Artes escénicas
Carmelo Gómez: "La poesía de Lorca es un bálsamo contra la terrible vida política de este país"
Carmelo Gómez (Sahagún, León, 1962) ha encontrado en el teatro su hogar y en Federico García Lorca su refugio. No en vano, el actor asegura que gracias al poeta granadino ahora sabe que "la poesía es fundamental para vivir", para mantener la "curiosidad". Y remarca: "Estamos muy golpeados, no solo por la pandemia. Creo que la vida política de este país es terrible, no sé ni cómo podemos sobrevivir. Y la poesía de Lorca de repente se convierte en un bálsamo".
En esta línea, defiende que "lo más importante de Lorca es su poesía", por más que durante mucho tiempo haya estado "utilizado como símbolo de determinadas reivindicaciones sociales". "Escribió para los pobres, los perseguidos, se expuso de una manera tan abierta... y luego fue asesinado como fue asesinado, con lo que es normal que sea utilizado como icono pop, como símbolo de los represaliados, de la República, de la lucha de clases", subraya.
Cautivado por la figura del poeta después de tres años en ruta con el espectáculo A vueltas con Lorca llega ahora Carmelo Gómez al Teatro de La Abadía de Madrid, donde este martes ha tenido un encuentro con un reducido grupo de periodistas. "El objetivo no es una exposición de versos o demostrar qué bien los recitamos. Se puede disfrutar mucho oyendo poemas de Lorca", ha afirmado, para luego detallar entre bromas que esto "no es un recital" de poesía al uso: "Cuando dices recital huyen las multitudes, porque puede ser un tostón. Lo que hacemos es una dramaturgia, ya que a través de la vida de Lorca vamos encontrando su poesía".
A vueltas con Lorca es una fiesta poética, un juego para romper a hablar en imágenes. Es teatro sencillo, teatro de cercanía, un cuerpo a cuerpo, nada más. Es una invitación a dejarse prender por las palabras de Federico. Carmelo baila en verso y prosa sobre ese filo de amor y muerte a la llana, sin imposturas. Enlazado al piano de Mikhail Studyonov, se expone a las verdades sencillas del poeta y a sus enigmas, se sumerge en sus alegrías y soledades. Todo bajo la dirección de Emi Ekai.
"El mundo de Lorca se puede usar para todo. Pero hay que entender que es un poeta culto que no se puso al servicio de la cultura para hacerse insondable, sino que fue insondable porque supo mezclar eso con la tradición popular", ha argumentado el actor, quien además irradia ilusión y pasión al relatar que nunca antes había hecho "una cosa así, sin cuarta pared", en la que habla de tú a tú con el público e incluso, según ha apuntado divertido, puede quedarse en blanco y el público lo entiende. "Es un ejercicio de libertad que no había tenido nunca", ha apostillado.
La inspiración para este proyecto le llegó a Carmelo Gómez mientras compaginaba la interpretación con la docencia, pues imparte desde hace años cursos por toda España. "Lorca me decidió a mí, en ningún momento dije 'vamos a hacer un espectáculo sobre esto y sacar unos duros", ha resaltado. Y fue a partir de ese momento, mientras impartía unos talleres de poesía, cuando fue adentrándose en Lorca cada vez más y más: "La gran magia de la poesía y del arte es la capacidad de asociación que tenemos. Cuando sabes mucho sobre algo es una fiesta. El objetivo es ver cómo asociando nos vamos dando cuenta de que la literatura es un lugar hermoso".
Poesía y piano
No está solo sobre las tablas el actor, pues cuenta con la compañía del pianista, compositor, profesor y musicoterapeuta ucraniano Mikhail Studyonov. "El agua que une todo este río es la música. No puede ser Lorca sin piano, puesto que él iba a ser pianista", ha indicado. Con esa premisa, a veces es la voz la compañera del piano, y a veces son las ideas musicales de Federico las que acercan mundos y épocas.
Así se dibuja un poema tras otro, creando puentes entre la escena y el público. Las piezas elegidas pretenden bailar con las imágenes evocadoras del poeta. Para ello, han partido de los arreglos de Federico para piano y de canciones españolas antiguas, recopiladas y armonizadas por el propio poeta. También de fragmentos de otros autores, por la profundidad y el color con que sostienen las palabras de Lorca a su vez que el piano es el "hilo conductor".
No faltan tampoco las grandes influencias de Lorca: Lope de Vega, Rubén Darío, Luis de Góngora, algo de Miguel de Cervantes y Calderón de la Barca. "Todos están por fuerza porque el paseo que hacemos por Lorca es como si él hubiera escrito su propia biografía", resume Gómez, quien admite en este punto que cuando hizo en el pasado obras de Calderón no le causaron "tanta fascinación" como Federico. "A Lorca le ama todo el mundo, por algo será", ha lanzado, para después aún remachar: "Cuanto más se profundiza en Lorca más se descubre".
La Barraca
Con esta representación recupera incluso Carmelo Gómez la esencia de La Barr aca, el grupo de teatro impulsado en 1931 por Lorca junto con otros estudiantes e intelectuales para llevar el teatro clásico español a los pueblos del país. Con ese espíritu salió A vueltas con Lorca al encuentro con la gente en pleno confinamiento, recorriendo "carreteras vacías" en medio del desconcierto para llegar a teatros lejanos y medio vacíos por cerrojazo forzado.
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"La sensación de Barraca era total, pero lo importante era ver cómo el público acudía a pesar de todo", ha rememorado el intérprete, quien, además, recibe al público en la puerta de cada teatro para tomar la temperatura de la velada. Es en ese primer encuentro cuando decide el tono de la función, siempre basada en la libertad total, con el riesgo inherente de que no vaya necesariamente bien: "Me ha pasado cantidad de veces. Me come el coco de una manera tremenda no dar con la clave, pero esto está hecho para eso. Si se te hunde se te hunde, no es algo en lo que puedas meter efectos para levantarlo. La presión es muy fuerte".
Gracias a su experiencia acumulando kilómetros de ciudad en ciudad en plena pandemia, con el salvoconducto en la mano para poder avanzar de un control policial a otro, sabe perfectamente Carmelo cómo es el público actual del teatro. "Ahora no viene gente mayor y eso se nota mucho. Y hay una tragedia terrible con los jóvenes, que no vienen, quieren perdérselo. Es una pena que una cosa tan hermosa como el teatro, cuando está bien hecho, se lo pueda perder alguien. Ese era el objetivo de La Barraca", ha apuntado.
Por último, ha descartado su regreso a la vorágine de los grandes proyectos cinematográficos, pues después de una carrera tan extensa, ahora está viviendo "un momento muy rico y bonito". "Este montaje lo produzco yo con la directora, esto no le pertenece a nadie. Tenemos una página donde la gente nos llama. Es nuestro, es ligero de equipaje como decía Antonio Machado. No quiero para nada un espectáculo grande", ha terminado.