trabajar ante riesgos extremos
Autónomos trabajando a 40 grados a la sombra: “Nadie te va a decir 'no faltes'. Pero no faltas”
Los autónomos son libres para decidir sus riesgos… hasta cierto punto. Esta semana han fallecido dos agricultores por un golpe de calor, ambos de 47 años, uno en Sevilla y otro en Ciudad Real. Este segundo, trabajador por cuenta propia, empezó a encontrarse mal mientras trabajaba en una viña en la localidad de Cinco Casas. A las 15.34 sus hermanos lo llevaron al centro de salud, donde fue derivado en helicóptero al Hospital General de Ciudad Real. Falleció al poco de entrar en la UCI.
“No es que nadie esté detrás de ti con un látigo”, explica a infoLibre María José Landaburu, secretaria general de la Unión de Autónomos UATAE. “Si eres autónomo, es agosto y tienes un compromiso, por ejemplo, asfaltar o poner hormigón, lo haces. Porque si no, van a buscar a otro. Quizás te lo pide la contrata con la que trabajas a menudo y sabes que no puedes incumplir. Nadie, seguramente, te va a decir: ni se te ocurra faltar. Pero no faltas”, añade.
La legislación confiere al autónomo la responsabilidad de tomar medidas para sus propios riesgos laborales, mientras que en el caso del trabajador por cuenta ajena, es una obligación que recae en el empresario. El Gobierno aprobó, además, hace unas semanas la prohibición de desarrollar determinadas tareas al aire libre, que obliga a las empresas a contemplar planes de prevención de riesgos para sus trabajadores y aplicarlos cuando se lancen alertas meteorológicas de ciertos niveles por la AEMET. Sin embargo, su aplicación en el ámbito de los autónomos sin empleados es incierta, ya que deben desarrollar planes de prevención, pero su aplicación dependen de sí mismos.
“Es su cuenta y riesgo, su libertad”, añade Landaburu. “Pero esa libertad en muchos casos no existe. En este mundo de los autónomos parece que no se puede entrar en el tema de la sacrosanta libertad… ¿pero qué libertad? Muchos trabajadores por cuenta propia trabajan para otras empresas”, explica.
Los datos son alarmantes. El número de accidentes laborales mortales sufridos por autónomos ha subido hasta un 40% en los primeros cuatro meses del año: 29 autónomos han fallecido –28, en el trabajo y uno, de camino al mismo–. “Son dramáticos los datos de siniestralidad. Somos los grandes olvidados de la administración”, lamentó José Luis Perea, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos.
La libertad para trabajar al aire a 40 grados
Hay varias variables que pueden hacer que un trabajador autónomo trabaje en condiciones en las que sabe que no debe hacerlo: la necesidad de no dejar de ingresar ese día, el miedo a que la empresa que contrate tus servicios llame a otro, la presión indirecta que puede ejercer los plazos marcados por esta, pero también de otra índole, como subestimar el riesgo real de, por ejemplo, arar el campo a las dos de la tarde en plena hora de calor.
Algunas organizaciones agrarias también advierten sobre esta última causa: el “exceso de confianza” de los trabajadores, que sienten que su vida no corre peligro. El sindicato agrario COAG lanzó este jueves una campaña de concienciación para alertar a los trabajadores del campo del peligro de trabajar en situación de exceso de calor: “El exceso de calor en el cuerpo puede manifestarse de distintas formas, la más grave es el golpe de calor, que puede resultar incluso mortal. Conocer sus síntomas, saber cómo actuar si se produce y adoptar medidas preventivas es fundamental”.
“En la agricultura, los autónomos, lo sé de buenas tintas, tratan de hacer todo su trabajo en horas en las que no hay una sobreexposición a las inclemencias. Los pequeños agricultores empiezan muy temprano y a partir de cierta hora, desaparecen de la actividad”, explica Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos. “Pero hay una falta de reglamentación en materia de prevención. Lo que tienes muchas veces es a un autónomo trabajando a horas que sabe que no se debe, por la situación climática. Mi organización [UPTA] considera que el Estado sí debe meterse para velar para que los autónomos estén bien acondicionados”.
