos del Estado del bienestar
España sigue a la cola en protección social respecto a las potencias de la UE pese al revulsivo del covid
España sigue en el furgón de cola entre las grandes economías europeas en gasto en protección social, a pesar de que el incremento de la pobreza por la pandemia ha provocado un aumento. Así lo muestran los datos recién actualizados hasta 2021 de la oficina estadística oficial de la Unión Europea, más conocida como Eurostat.
España (7.153,2 euros) está a más de 5.000 euros per cápita en protección social al año de lo que gasta Francia, a más de 6.000 de lo que gastan Alemania y Holanda y a más de 7.000 de lo que gastan Austria y Suecia. Holanda y Alemania dedican en torno a un 130% más que España per cápita a protección sanitaria. Suecia, Holanda y Alemania se acercan a triplicar lo que emplea por habitante en discapacidad España, que además invierte 6,62 veces menos que Holanda y 4,67 veces menos que Francia en protección contra la exclusión social. En el apartado de vivienda Francia, Alemania y Holanda multiplican por más de 6 lo que gasta España por habitante. El país germano dedica por encima de cuatro veces más por habitante que el español a políticas de familia e infancia.
Un avance por el covid-19
Las ocho áreas que Eurostat incluye dentro de "protección social" sumaron en España en 2021 un gasto total de 339.172,62 millones, un 1% más que en 2020 (335.785,12). Estas partidas son: pensiones (que consumen el 39,7% del total del gasto en protección social), enfermedad-cuidado de la salud (29,1%), viudedad-orfandad (8,9%), desempleo (8,8%), discapacidad (6,1%), familia-infancia (5,3%), exclusión social (1,5%) y vivienda (0,5%). 2020 supuso un salto importante en el conjunto de la protección social, cuando creció un 11,8% desde los 300.318,25 millones de 2020. Aun así, en 2021 el montante vuelve a crecer y el gasto en protección social se sitúa en el 28,1% del Producto Interior Bruto (PIB), 4 puntos más que antes del covid-19 (24,1%).
Así que los datos demuestran que está habiendo un esfuerzo extra del Estado del bienestar para mitigar los efectos de la crisis del coronavirus mediante una mayor protección social. Ahora bien, dicho esfuerzo no es suficiente para sacar a España de las últimas posiciones en unas clasificaciones de Eurostat, que incluye también la aportación de las instituciones privadas –por ejemplo, Cáritas– siempre y cuando no haya una contraprestación económica por parte del beneficiario [ver nota sobre los datos de Eurostat al final del artículo].
infoLibre, para la elaboración de este artículo, ha tomado las diez principales economías de la UE, usando como referencia los datos de PIB del Banco Mundial. De mayor a menor son Alemania, Francia, Italia, España, Holanda, Polonia, Suecia, Bélgica, Irlanda y Austria. La comparación del distinto esfuerzo de los diez países en los distintos epígrafes del gasto en protección social muestra que España sigue comparativamente atrasada.
Protección social
En el dato global de protección social España es el séptimo país de los diez que más dedicó en relación con el PIB (28,1%) en 2021. A la cabeza están Francia (33,3%), Austria (31,8%), Italia (31,5%) y Alemania (31%).
En gasto per cápita la situación empeora: los 7.153,2 euros de España sólo están por delante de Polonia. No hay ningún otro país entre los diez por debajo de 10.000, salvo Italia (9.483,3). Austria dedica 14.415,9, Suecia 14.242,2, Holanda 13.869,6, Alemania 13.408,5 y Francia 12.304,9 euros. En todos estos países el gasto en protección social por habitante está entre 7.262,7 (Austria) y 5,151,7 euros (Francia) por encima del español.
Viudedad, orfandad, desempleo y pensiones
De las ocho partidas que componen el gasto en protección social sólo hay dos en las que España no está en el furgón de cola de las diez economías de mayor tamaño de la UE. En viudedad-orfandad el 2,5% del PIB que España dedica es el segundo mayor porcentaje y los 638,7 euros per cápita la quinta cantidad más elevada. En cuanto al desempleo, debido a un problema histórico de paro alto en el contexto europeo, España destina la segunda mayor partida en relación con el PIB (2,5%) y la sexta en euros por habitante (632,3), siempre comparando a las diez mayores economías de la Unión.
Ahí se acaban los epígrafes en los que, números en la mano, España parece tener un Estado del bienestar de primer nivel en cuanto a protección social. En todos los demás apartados España se sitúa en las últimas posiciones. Es cierto que los más de 130.000 millones imputados por Eurostat a España en 2021 para pensiones –excluyendo viudedad y orfandad– suponen sólo el sexto porcentaje sobre el PIB más alto (11,2%), es decir, está cerca de la mitad; no obstante, en euros per cápita (2.841,9) se convierte en el noveno, sólo mejor que Polonia, siempre usando los datos del Sistema Europeo de Estadísticas Integradas de Protección Social (Esspros, por sus siglas en inglés) de los que se vale Eurostat para sus tablas.
