Las alianzas por la derecha
La agenda oculta de Feijóo: distancia con Vox en público, cercanía en privado con Abascal
A escondidas, sin convocatoria pública y sin explicaciones. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se reunió en la tarde del jueves 22 de septiembre con el presidente de Vox, Santiago Abascal, en un hotel del norte de Madrid. Durante unas dos horas, los máximos responsables de la segunda y la tercera fuerza políticas del país hablaron sobre política internacional, política nacional y, según ha confirmado Vox, de pactos entre ambas formaciones. Pero el PP calificó la entrevista de acto “privado”.
Se sabe lo que Abascal ofreció a Feijóo: acuerdos para gobernar juntos allí donde sea necesario parta desplazar a la izquierda, tanto tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo como después las generales que se celebrarán después. Pero el PP no da detalles sobre la conversación. Para Vox el modelo es la Junta de Castilla y León, en la que el PP, con la bendición de Feijóo, aceptó dar entrada en un gobierno por primera vez a los ultras.
La reunión había sido solicitada por Abascal en abril, con Feijóo dando sus primeros pasos como presidente del PP. El equipo de Génova la demoró todo lo posible y la semana pasada concretó el formato que más le interesaba: una reunión secreta, lejos de los focos de la prensa. El líder del PP lleva años evitando con éxito salir en una foto con el presidente de Vox. Se escabulló de las dos ediciones de la foto de Colón y hace poco días de la manifestación de Barcelona en defensa del español en la escuela catalana.
Con muy pocos datos disponibles, el PP se esforzó este miércoles en restar trascendencia a las reunión, casi tanto como Vox en remarcar su importancia. Donde la extrema derecha celebra la constatación de “que hay una sintonía personal suficiente” entre Feijóo y Abascal, en palabras del portavoz parlamentario de la extrema derecha, Iván Espinosa de los Monteros, fuentes de Génova hablan una reunión casi rutinaria en “un contexto de normalidad política” y destacan las diferencias con Vox a la hora de afrontar “el diagnóstico de la situación” de España.
Para quitar peso a la cita con Abascal, el PP subrayó que su líder “se ha reunido y reunirá con otros dirigentes políticos en las próximas semanas”. Ya lo ha hecho con los máximos responsables de UPN y Coalición Canaria, dos formaciones con las que mantiene buenas relaciones y con las que no descarta llegar a acuerdos para redondear una mayoría en el Congreso si un día lo necesita. Incluso con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en su condición de impulsora de la plataforma Sumar, con la que aspira a reagrupar el espacio político a la izquierda del PSOE con la vista puesta en las generales de 2023.
En Vox, seguramente ignorantes de la reunión con Díaz, atribuyeron la ronda de contactos de Feijóo a una voluntad de explorar posibles acuerdos a partir del año que viene, lo que de paso les incluye a ellos. De ahí que Abascal, según fuentes de la formación ultra, aprovechase la cita con Feijóo para dejar claro que bajo ningún concepto firmará acuerdos con el PP si este partido suscribe algún pacto, de la naturaleza que sea, con los nacionalistas vascos, algo expresamente prohibido por los estatutos de su organización.
La referencia al PNV, no obstante, confirma que Abascal y Feijóo han hablado de pactos, aunque el PP se haya limitado a decir que ambos dirigentes “compartieron impresiones sobre el contexto político nacional”.
Satisfacción en Vox
Aunque de la cita no parece haber salido ningún acuerdo concreto entre ambos partidos, la satisfacción en las filas de Vox era este miércoles evidente. Abascal llevaba meses tratando de poner fin al cerrojazo impuesto por Pablo Casado a las comunicaciones entre ambas formaciones desde la moción de censura que Vox defendió en el Congreso y que fue rechazada por todos los grupos, incluido el PP.
El líder de la extrema derecha española salió del encuentro más que satisfecho. Está convencido, según fuentes de su organización, de que “ha cambiado su relación” con el presidente del PP: ha pasado de ser “inexistente” a “fluida” y eso es exactamente lo que Abascal quería conseguir.
No será la última vez que se vean. Vox quiere normalizar los contactos entre Abascal y Feijóo y ya ha dejado claro que quiere repetir el encuentro, aunque el PP de momento no poner fechas. En Génova desean tener las mejores relaciones posibles con la extrema derecha y se esfuerzan en mantener despejados todos los puentes, pero huyen de la estrategia de Vox de tratar de hacer ver que existe coordinación entre las dos organizaciones. Feijóo quiere gobernar solo y por mucho que Abascal insista en anticipar acuerdos de coalición el líder del PP no se moverá hasta el día de las elecciones.
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Fuentes de ambas formaciones aseguran que Feijóo confirmó eso mismo a Abascal durante la reunión, que su intención es gobernar en solitario. El líder del Vox le respondió que no logrará replicar en España la mayoría absoluta que el PP acaba de conseguir en Andalucía y que, por tanto, tendrá que pactar con su partido. Durante la charla, el presidente del PP se jactó de haber parado al nacionalismo al frente de la Xunta y aprovechó para defender su propuesta lingüística, a la que Vox se opone.
La cita mereció inmediatamente el reproche del PSOE, que la considera “una foto de Colón de incógnito”. “Ha sido casi clandestina y nos gustaría que nos contestaran si hay una coalición y si Feijóo ha puesto encima de la mesa el comportamiento de Juan García Gallardo [el líder de Vox en Castilla y León y número dos del Gobierno del PP en la comunidad que niega la violencia de género], una persona que no puede estar ni un minuto más representado a los castellanoleoneses", declaró en el Congreso el portavoz socialista, Patxi López.
Fuentes de Ferraz se mostraron especialmente críticas con la poca información facilitada sobre la reunión. Los ciudadanos, aseguran, tienen derecho a saber si PP y Vox han avanzado en un pacto “entre derecha y ultraderecha” siguiendo el ejemplo italiano, donde los aliados del PP, Forza Italia, se disponen a hacer primera ministra a la neofascista Georgia Meloni.