La mochila del alumnado de la pública: si estudias en la privada es más probable que acabes el Bachillerato

Varios alumnos, tras terminar Bachillerato, antes de comenzar uno de los exámenes de las pruebas de acceso a la universidad, en Sevilla.

No es lo mismo estudiar en la pública que hacerlo en la privada. No es una cuestión de calidad de la enseñanza sino de resultados. Y estos no son cuestión de que su alumnado sea más o menos inteligente, sino de dónde viene. Las diferencias ocurren en todas las etapas, también en Bachillerato —cuando arranca la educación postobligatoria—. La última estadística de resultados académicos publicada por el Ministerio de Educación —con datos del curso 2021-2022— así lo revela: el 85% alumnos de la pública finalizaron el segundo curso y, con ello, la etapa; mientras, en la privada lo hizo el 94,6%.

"Para mí hay una forma muy evidente de leer estos resultados, y es en clave de segregación escolar y desigualdad de oportunidades", señala Cynthia Almenara, profesora de Métodos de Investigación en Educación en la Universidad Autónoma de Madrid. Coincide con ella Daniel Turienzo, maestro y doctor en Educación. "Sabemos que el rendimiento académico está vinculado al nivel socioeconómico y cultural de las familias. Eso no se puede obviar. Por eso nunca se puede comparar el porcentaje de alumnado que termina Bachillerato en la privada y en la pública", explica. Son mundos muy diferentes.

Cuando se comparan las estadísticas educativas —cualquiera— que diferencian entre la enseñanza pública y la privada —financiada con fondos públicos o no— siempre aparecen datos que, señala Almenara, muestran que a la primera acude "un mayor número de estudiantes vulnerables". "Cargan con otra mochila más allá de la académica: con circunstancias familiares más complicadas", añade.

Alfonso-Elier Echazarra, experto en Equidad Educativa de Save the Children, señala por su parte que esta estadística no muestra tanta diferencia como otras que comparan resultados en función de la titularidad de los centros, y es precisamente por lo que apunta su compañera: un alto porcentaje del alumnado de la pública, que es el que peores condiciones sufre, ni siquiera llega a cursar Bachillerato. Porque no puede.

No son opiniones, son datos. Aparecen, por ejemplo, en un informe presentado en 2019 por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Según reveló, sólo el 8% del alumnado de centros privados cuenta con entornos socioeconómicos desfavorables, una tipología de estudiantes que representan un tercio de los que acuden a los públicos. En comunidades como Extremadura, Canarias y Andalucía llegan a ser el 50%.

Save The Children también lo acreditó en su informe Mézclate conmigo, en el que concluyó que el 90% de los centros escolares cuyo alumnado tiene un perfil socioeconómico bajo es público. "La educación inclusiva no es solo para la infancia con discapacidad. Es aquella en que todos los niños y niñas, pertenezcan al contexto social que pertenezcan, estudian juntos haciendo posible que todos tengan las mismas oportunidades de participación y aprendizaje", señaló la ONG en su documento.

Y eso es precisamente lo que más preocupa a Almenara: que la garantía de igualdad de oportunidades, a la luz de estas cifras, es más que relativa. Sobre todo porque estos resultados de Bachillerato van más allá de esa mera estadística. "Estas cifras no son más que el preludio de que los estudiantes más vulnerables no van a tener acceso a las carreras más demandadas" o, directamente, van a tener m lamenta. Se perpetúa, así, la desigualdad. ¿Cómo se explica?

Como recuerda la experta, el 60% de la nota que se obtiene en la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) depende, precisamente, de la media obtenida en Bachillerato. "Muchas veces hablamos de la importancia de las décimas, pero en este caso los estudiantes miran con lupa hasta una centésima", explica.

Pues bien, partiendo de esa base, y también según una investigación, el alumnado de la privada llega con ventaja. Según el estudio Notas de acceso a la Universidad: ¿Son equitativas?, presentado por el Observatorio del Sistema Universitario el pasado mes de junio, en los centros públicos se dan porcentajes mayores de notas de Bachillerato aprobadas más bajas. En concreto, estas escuelas concentran el 59,7% de notas inferiores al 8, un porcentaje que se sitúa en el 52,6% en las concertadas y en el 49,5% en las privadas. Por el contrario, los privados presentan proporciones mucho más elevadas de notas aprobadas altas: el 27,4% de su alumnado obtiene entre un 9 y un 10, una cifra que en los concertados se sitúa en el 23,9% y en los públicos, en cambio, en el 17,9%.

Y eso luego se traslada a la nota general que se obtiene en la prueba que da acceso a los estudios superiores. Según la última estadística del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades —relativa al año 2022—, el porcentaje de sobresalientes en la convocatoria ordinaria de Bachillerato procedentes de centros privados se sitúa en el 8,6%, cifra que desciende al 5,8% en el caso del alumnado que estudió en uno público.

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Sin embargo, observando esas cifras se comprueba que las notas, cuando se sitúan entre el 7 y el 8, se equiparan. Ahí ya no es tan determinante el centro de procedencia. Para Almenara la explicación está clara. "La EBAU no deja de ser una prueba similar a la de los exámenes de Bachillerato, la única diferencia es que en este caso lo corrigen agentes que no están sesgados y que tienen criterios homogéneos para todos. Cuando se comprueba que en muchos casos no hay una correlación entre los resultados de Bachillerato y de la EBAU es cuando nadie puede dudar de que hay centros que no hacen una corrección justa", critica.

No es que en la privada estudien más. Es cuestión de desigualdades y del empeño de esta enseñanza por mantener a su alumnado en la élite social a la que pertenecen sus familias. De ahí la elección que hacen de quién estudia o no en sus aulas, prácticas que asientan sobre el cobro de cuotas o la ubicación de los centros. "La diferencia de resultados no tiene que ver con la calidad educativa, sino con los perfiles socioeconómicos. Si comparamos los mismos perfiles en centros públicos y privados son los primeros los que de hecho lo hacen mejor", insiste Echazarra.

Tampoco son opiniones. La última edición del informe PISA, publicada el pasado martes, mostró que, en igualdad de condiciones, los resultados son los mismos. En bruto, los colegios concertados y privados obtienen 35 puntos más que los públicos en matemáticas y 32 puntos más en lectura y en ciencia. Corrigiendo los factores externos, "se puede ver que el rendimiento estimado en los centros públicos aumenta, mientras que el de los centros privados disminuye, es decir, las diferencias entre las puntuaciones medias estimadas de centros públicos y privados se reducen en todos los casos". También es cuestión de negocio. "Hay muchísimos eslóganes que la privada y la concertada publican en junio para vender que lo que las familias de su alumnado pagan tiene un beneficio", denuncia Almenara. Turienzo también lo señala. "Hay teorías que apuntan a que en los centros privados y concertados hay presión a los docentes para aprobar a los alumnos, mientras que los de la pública pueden poner las notas más libremente", sentencia.

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