Debate electoral
El PSOE admite que Pedro Sánchez tendrá “dificultades” en los debates con Pablo Iglesias y Albert Rivera
El PSOE es consciente de que los debates electorales no serán un paseo para su candidato, Pedro Sánchez. Todo lo contrario: en el partido asumen que los enfrentamientos con Pablo Iglesias y Albert Rivera plantean "dificultades". La primera, que tanto Iglesias como Rivera son "muy televisivos" y "saben hacerlo bien" en los platós. La segunda, que el PSOE es un partido con pasado y experiencia de Gobierno, "para bien y para mal". Y la tercera que, en ausencia del PP –como ocurrirá en el debate a tres en El País–, los socialistas son el único partido al que se le puede reprochar su pasado, aunque haya estado los cuatro últimos años en la oposición.
Al margen de los debates sectoriales y de otros enfrentamientos, habrá tres grandes citas de cara al 20-D. La primera en El País, y retransmitida por internet, será el 30 de noviembre. Asistirán Sánchez, Iglesias y Rivera. El diario de Prisa también invitó al PP, pero Rajoy excusó su asistencia. En su lugar, habrá un atril vacío. El segundo debate, en Atresmedia –Antena 3, La Sexta y Onda Cero–, será el 7 de diciembre. Acudirán los mismos tres protagonistas y les acompañará la vicepresidenta Sáenz de Santamaría como representante del PP. Finalmente habrá un duelo entre Sánchez y Rajoy el 14 de diciembre, y lo producirá la Academia de la Televisión.
En un encuentro informal con periodistas, el socialista Óscar López, quien ha coordinado los debates por parte del PSOE, reconoció este miércoles que Sánchez no lo tendrá "fácil" y que "habrá que trabajar" en la preparación de esos espacios. López también dejó claro que fue el PP quien impuso que Rajoy acudiría a un único debate cara a cara con Sánchez y criticó que los conservadores hayan "dado largas" durante semanas hasta ofrecer una respuesta definitiva. El dirigente socialista calificó de "escándalo" que el PP haya delegado en la vicepresidenta y aseguró que en Ferraz no se pensó en ningún momento en enviar a otro candidato que no fuera Sánchez a debatir con Iglesias y Rivera.
En esa línea, subrayó que el PSOE es el partido que "más interés tiene en debatir" y que Sánchez es quien participará en más enfrentamientos televisados. Además, aseguró que los socialistas no han impuesto ninguna condición previa ni ningún formato y subrayó que "el formato clásico, con bloques cerrados" no responde ya a las demandas de la sociedad, por lo que tratarán de convencer al PP para que el cara a cara entre Sánchez y Rajoy "no sea tan cerrado". Por último, pronosticó que los tres debates tendrán "muchísima audiencia" aunque serán "completamente diferentes" y opinó que, en un contexto en el que las encuestas señalan que hay "muchos indecisos aún", tendrán efectos en la intención de voto. "Algo influirán", dijo.
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Guerra mediática
Inicialmente el PSOE tenía previsto que el debate final, el cara a cara entre Rajoy y Sánchez, se celebrara en Mediaset –Telecinco y Cuatro–. Los socialistas recuerdan que hay dos grandes grupos de cadenas de televisión y que, como Atresmedia manifestó desde el comienzo su deseo de acoger el debate a cuatro, la idea era celebrar el enfrentamiento entre PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos en Antena 3 y La Sexta, y dar a Mediaset el duelo entre conservadores y socialistas. Así, cada empresa podría encargarse de uno de los dos debates televisados.
En palabras de López, sin embargo, el PP no aceptó ese plan. Tampoco aceptó un debate a ida y vuelta entre PP y PSOE, con un duelo en Atresmedia y otro en Mediaset. Los conservadores dejaron claro que su candidato debatiría una sola vez, que lo haría sólo con Sánchez, y que no quería optar por uno u otro grupo. En ese punto apareció la opción de que fuera la Academia de la Televisión la que produjera el duelo, dejando en manos de las cadenas la decisión de retransmitir o no la señal. El dirigente socialista manifestó su "incomodidad" porque no haya debate en Mediaset, tal como se planeó, pero dijo que empecinarse en esa idea podría poner en riesgo la propia celebración del debate. Ante la negativa del PP a cualquier otra propuesta, concluyó, el PSOE acabó por aceptar ese plan