Sanidad y discapacidad
El gasto en protección social contra la enfermedad y en cuidado de la salud, la segunda mayor partida tras las pensiones, ascendió en España a 98.536,22 millones de euros en 2021. Ello supone un incremento del 9,92% con respecto a 2020 y un 22% con respecto a 2019. Es decir, los datos describen un ascenso de más de un quinto con motivo de la pandemia del gasto en cobertura sanitaria, que en las tablas de Eurostat incluye toda la asistencia médica –incluida el cuidado de los ancianos– y las prestaciones por incapacidad laboral temporal [ver nota sobre los datos de Eurostat].
Pese al ascenso de 2020 y 2021, España sigue en una posición comparada baja en el seno de la UE. El gasto en este apartado supone un 8,2% del PIB. De las diez principales economías de la UE, es sólo el séptimo porcentaje más elevado, a distancia de Alemania (11%), Francia y Holanda (10,2%, en ambos casos). Peor es la posición en gasto per cápita: España es novena de diez, con 2.078,1 euros, sólo mejor que Polonia. Holanda gasta un 139,56% más por cabeza (4.978,5 euros); Alemania, un 128,63% más (4.751,3).
Sólo hay un país de los diez con mayores economías de la UE que en 2021 dedicó menos porcentaje del PIB a políticas de discapacidad, Irlanda. España, con un 1,7%, empata con Italia y Austria y queda lejos de Alemania (2,7), Bélgica (2,6) y Holanda (2,5). En euros per cápita, los 438,1 dedicados por España a discapacidad son la novena cantidad más alta de las diez analizadas, sólo mejor que Polonia. España queda lejos de Suecia (1.267), Holanda (1.217,5) y Alemania (1.175,2), que destinan 2,89, 2,77 y 2,68 veces más, respectivamente.
Exclusión social y vivienda
Hay dos áreas en las que el Estado del bienestar español ha sido particularmente rácano: exclusión social y vivienda.
En exclusión social hay un antes y un después de la pandemia. La evolución en gasto per cápita para hacer frente a este desafío es la siguiente: 62,05 euros en 2019, 76,06 en 2020 y 109,5 en 2021. En sólo dos años ha crecido un 76,47%. No obstante, España sigue entre las últimas de las diez principales economías europeas. Sólo hay tres que destinan menos porcentaje del PIB y menos euros por habitante. España invierte 6,62 veces menos que Holanda (725,1) y 4,67 veces menos que Francia (512,4).
También hay claroscuros al mirar lo invertido en inclusión social en relación con el PIB. Por un lado, ha pasado del 0,2% en 2019 al 0,3% en 2020 y al 0,4% en 2021. Es decir, ha doblado su peso en relación a la riqueza del país en sólo dos años. Por otro lado, es un porcentaje que aún contrasta con las dimensiones del problema. Un total de 13,1 millones de personas estaba en riesgo de pobreza y/o exclusión social en 2021, lo que supone el 27,8% de la población, según el último informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, que utiliza estándares válidos en toda la UE.
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La mejoría es más leve en vivienda, un terreno en el que el anteproyecto de ley aprobado por el Gobierno sigue bloqueado en el Congreso, donde el PSOE no logra el apoyo de Unidas Podemos y las fuerzas nacionalistas progresistas, a priori necesarias para una mayoría y que consideran –al igual que el movimiento antidesahucios– que el texto se queda corto.
El porcentaje del PIB para políticas de vivienda, pese a la gravedad de los problemas sociales asociados, es del 0,1%, igual que antes de la pandemia y por debajo de diez años atrás (0,2%). Sólo hay dos países peor de los diez analizados, Italia y Polonia, cuyos porcentajes no alcanzan ni siquiera ese 0,1%. En cuanto a gasto por habitante, los 36,6 euros en España sólo superan las cifras de Italia, Polonia y Austria y ni se acercan a países como Irlanda (445,2) Francia (233,9), Alemania (233,6) y Holanda (228,4), que dedican a vivienda un 1.116,35%, un 539,07%, un 538,25% y un 524,04% más, respectivamente. Eso supone multiplicar por 12,1, 6,39, 6,38 y 6,24 el dato español.
En cuanto a familia e infancia, España dedica un 1,5% del PIB, el séptimo de los diez analizados. Esto supone 378 euros por habitante, menos que los otros nueve países analizados, un dato influido por el importante envejecimiento de la población española. Alemania dedica cuatro veces más (1.575,3 euros).