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Galicia

Martiño Noriega: “Aspiro a que Galicia, mi país, por lo menos pueda decidir”

Martiño Noriega

Nació en A Coruña un 22 de febrero de 1975, pero gran parte de su vida y recorrido político se lo debe a la ciudad de Compostela, donde se formó como médico y de la que es ahora regidor, y a la localidad limítrofe de Teo, donde inició su andadura como alcalde.

El gran salto que Martiño Noriega ha experimentado en el último año se produce gracias al impulso final de una carrera de fondo. Militante primero dentro de las filas del BNG, en el 2012 –tras la asamblea convocada en Amio por los sectores que componían el partido– decidió realinearse dentro de la formación Anova Irmandade Nacionalista, de la que fue elegido coportavoz junto a Xosé Manuel Beiras tan sólo dos años después.

En 2015 se presentó a las elecciones municipales de Santiago de Compostela por la candidatura de unidad popular Compostela Aberta, que resultó ser, sorprendentemente, la lista más votada. La experiencia del proceso municipalista le llevó a participar activamente en la formación y campaña de En Marea, partido integrado por Podemos, Anova y Esquerda Unida para las elecciones generales.

La fórmula que permitió el éxito en mayo perduró meses después con En Marea, que consiguió superar a los socialistas gallegos gracias a los 408.370 votos obtenidos. La fuerza de las mareas gallegas, sin embargo, no ha sido suficiente para alcanzar el objetivo crucial de constituirse como grupo parlamentario propio

Martiño Noriega cumple ahora ocho meses al frente de un Consistorio desbordado por la herencia de una legislatura del PP que dejó "deudas y caos". En el horizonte, unas elecciones autonómicas que pueden dar un vuelco al escenario político tradicional gallego y que obliga, según subraya, a asumir los retos necesarios para poder "cambiarlo todo".

PREGUNTA. ¿Qué diagnóstico haces de los resultados tras el 20-D?RESPUESTA.

Creo que, tirando de Gramsci, entre lo nuevo que no acaba de nacer y lo viejo que se resiste a morir, emergen monstruos.

P. ¿Encuentras puntos en común con Pedro Sánchez para que En Marea facilite su investidura?R.

Yo no sé lo que representa a día de hoy Pedro Sánchez. Sí que me preocupa lo que representa el conjunto del partido, las baronías, la dinámica que veo de apuntalar el régimen del 78 y de estar dispuesto a hacer lo que haga falta, incluso ir hacia un proceso maquillado de gran coalición con la intermediación de Ciudadanos.

Creo que la mayoría social del conjunto del Estado prefiere un Gobierno que no esté liderado por el PP, y nosotros tenemos de alguna manera la responsabilidad de poder facilitarlo. ¿A cualquier precio? No. Tiene que haber compromisos claros, más allá de la cuestión territorial. ¿Piensa usted modificar el artículo 135 de la Constitución? ¿Piensa poner la prioridad en la gente y no pagar una deuda que es cuestionable, por no decir ilegítima?¿Está dispuesto a realizar un frente común con los Estados del sur europeos que están en estos momentos en lucha por los valores de la dignidad y la democracia? Hay que intentar facilitar, sí, pero creo que el que se tiene que comprometer con un proceso de mínimos es el propio Pedro Sánchez y el PSOE, y ahí tengo mis grandes dudas.

P. Respecto a En Marea, ¿cómo convive una formación nacionalista como Anova con EU y Podemos?R.

Entendiendo la emergencia del momento, la necesidad de crear espacios mestizos, entendiendo que a mayores de las estructuras partidarias que están haciendo acumulación de fuerzas, en el caso de Galiza desde el año 2012, hay una parte de la izquierda social que está participando activamente a través de las candidaturas municipalistas y de las plataformas ciudadanas, y que demanda esa generosidad por parte de las organizaciones políticas. Y de alguna manera practicando el ensayo error para generar esos espacios que sí están teniendo retorno ciudadano.

