El dinosaurio todavía estaba allí
Carlos González: “Cuando dejemos de fijarnos en la orientación sexual de los actores veremos a los verdaderos personajes”
Carlos González es uno de los actores revelación de los últimos años. Está en un momento explosivo de su carrera y es uno de los iconos del colectivo LGTBI en televisión, aunque lamenta que los focos estén puestos en la orientación de los intérpretes: “Cuando dejemos de darle un protagonismo especial a la condición sexual y la forma de ser de los actores, veremos a los verdaderos personajes y la historia”, afirma el joven navarro.
Su participación en la serie Veneno, estrenada en pleno confinamiento, atrajo la atención de la crítica y del público. Tras pasar por Señoras del (h)ampa en su segunda temporada, ha tenido su primer papel de coprotagonista en Maricón Perdido, la serie creada por Bob Pop (Roberto Enríquez) que narra su propia vida y las dificultades en la búsqueda de la identidad, en la que González lo representa en su etapa adolescente. El actor dice dedicarse a la profesión “para encarnar otras vidas, otros cuerpos y otros pensamientos” y reflexiona sobre la lesa importancia que debería tener la orientación sexual de un intérprete: “Para el Carlos de todos los días ya están mis amigos y la gente que me quiere, a los cual, gracias a dios les importa bien poco a quién meto en mi cama mientras yo esté bien”, sentencia.
Al contrario que la gran parte de la población, González ha crecido mucho en el aspecto profesional durante la pandemia y ha supuesto un giro también en su vida personal: “Me siento afortunado por haber crecido profesionalmente en este año tan complicado, pero lo que verdaderamente tengo que agradecer son estas oportunidades que se me han brindado para que yo emprenda mi camino. Como actor haces tal trabajo introspectivo que es complicado separarlo de lo personal, por lo que a mí me ha afectado en ambos aspectos. Me queda tanto por aprender… y con los años espero seguir teniendo esta sensación”, dice.
Pese a la leve mejora en la situación general de incidencia del coronavirus, él no cree que la pandemia vaya a remitir a corto plazo: “Ojalá supiera lo que viene, pero la verdad es que tampoco veo tan cerca el final como supone ser. Veo cómo están yendo hacia atrás algunas comunidades y no me transmite mucha confianza, pero tampoco quiero perder la esperanza y prefiero pensar que es un momento de transición y todo irá a mejor”. Y habla de su experiencia en el contexto sanitario, que implicó sufrimiento físico pero sobre todo, mental: “En mi caso, pasé la enfermedad con unos síntomas leves pero lo peor vino después. He estado varios meses con dolores musculares, sensaciones muy extrañas que me causaron hipocondría y ansiedad. A día de hoy lo llevo bastante bien por un trabajo constante en terapia y en rutina. Afectó a mi bienestar mental, tema tabú para muchos, pero yo me lo tomo como si me hubiera roto una pierna. No podemos dejar pasar las cosas como si nada, la salud mental necesita mucha más atención, es urgente”, alerta el actor.
Preguntado sobre las actitudes de la sociedad en este contexto, asegura no querer juzgar a nadie porque todos hemos estado sumidos en la misma incertidumbre: “Yo también he cometido errores. Ha sido una labor colectiva que posiblemente no hayamos sabido gestionar a la perfección en algunas ocasiones, pero es totalmente normal. Nadie nace sabiendo y nos hemos enfrentado a algo completamente desconocido”, opina el joven.
El cine y la televisión han sufrido los efectos del covid-19, pero la pantalla ha sido una de las principales aliadas de la sociedad, sobre todo durante el confinamiento. González aprecia esta relación, aunque considera que “la forma que hemos tenido de consumir ha sido compulsiva”, para después llamar la atención sobre la importancia que tiene asistir a las salas de cine, fuertemente golpeadas por la pandemia: “En la sala saboreas cada momento y valoras más el contenido y el trabajo que hay detrás. Imagina que le preguntamos a un músico: ¿Prefieres que escuchen tu música en una plataforma con auriculares o que la gente vaya a tus conciertos? Ambas acercan al público, pero no las dos enamoran…” reflexiona. Identifica a las nuevas plataformas como impulsoras del sector audiovisual en España, aunque no están exentas de una leve polémica: “Nos han dado mucho en muy poco tiempo y eso para la industria es positivo, pero no sé hasta qué punto estamos maleducando al espectador. Maleducando en el sentido de que cada vez quiere más y más, pero también está abriendo los brazos a talentos emergentes que no siempre tienen una oportunidad en la gran pantalla.”
Si el actor pudiese viajar desde la actualidad hasta el inicio del confinamiento en marzo de 2020 para enviarse un mensaje a sí mismo tiene claro que sería breve y conciso: “Paciencia y los pies en el suelo”.