Dos trabajadores del campo con los que ha contactado infoLibre coinciden en esta visión: “Cada uno es libre de decidir el horario en el que quiere trabajar. Estas semanas, trabajar a las 12, 1 o 2 de la tarde es un riesgo que te puede llevar por delante. Estamos acostumbrados a un trabajo duro y a veces no medimos al límite que llega el cuerpo. Desgraciadamente, se ha llevado a dos personas esta semana, que además no eran mayores”, lamenta José Manuel Roche, de 48 años, en conexión telefónica desde su pequeña explotación, ubicada en Aragón.
“La mayoría madrugamos mucho. Estas últimas semanas, nos estamos levantando a las 5 de la mañana. Yo nunca me he visto en una situación así, de sufrir golpes de calor. Cuando el calor aprieta, te marchas. Quizás a veces, con los pepinos y calabacines, que hay que recogerlos diariamente, si te falla alguien en la cuadrilla, acumulas retraso… Es un caso en el que sí te acabas metiendo en horas de máxima calor”, afirma a este periódico Andrés Góngora, agricultor en Almería.
Mariano Sanz, secretario de Comisiones Obreras en materia de Salud Laboral, hace una comparación con los controles de alcoholemia en los fines de semana: los conductores saben el peligro de conducir bajo los efectos del alcohol, y aun así lo hacen. “Si no hubiera suficientes controles policiales para hacer seguimiento de los conductores, sin esa presión, sobre el riesgo que conlleva que uno haga mal las cosas, el nivel de sensatez sería muy diferente”, indica. Cree que sería una buena medida mayor sensibilización y también más vigilancia. Por ejemplo, convenios con la Guardia Civil, sin capacidad para sancionar, pero sí de detectar situaciones de riesgo y advertir a los autónomos implicados.
Autónomos en situación de explotación
Los dos sectores de mayor riesgo para los autónomos son el de la paquetería y todo lo concerniente a la construcción. “No se ha profundizado en absoluto en la protección de los trabajadores autónomos en materia de prevención de riesgos laborales”, incide Eduardo Abad, de UPTA. “Las situaciones de riesgo se producen fundamentalmente cuando una empresa grande subcontrata servicios a una más pequeña, y esta, a su vez, a autónomos que prestan servicios de manera individual. La cadena de subcontratación es una perversidad del sistema, porque suelen implicar condiciones leoninas”, critica Abad.
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“Cuando una empresa gana una licitación pública, es habitual que no tengan trabajadores. Ganan los concursos y subcontratan a otras empresas para que lo ejecuten. Los autónomos sin trabajadores a su cargo están en un limbo legal en el ámbito de la protección”, añade. Las organizaciones de trabajadores autónomos consultadas están especialmente alarmadas por la siniestralidad en el sector del reparto de paquetes. “Estamos absolutamente alarmados. Estos autónomos trabajan en régimen de exclusividad o semiexclusividad para empresas grandes a las que prestan servicios. Cuanto más rápido lo hacen, mejor, sin importar las condiciones en las que lo hacen”, critica el portavoz de la asociación de autónomos.
“Son bombas de relojería. En muchos casos, deben hacer trayectos entre Madrid y Barcelona ida y vuelta en el mismo día. Pedimos que se pongan tacógrafos en sus vehículos, para que no puedan conducir más de 8 horas, como ocurre con los camioneros. Que no puedan estar sujetos a hacer rutas de 14 horas seguidas. Porque la empresa les va a obligar indirectamente a eso y afecta a la seguridad vial. ¿Ganan dinero haciéndolo? Sí, pero muchas veces no lo hacen por el dinero, sino porque se sienten obligados para no perder el cliente", añade Abad.
“Los autónomos se ven muchas veces obligados a trabajar en situación de sobreexposición a inclemencias. Ya no solo es el exceso de calor, es también lidiar con estrés brutal, exceso de horas… Trabajan para otras empresas es un colectivo que está siendo explotado. Pasa especialmente en los sectores mencionados, construcción y transporte. Lo digo rotundamente: son tratados como en tiempos pasados, cuando los barcos llegaban cargados de esclavos”, denuncia el portavoz de UPTA.