¿Puedes plantar de una vez por todas a Musk y llevarte todos tus tuits en la mochila? Sí, y también tus contactos
Desde que, hace ya casi 800 días, Elon Musk aterrizó en Twitter, rebautizado el pasado verano como X, muchas han sido las ocasiones en las que expertos y medios de comunicación han augurado el fin de la red social y un gran éxodo tuitero hacia posibles sustitutas que, por ahora, no han sido capaces de robarle la corona. Sucedió en las semanas posteriores a que el hombre más rico del mundo hiciera efectiva la compra de la tecnológica. Ha vuelto a pasar tras cada decisión polémica que ha tomado en estos 26 meses que lleva al frente de la empresa —a estas alturas de la partida es ya difícil enumerarlas— escorando la plataforma hacia la derecha más ultra sin ningún tipo de pudor y jaleando los discursos de odio y la desinformación.
Y ocurrió, de nuevo, el pasado 5 de noviembre cuando Donald Trump se alzó como vencedor de las elecciones de EEUU y se subió al escenario para declararle su amor a Musk y calificarlo como su "nueva estrella". "No solo compró una red social, también compró influencia", defiende Laura Pérez Altable, doctora en Comunicación e investigadora de la Universitat Pompeu Fabra.
Muchos, durante esa noche electoral, dijeron basta. Otros tantos, entre ellos medios y políticos, lo dijeron en las semanas siguientes cuando se confirmó que el hombre más rico del mundo tenía reservado un asiento en la nueva Administración duplicando en solo dos semanas los usuarios de Bluesky, la gran beneficiada.
Y muchos parecen que lo quieren hacer conjuntamente y como forma de protesta el próximo 20 de enero, el día D, el día en el que el republicano vuelve a la Casa Blanca. Mediapart, socio editorial de infoLibre, anunció el pasado 17 de diciembre que se retirará de X esa jornada porque "se trata, ante todo, de negarnos a dejarnos confinar en el marco elegido por los enemigos de la libertad de información y del pluralismo".
En concreto, el investigador francés David Chavalarias, miembro del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS), lidera el proyecto #HelloQuitteX (HolaDejaX). "En un momento en el que X/Twitter se utiliza con fines políticos y se ha vuelto peligroso para las democracias es hora de un cambio", explican en el manifiesto en el que detallan que son "un movimiento transpartidista y apolítico" y que tienen "un plan" para lograr una salida masiva que haga entender a Musk que no a todo el mundo le gusta lo que está haciendo.
¿Es realista que se dé ahora esta migración multitudinaria? "Si no lo hemos vivido ya, no lo vamos a vivir. Y tampoco se está produciendo este éxodo como tal porque, al final en la mayoría de los casos, se mantienen activos los perfiles en ambas", asegura Pérez Altable que señala que esta resistencia a abandonar se debe a no abandonar el capital social generado y para no ceder un espacio a los ultras. Opinión similar mantiene Ferran Lalueza, profesor de Comunicación y Social Media de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC): "La gente que esté motivada puede planteárselo hacerlo de forma conjunta para generar más ruido, pero se puede hacer lo mismo a título individual en cualquier momento".
¿Y por qué justo el día de la toma de posesión de Trump? Porque, según detallan, después del 20 de enero, Musk ya no tendrá que responder ante la justicia por lo que X, como ecosistema digital, será "más peligroso que nunca para la salud mental de sus usuarios y para la democracia".
"Es difícil de imaginar un escenario donde se pueda descontrolar aún más porque ahora mismo no hay ningún tipo de control", reconoce Lalueza. "Más fuera de control de lo que ya está ahora es complicado", coincide Pérez Altable que apunta que estamos ante un "escenario complejo" que incluso puede empeorar con el reciente lanzamiento de forma gratuita su herramienta de inteligencia artificial, Grok, que genera imágenes hiperrealistas sin ningún tipo de filtro y que ya está llenando la red social de contenido racista y violento.
