Elvira Sastre sobre Bécquer: "Fue el autor que me hizo sentir algo por primera vez"

“La poesía es, en fin, el lugar en el que Elvira Sastre puede darse, contarse, entenderse a sí misma”, explicaba Luis García Montero el verano pasado al presentar un libro de la joven autora, La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida (2016). Y, así, inmersa en lo poético, Elvira Sastre (Segovia, 1992) escoge los versos de Gustavo Adolfo Bécquer para participar en la serie de infoLibre en la que varios escritores y periodistas recomiendan la lectura de una obra literaria para ocupar los días de verano.

La autora de Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo (2013) o Aquella orilla nuestra (2018) descubrió las rimas del poeta sevillano en el instituto, en el momento en el que estaba viviendo su “primer amor imposible”. “Recuerdo que sentí que estaba hablando de la misma persona que yo quería. Me imprimí uno de sus poemas (“¿Qué es poesía?...”) y lo pegué en la portada de mi agenda. Lo llevaba a todas partes”, explica la poeta.  

La también traductora literaria sugiere acercarse al escritor de Rimas y Leyendas, ya que lo considera “uno de los poetas clásicos más accesibles para el lector, sobre todo para el que se inicia en el género”. “Para mí (y para muchos otros), fue el autor que me hizo sentir algo por primera vez, algo tan personal que incluso yo misma me sorprendí. Fue una revelación”, relata. “Si no hubiera dado con él seguramente no habría sentido las ganas de seguir descubriendo poetas y poemas”.

Raquel Lanseros revive al monstruo de Frankenstein en su bicentenario

Ver más

Bécquer, una de las figuras más destacadas del Romanticismo, impulsó a Sastre en el mundo de la poesía gracias al poemario que fue editado póstumamente por sus amigos. Tanto las rimas como las leyendas –relatos llenos de misterio y elementos sobrenaturales publicados en la prensa– forman parte de la obra más célebre de este poeta del siglo XIX.

El regreso a algunas obras ya leídas pueden suponer una sorpresa para el lector. La edad, el momento, el lugar, el estado de ánimo de quien se sumerge en una obra determinan la interpretación de esta. Y la escritora segoviana, que prepara su primera novela, sostiene que hay clásicos que le han impresionado últimamente: “Ha sido un redescubrimiento leer a Miguel Hernández o a Gloria Fuertes: el primero, porque no es lo mismo leerlo con quince años que con veinticinco, la segunda porque en clase se olvidaron de enseñarnos su poesía adulta, que es maravillosa”.

Elvira Sastre, uno de los nombres más significativos de la nueva poesía española, recomienda, fuera ya de clásicos, el libro Mal abrigada, de Paola Soto (Venezuela, 1991). “Es un libro precioso”, sentencia.