P. Podemos Galicia, en concreto su dirigente Breogán Riobóo, criticó la campaña de En Marea por su sesgo nacionalistaR. criticó la campaña

Quien dice eso no entiende el proceso de confluencia. No entiende que la confluencia se construye con la cesión de las partes, y que el espacio que se crea es un espacio nuevo. No se puede patrimonializar un resultado de parte como ha hecho él, no se puede hacer una lectura tan simple de lo que fue un espacio de confluencia que consiguió 400.000 votos de gallegos y gallegas en las generales, que ha funcionado también en las municipales consiguiendo las alcaldías de tres grandes ciudades, y que está en posición de disputarle la hegemonía al Partido Popular.

P. En Marea estará integrada finalmente en un "grupo confederal" en el Congreso junto a Podemos, ¿era lo que se esperaba?R.

No. No era lo que se esperaba. Yo soy de los que piensa que se hicieron los deberes para tener un grupo propio. Creo que hay un proceso en marcha en Galiza, claramente diferencial, creo que la candidatura En Marea no es una prolongación de Podemos en la medida en que participaban tres formaciones políticas, y creo que a mayores había plataformas ciudadanas y candidaturas municipalistas que le daban esa categoría de proceso propio.

Tanto en porcentaje de votos en las provincias como en número de diputados habían cumplido los requisitos para tener grupo propio. Me da la sensación de que han existido resistencias muy importantes a que eso se plasme en la realidad de la Cámara, y no ha interesado en ningún momento que esa lectura plurinacional pudiera tener una expresión plena. Al final se ha optado por una solución que era la única posible llegado al plazo límite, pero no es por la que hemos peleado.

Dicho esto seguiremos reivindicando el espacio propio, si no puede ser formalmente practicaremos lo que siempre hemos practicado como gallegos y gallegas que es el furtivismo para el ejercicio de nuestra identidad, y entonces seremos furtivos actuando como un grupo parlamentario propio.

P. ¿Crees que desde En Marea ha habido un engaño a los ciudadanos asegurando que iba a tener grupo propio cuando no se sabía si lo iba a conseguir?R.

El Partido Socialista ha utilizado una interpretación del reglamento en clave de negación de las diferentes expresiones. Le ha interesado mandar el mensaje de que había intereses económicos y de tiempo, y que no podía haber cuatro grupos de Podemos cuando todo el mundo sabía que en Galiza, y también en Catalunya y en el País Valencià, había procesos propios.

Entramos en un campo en el que la voluntad política tiene mucho que decir, y eso ha pasado en el Congreso desde hace muchos años. Han existido grupos parlamentarios esperpénticos, que no cumplían con ningún requisito, por voluntad política. En este caso, que sí cumplía los requisitos, también ha sido la voluntad política lo que lo ha impedido. Yo esperaba una posición más facilitadora por parte del PSOE, creo que está jugando tácticamente a nivel político, no con una vocación de fondo, y ha preferido garantizar su presencia en el Congreso, darle la mayoría en la Mesa a PP y Ciudadanos, que claramente no quieren hacer una relectura en clave plurinacional, y bloquear cualquier opción que pasara por darle recorrido a esas expresiones. El problema ha sido político, políticamente se ha bloqueado.

P. De cara a las elecciones autonómicas, y volviendo a las palabras de Breogán Riobóo, este dijo que no descarta que Podemos se presente en solitario a los comicios.R.

Yo creo que al proceso lo único que le toca es crecer, y quien se mueva de la foto pierde. Y pierde el proceso.

P. En ese contexto de crecimiento, ¿en qué punto se encuentra un posible acuerdo con el BNG?R.

El BNG está abriendo un debate interesante que tendrá que culminar el propio partido. En estos momentos existen voces que no reconocían la necesidad de aportar a ese espacio de confluencia, y que ahora están saliendo públicamente a decir que es necesario hacerlo. Yo siempre he defendido que no sobran brazos y que el BNG es una organización que, más allá de los resultados electorales, tiene implantación territorial, tiene cuadros, ha demostrado generosidad, y es una parte de la historia del país en lo político, y por lo tanto yo entiendo que de alguna manera el proceso de confluencia se cerraría con el BNG.

