Gracias, Mr. Trump, por recuperar la política Cristina Monge

Esta bella historia de amor entre el comisionista –obtuvo dos millones de euros por la venta de mascarillas en pandemia– y la presidenta de la comunidad autónoma es como un cuento de hadas. Todo comenzó, según la versión oficial, cuando el hermano –también comisionista– de la presidenta, les presentó y saltó la chispa. Sin embargo, Miguel Ángel Rodríguez puede que fuese en realidad quien lanzó las flechas de Cupido sin ser consciente. Eso es lo que se rumorea en algunos círculos populares desde que se conoció que el jefe de gabinete de Ayuso guarda en su móvil el número de Alberto González como Alberto Quirón. La historia tiene su propio spin off. Y ahora cada día da un pasito pa’lante, María, un pasito pa’trás.
Es fascinante la trama que se ha abierto paso esta semana, dando un giro de guión a esta romántica serie por episodios. El ‘Alberto Quirón’ se ha vuelto más expresivo que nunca porque han entrado en escena las actividades profesionales de González, y la jueza Iglesias, que lleva el caso, ha abierto pieza separada para investigar un posible delito de corrupción en los negocios que no solo apunta al novio de Ayuso, sino también al director general de Quirón Prevención.
Ni la aguerrida novia ni su jefe de gabinete están acostumbrados a que la justicia no caiga de su lado. Las presiones sobre la jueza Iglesias han comenzado
Lo que lleva a preguntarse cuándo nació la relación de MAR con Alberto. ¿Se conocían los dos caballeros previamente a que surgiera el amor con la presidenta? ¿La empresa de salud que tiene contratos millonarios con el gobierno madrileño respaldaba las actividades que unen a su directivo y González Amador? ¿Por qué la Comunidad de Madrid se ha embarrado en una defensa de la pareja de la presidenta que ni tan siquiera la Casa Real empleó con Urdangarin? ¿Cuántos actores hay implicados?
“Nunca hubiéramos descubierto nada de esto si Amador no hubiese sido tan ambicioso y hubiera pagado los impuestos que le correspondían. Si la Comunidad de Madrid hubiera construido un muro alrededor de la Presidenta y circunscrito los problemas con Hacienda del novio al ámbito privado en vez de lanzarse a degüello, ahora no tendría dos causas abiertas y se enfrentaría a dos posibles condenas”, tal y como explica un diputado de Más Madrid, partido que ejerce la acusación popular junto con el PSOE.
Esta nueva pieza en la que se investiga la corrupción en los negocios supone que Amador ya no está solo, porque es un delito que implica tener cómplices para poder realizarse. Lo más sorprendente es que la defensa del novio de Ayuso pide que se cierre la causa por fraude fiscal, ya que si se demuestra que ha habido corrupción no tendría que pagar impuestos. Se los ahorraría, claro, pero si prospera la causa en la que se analizan las sociedades pantalla y los pagos por trabajos inexistentes pueden caer todos los implicados como piezas de un dominó.
Ni la aguerrida novia ni su jefe de gabinete están acostumbrados a que la justicia no caiga de su lado. Las presiones sobre la jueza Iglesias han comenzado. La quieren etiquetar porque es la misma jueza que investiga a Nacho Cano. Los protagonistas creen merecer un final feliz y poder comer perdices en el ático añadido a su vivienda que les presta una empresa que lo adquirió con todo cariño para que disfrutaran de su pasión en libertad ¿Podrá el amor vencer todos los obstáculos? Ahí está el ejemplo de Bárcenas y su señora, a los que su paso por la cárcel no ha hecho mella en su unión. Lo importante es ser fuertes, que diría Mariano. Un lema grabado a fuego en el PP.
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