Un escenario nada alentador que para el proyecto #HelloQuitteX puede degenerar todavía más con el pase vip que se ha ganado Musk en el Despacho Oval. "Es difícil pensar en cosas que puedan volverse más extrañas porque Musk ya ha usado X para sus intereses durante toda la campaña electoral", señala Lalueza, que cree que no habrá "una gran diferencia" entre el 19 y el 20 de enero y el antiguo Twitter continuará siendo un engranaje más de la maquinaria propagandística del presidente electo.
"Como ya pasó en el anterior mandato, volverá a ser el canal oficial de noticias de Trump", sostiene Pérez Altable. Sin embargo, el gran peligro para esta experta es el discurso de Musk de las últimas semanas con mensajes como "ahora vosotros sois los medios de comunicación": "Se va a vivir una deslegitimación de los medios y X va a jugar un papel fundamental en este proceso como canal de comunicación".
Más allá de lo mal que se puedan poner las cosas en X a partir del día 20, lo cierto es que este proyecto que lidera Chavalarias va un paso más allá: mucho se ha hablado hasta ahora sobre por qué irse y a dónde irse, pero muy poco de cómo irse. El plan de #HelloQuitteX consiste en una migración de de forma colectiva y ordenada dando a los usuarios las herramientas suficientes para que hagan su mudanza de la red social a otras, citando expresamente a Mastodon y Bluesky.
Descárgate tus tuits
Primero, explicando a los usuarios cómo pueden llevarse sus tuits bajo el brazo. "Es un poco como hacer el equipaje antes de irse de viaje, en este caso para no tener que volver y salir dando un portazo", asegura Lalueza. El procedimiento es sencillo. Hay que entrar en su cuenta de X. Una vez dentro y en la columna de la izquierda, pinchar en el botón "más opciones". En este menú, hay que seleccionar la opción: "configuración y privacidad". En este paso, se abre un menú en la parte central y aquí hay que pinchar en "tu cuenta" y a continuación en "descargar un archivo de tus datos".
Twitter pedirá entonces una identificación del usuario doble: primero obligando a repetir la contraseña y después con un SMS o un correo electrónico para confirmar al usuario. Una vez superada esta verificación, se mostrará un botón de "solicitar archivo". En este punto, la red social informa que avisará al usuario vía email y notificación en la plataforma una vez tenga listo el archivo en formato zip.
infoLibre ha solicitado este archivo y, en el caso de una cuenta de un usuario medio, sin mucha actividad y con más de una década de antigüedad, ha tardado 25 horas. Una vez recibido, X da siete días para descargar este archivo que, en este caso, pesa 220 megas y contiene 6.618 elementos. Para acceder al archivo, requiere otra doble autenticación. Después, y una vez extraídos los datos, permite acceder a una página resumen más parecida al antiguo Twitter que al actual y en la que se resumen todos los datos del perfil y a través de los que se puede bucear en centenares de detalles.
¿Por qué es tan importante recuperar el control sobre estas publicaciones? "Aquí el problema no es tanto si los tuits van a seguir disponibles o no, es la incertidumbre y no saber qué va a pasar con X", explica Pérez Altable que lo considera también un acto de "empoderamiento": "De decir que estos son mis tuits".
Ferrán Lalueza pone ejemplos a esta incertidumbre alrededor de X: "No hay que olvidarse que X es una empresa privada y las reglas de juego pueden cambiar a mitad de partido por lo que deberíamos ser precavidos y tener bajo control estos contenidos porque Musk puede decidir que esta función sea una herramienta de pago en un futuro". Este experto anima además a todos los usuarios, se quieran ir o no, a descargarse este archivo.
No sería la primera vez que un usuario se ve obligado a una acción similar. Que se lo digan a los que tuvieron cuenta en Tuenti que vivieron en primera persona cómo se moría una red social tras el gran abandono de los usuarios ante el cambio de estrategia de la aplicación. Tras la reconversión dentro de Movistar como operador móvil —desaparecida por cierto ya en España en 2022—, la plataforma cerró como tal en 2016 aunque permitió hasta agosto de 2017 recuperar todas las fotos subidas en forma de archivo.