P. ¿Qué impidió que se sumaran para las generales? R.

Yo supongo que hubo más resistencias que elementos facilitadores, por todas las partes. De todas maneras sí que es cierto que el BNG hizo esfuerzos en cambiar formalmente determinadas posiciones, pero no sé hasta qué punto se quedó en lo formal y no fueron, por decirlo de alguna manera, esfuerzos sinceros. El BNG nunca entendió la confluencia como un lugar de encuentro en el que cada uno aporta su capital, sino que lo ha entendido siempre en torno al nacionalismo. Esto no es la acumulación de fuerzas sólo en el campo de la izquierda nacionalista, esto va más allá. La confluencia no se construye en torno a uno, sino que cada uno aporta y construye, y yo creo que en estos momentos es importante que lo entendamos porque hay la responsabilidad de gobernar el país en unos meses.

P. Beiras recordaba que en 2012 rechazaste liderar AGE para continuar al frente de la alcaldía de Teo. Tu nombre se baraja como posible candidato a la Xunta, ¿tu posición hoy es la misma que la de entonces?R. recordaba que en 2012 rechazaste liderar AGE

Cuando se constituyó AGE se me presionó mucho para que fuera en las listas, y yo dije que me debía a los vecinos de Teo, también pasó cuando fueron las elecciones europeas. Es cierto que luego, cuando decidí comprometerme con la candidatura de Compostela Aberta en Santiago, yo ya había cerrado el ciclo en Teo, y ahí tenía que decidir entre mi situación personal y la reivindicación política de un colectivo.

En este caso estoy comprometido con la capital del país, creo que necesita estabilidad, que ha pasado los últimos cuatro años con tres alcaldes, múltiples concejales imputados, se ha perdido la confianza con la institución por parte de los barrios, se ha perdido un funcionamiento mínimamente regularizado dentro del Ayuntamiento, y mi papel ahí es absolutamente necesario. Me debo a ese compromiso, y no contemplo ningún tipo de aportación en clave personal a una candidatura a la Xunta.

P. Una vez agotada la legislatura, en un medio o largo plazo, ¿te lo plantearías?R.

No hago ningún tipo de cábala porque hace cuatro años se produjo la ruptura del BNG en Amio, y si me llegan a decir que en este tiempo iba a vivir un momento histórico y político de tal intensidad, que nos iba a condicionar a todos de tal manera, no me lo hubiera creído. Es un proceso dinámico que va evolucionando, con lo cual no sé a dónde nos llevará. Verdaderamente siempre fantaseo con la huida. Es la única manera de mantenerme equilibrado en esta tormenta.

P. Yendo a tu gestión como alcalde de Santiago, has acusado de "moción de censura encubierta" al PP y al PSOE por su afinidad al rechazar las propuestas de Compostela Aberta.R.

En Santiago no hay un reconocimiento de los resultados electorales, incluso cumpliendo con la doctrina PP: el que consiga la lista más votada tiene derecho a gobernar.

Ha existido una campaña de descrédito permanente por determinados poderes fácticos, algunos mediáticos y con la complicidad permanente del PP y del PSOE. El PSOE en este proceso no está conectando con su base social, que mandó un mensaje de cambio en la ciudad y que configuró una mayoría amplia entre Compostela Aberta, BNG y PSOE. Está practicando un ejercicio de amnesia después de lo que pasó hace cuatro años, y yendo muchas veces más allá de la posición del PP en determinadas votaciones, aprobando asuntos que nunca defendieron en muchísimos años en los que tuvieron responsabilidad de gobierno.

P. Como consecuencia de esto, estáis sin Presupuestos aprobados. ¿Vais a negociar con la oposición?R.

Estamos negociando. Se van a agotar todas las vías que podamos, y los socios preferentes para hacerlo son el PSOE y el BNG, por afinidad política. Lo vamos a intentar, aunque da la sensación de que hay una posición de bloqueo por parte del PSOE.

P. Dices que no se ha reconocido el resultado, ¿hasta qué punto supone esto un desgaste?R.

Tenemos que saber en el momento en que estamos viviendo. No estamos practicando la política de los años 90, ni de la década del 2000. No estamos en eso. Estamos en un momento en el que hay la posibilidad de abrir un proceso de procesos constituyentes. El régimen del 78 está cambiando de cara, sacando marcas blancas como Ciudadanos, existen muchos intereses económicos y el Íbex y los poderes fácticos juegan sus cartas. Hay una guerra por los valores de la democracia, la pluralidad, y algunos estamos jugando en un determinado bando y otros en otro con muchos más medios. Evidentemente desgasta. Pero yo lo que no me quiero quedar nunca es con la sensación de que no intenté ser coherente con el programa ni con una manera de ver lo que es la gestión de lo público. Que eso me pueda conllevar desgaste en la ciudad o en la visión que se pueda tener de mi figura pública, no me importa. Lo entiendo como un peaje que hay que pagar por el proceso.

