Los tres grandes grupos con más muertes en residencias en la pandemia proyectan más de 5.000 nuevas camas

Manifestación en Madrid con el lema "Otro modelo de residencias es posible". Imagen de archivo.

La pandemia no ha lastrado el negocio de las residencias de mayores. Los grandes grupos privados que ya controlaban el sector antes de la llegada de la crisis sanitaria lo siguen haciendo. De aquí a cinco años se construirán hasta 526 nuevos geriátricos con un total de 48.741 camas repartidas por toda la geografía. Y aunque habrá algunos que partan del sector público, serán la minoría. La mayor parte de ellos vendrá de las compañías que de hecho ya gestionan la mayoría de las plazas. Y más de 5.000 de las que abrirán de aquí a 2029 estarán en manos, además, de los grupos más golpeados durante el covid, según los datos extraídos de la publicación Alimarket consultada por infoLibre.

Es cierto que lo que ocurrió en 2020 fue una especie de tormenta perfecta. En mayo de ese año, cuando ya se habían superado los dos peores meses de la crisis sanitaria, la patronal de las residencias salió en defensa de su sector denunciando la "criminalización" que, dijeron entonces, estaban sufriendo. Según explicaron, la mayoría de los centros no había tenido fallecidos y el 89% de todos los usuarios ni siquiera había padecido la enfermedad. Y daba igual si el centro era público o privado, porque utilizaron los mismos argumentos para todo tipo de geriátricos. La premisa era acertada, pero los datos dijeron después lo contrario.

Es cierto que el covid-19 tenía un pronóstico muchísimo más grave en las personas mayores. Los primeros estudios del brote de China e Italia comprobaron de hecho que los menores de 60 años tenían pocas posibilidades de fallecer a causa del virus y que éstas crecían de manera directamente proporcional a la edad: quienes tenían entre 70 y 80 años tenían un 1,3% de probabilidades de morir a causa de la enfermedad y en los mayores de 80 ese porcentaje ascendía hasta el 3,6%. Pero también es verdad que las decisiones que se tomaron desde las administraciones y el modelo que ya estaba en el punto de mira de las organizaciones de familiares terminaron de completar el relato que llevó a la hecatombe.

Los datos de hasta 14 comunidades desvelados por infoLibre mostraron que el más letal fue el de los grandes grupos privados. En concreto, los ocho gigantes del sector que entonces controlaban el 18,07% de las camas en esas autonomías sufrieron el 24,45% de las muertes. Eran DomusVi (1.096 muertes), Orpea (597), Ballesol (323), Vitalia Home (269), Sanitas (432), Amavir (819), Colisée (100) y Clece (34). Más tarde, los estudios científicos confirmaron que los centros en manos privadas habían tenido más fallecidos que los gestionados por algún tipo de administración pública. Y que el tamaño también había influido, puesto que los geriátricos más grandes tuvieron hasta el doble de mortalidad que los más pequeños.

Pero a ninguna de estas multinacionales les han pasado factura estos hechos. Siguen formando parte del listado de los grandes grupos geriátricos y controlan actulamente 70.132 plazas y 525 centros, según los datos de Alimarket, que revelan también que estas son las empresas con más camas proyectadas de aquí a, como mucho, el año 2029. En concreto, los tres grandes grupos con más mortalidad, DomusVi, Amavir y Orpea, construirán 36 centros con 5.071 plazas. No obstante, será Vitalia la que más crecerá: tiene ya 4.535 camas proyectadas en 33 nuevos centros.

Madrid y Cataluña, los escenarios preferidos

Pero, ¿dónde se levantarán esas nuevas residencias? Los grandes grupos eligen Madrid y Cataluña como los escenarios predilectos. En concreto, estas cuatro empresas están detrás de 18 proyectos en ambas autonomías que construirán 1.553 camas en la primera y 1.258 en la segunda, consiguiendo elevar su presencia allí. Cuando llegó la pandemia, en la primera comunidad los cuatro grupos sumaban 66 centros y 11.160 camas; en la segunda, 22 geriátricos y 3.317 plazas, según el libro ¡Vergüenza! El escándalo de las residencias. En ninguna comunidad —excepto en Andalucía, con 6.356 camas de estas grandes empresas— tienen tantísima presencia.

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No es casualidad por tanto que estos dos fueran los territorios más golpeados por la pandemia: ese modelo de negocio tan influyente en la mortalidad estaba presente allí. Pero es que ambas además son las comunidades con más mayores en residencias, por lo que también se cumplió la primera premisa que determinó el golpeo del covid. En concreto, en 2022, según el Censo de Centros Residenciales de Servicios Sociales en España, Madrid tenía a 41.747 mayores institucionalizados y Cataluña, por su parte, a 47.113.

Y aun hubo más: los gobiernos de las dos autonomías activaron protocolos que impidieron derivar a los mayores de los geriátricos a los hospitales. El aprobado por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, desvelado por infoLibre, estableció en concreto "criterios de exclusión" de derivación hospitalaria de los mayores que vivían en residencias que provocaron que 7.291 residentes fallecieran entre marzo y abril sin posibilidad de ser atendidos fuera del geriátrico.

Por su parte, el Govern catalán que en aquel momento estaba en manos de Quim Torra (JuntsxCat) no ordenó por escrito la exclusión, pero en la práctica sí vetó la atención hospitalaria a personas que vivían en residencias. Y eso derivó en que 2.797 mayores murieron en el mismo periodo —entre marzo y abril— sin ser trasladados a un hospital.

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