Pero más allá de finales de era como el caso de Tuenti, prácticamente todas cuentan con la opción de poder descargarse un archivo con los datos de perfil. Meta permite, tanto en Facebook como en Instagram, descargar esta información hasta dejando seleccionar de qué tipo: por un lado, la información disponible que incluye solo la actividad o, por otro, la específica que son los registros de datos y que son desde fotos y mensajes hasta interacciones registradas. TikTok también ofrece esta acción para hacer una copia de seguridad ante posibles hackeos o para exportarla a otros servicios.
Conecta con tus followers en otras redes
Una vez con este archivo en nuestras manos, #HelloQuitteX también promete una herramienta que permitirá a los que decidan abandonar la red social una especie de reconexión con las cuentas que siguen y que le siguen. Algo que también permite alguna que otra extensión por ahí para Google Chrome como la de Sky Follower Bridge.
"Algo así facilita mucho esta marcha porque hay mucha resistencia a irse por miedo a perder las conexiones generadas y los contactos hechos", reconoce Pérez Altable. Para Lalueza, la falta de la "mochila contactos" de X en otras redes sociales no es el gran impedimento, sino "pensar que las personas que te interesan van a estar allí".
No obstante, ambos expertos coinciden en que no es lo mismo este éxodo para una cuenta con millones de seguidores que para una pequeña. "A quién tenga millones de seguidores, le dará más vértigo irse", sostiene Lalueza. "Y solo hay que ver que la gente que ha marchado a Bluesky aún no tiene los números de X, a no ser que sea muy famoso", indica Pérez Altable.
Por poner dos ejemplos de esta diferencia de números: entre los medios que se han ido recientemente de X, destacan los casos de The Guardian y La Vanguardia, que llevan ya desde mediados de noviembre con sus perfiles totalmente parados. En el caso del diario británico, el 20 de diciembre tenía 10,7 millones de seguidores en la plataforma de Musk, mientras que en Bluesky solo contaba esta semana con unos 430.000. Y el periódico catalán registraba en la misma fecha 1,3 millones en el antiguo Twitter y esta semana solo más de 25.000 en la aplicación de la mariposa azul.
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Con esta diferencia de cifras y a la espera de ver cómo se configura este posible éxodo tuitero que parece que nunca termina de llegar, hay dos cosas claras. La primera es que motivos para irse hay de sobra porque es más que evidente que ya hace mucho tiempo que Musk mató al pájaro de Twitter y ya solo queda otra cosa totalmente diferente que es X. Con sus tejemanejes y manoseos desde dentro de la red social ha hecho que la plataforma sea significativamente más acogedora y atractiva para los políticos conservadores y ultras gracias a un algoritmo que amplifica la ira, la hostilidad, la polarización y que permite la libre circulación de desinformación, el discurso de odio o la pornografía gracias a la total ausencia de moderación. Algo que el multimillonario califica de "libertad de expresión".
Y lo segundo es que, en realidad y como comentaba al inicio de esta información, esta especie de éxodo lento se lleva produciendo a cuentagotas durante los últimos dos años. Y es más evidente en el último trimestre. Los datos de Similarweb revelan que el tráfico de X ha experimentado una caída dramática pasando de 706 millones de visitas en septiembre a 656 millones en octubre y 587 millones en noviembre. Esta pérdida representa un declive del 10,5% solo en el último mes.
La situación es sangrante si se compara con las tres plataformas que aspiran a sustituir a X: Threads, Bluesky y Mastodon. Aunque a nivel de número total de visitas todas están a mucha distancia del antiguo Twitter, las tres muestran números verdes en el crecimiento de usuarios: Bluesky registra un 75,15% más, Threads un 8,13% y Mastodon un 6,76%.