P. Hablas de una situación caótica en el Ayuntamiento. ¿Te esperabas encontrarte con este escenario?R.

No. Lo que sí me esperaba fue ir a los barrios y encontrar que los vecinos se quejan de que no se cometió ningún cumplimiento de sus necesidades, me esperaba encontrar un deterioro cuando el PP expulsó de sus cargos de responsabilidad a muchos habilitados y funcionarios, pero he perdido ya conciencia del número de sentencias que han llegado contra el Ayuntamiento por negligencia de los gobiernos anteriores, fundamentalmente del PP, que nos han suspendido servicios municipales que se venían prestando y en algunos casos con enormes cargas económicas.

P. Te quejas de que algunos medios de comunicación han emprendido una campaña muy dura contra Compostela Aberta. Entre ellos, has destacado especialmente el tratamiento de El Correo Gallego.R.

El Correo Gallego

Han existido campañas de difamación, y hemos solicitado de manera reiterada rectificaciones que no se han dado. No interesa contar la verdad en algunos medios de comunicación de la ciudad. En El Correo Gallego no interesa contar la verdad. Interesa participar en una campaña de descrédito y de falta de respeto que va más allá de mi persona o de Compostela Aberta.

Creo que falta el respeto a la institución. Llamar al alcalde de una institución "alcalde 2.0", la cantidad de adjetivos calificativos que me tienen dedicado los editoriales, los artículos de opinión... No lo hicieron en los últimos cuatro años, cuando han pasado tres alcaldes del PP y múltiples concejales imputados, nunca existió una décima parte de lo que está existiendo en estos meses. Hacer de la anécdota campaña, mentir en algunas ocasiones. Yo creo que algunos por defender lo que tenían, y estoy hablando de líneas de publicidad institucional que nosotros no vamos a defender porque entendemos que el dinero público no está para pagar información, están dispuestos a llegar a donde haya que llegar.

P. No sólo medios de comunicación, sino también la oposición ha criticado tu postura en cuanto a la relación entre la Iglesia católica y las instituciones. ¿Cómo crees que se ha percibido entre la ciudadanía?R.

Supongo que en algunos casos habrá parecido un ejercicio de coherencia y en otros casos no habrá gustado. Lo que nadie le puede negar a Compostela Aberta es que cumple su programa. Apostamos por mantener una posición de diferenciación de espacio institucional y espacio religioso y aún así mantener una colaboración con la Iglesia que es fluida, porque entendemos que es una de las cuatro patas de la ciudad. Lo que no se entiende es que tengamos que estar permanentemente dando explicaciones de algo que llevamos en el programa. Yo llego a la conclusión de que no se acepta el resultado electoral ni se entiende un ejercicio de coherencia.

P. Para terminar, ¿apoyarías un hipotético referéndum en Galicia, similar al de Cataluña?R.

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Yo soy gallego de nación. Estoy en un proceso dinámico en el que evidentemente aspiro a que mi país por lo menos pueda decidir. Que pueda decidir lo que quiera: más autonomía, un estado confederado, independencia o recortar las atribuciones de la autonomía. Porque confío en mi país. ¿Creo que se dan las condiciones subjetivas en estos momentos para que pueda haber un voto a favor de la independencia? Creo que no. Pero algunos llevamos tiempo trabajando por la posibilidad de que en Galiza se decida y que en un futuro podamos tener mayores cuotas de autogobierno, y por qué no, alcanzar una independencia.

P. Entonces, votarías sí.R.

Evidentemente. Yo soy un ciudadano de nación gallega. Soy soberanista, o independentista, una persona de izquierdas y tengo eso como horizonte. Ahora, soy consciente de cuál es la situación. Hay que ir trabajando por una toma de conciencia progresiva.

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