Memoria histórica
Buscan en Aragón a dos guerrilleros asesinados durante la ‘Operación Reconquista’
A mediados de octubre de 1944, 4.000 guerrilleros españoles, curtidos en la Guerra Civil y la resistencia francesa, atravesaron los Pirineos con la intención de liberar del control franquista una pequeña porción de territorio español. Aupados por el éxito del desembarco de Normandía meses atrás y la liberación del sur de Francia de manos de un gobierno germanófilo, los maquis esperaban que con ese gesto (el enfrentamiento bélico más importante desde la Guerra Civil en suelo español) las potencias aliadas apoyasen de una vez la causa republicana. Y aunque la llamada Operación Reconquista Operación Reconquistacomenzó bien, acabó en fracaso, con 129 bajas y casi 600 heridos entre los guerrilleros republicanos, y ante la indiferencia de las democracias occidentales. Su historia, relegada al olvido durante décadas, fue rescatada en la novela de Almudena Grandes Inés y la alegría que publicó la editorial Tusquets en 2013.
Entre los guerrilleros asesinados estaban dos que habían penetrado en la Península por el Valle del Roncal (Navarra) y fueron emboscados por la Guardia Civil en la carretera que une el municipio oscense de Ayerbe con Sádaba. Tras el encontronazo, que se saldó con la muerte de los dos maquis, los guardias civiles trasladaron sus cuerpos en un camión al cementerio de Fuencalderas, donde los enterraron en una fosa común sin señalizar.
Ahora, la Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo (Zaragoza) ha puesto en marcha un proyecto para la búsqueda y exhumación de los dos guerrilleros, de los cuales desconocen su identidad, pero según las investigaciones históricas que han llevado a cabo, piensan que han podido pertenecer a la brigada 522ª o a la 560ª. Una información que pretenden precisar a través del material documental de los juicios contra los maquis arrestados que se produjeron entre octubre y noviembre de 1944, según explica el arqueólogo y miembro de Charata Javier Ruiz. Asimismo, según las fuentes orales que son las que normalmente ofrecen las primeras pistas, uno de los guerrilleros fusilados podría ser natural de Muel o Alfajarín, ambas localidades en la provincia de Zaragoza.
Miembros de las asociaciones Charata y Arico en los trabajos de exhumación
Los miembros de Charata comenzaron a tirar del hilo en 2010, cuando la historia llegó a sus oídos, pero no fue hasta principios del pasado mes de mayo cuando hicieron los primeros sondeos. Al tratarse de personas desconocidas, no es necesaria la autorización familiar que se requiere para las exhumaciones, sino que existe la posibilidad de que sea una autoridad la que dé luz verde a las excavaciones, según explica Ruiz.
En este caso, fue el Ayuntamiento de Fuencalderas (PSOE), con el apoyo de IU en la comarca de Cinco Villas, el que respaldó la iniciativa, además de los permisos del propietario del terreno y de la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón. En ese primer sondeo encontraron los restos de dos personas que en principio coincidían con las características de los guerrilleros, pero que posteriormente fueron descartadas en el estudio antropológico, ya que uno de los cuerpos era de una mujer.
Sin financiación institucional
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“El problema es que el relato es más o menos el mismo hasta que los llevan al cementerio”, señala Ruiz. De manera que los trabajadores voluntarios de la organización tengan que retomar las indagaciones en cuanto puedan para cercar la búsqueda en el camposanto. Desde Charata denuncian que no cuentan con ningún apoyo económico por parte de las instituciones de la comunidad y del Estado, a pesar de que en los presupuestos de Aragón para 2015 se aprobó una partida de 125.000 euros en cumplimiento con la ley de Memoria Histórica. Por otro lado, desde que el PP llegó al Gobierno se paralizaron las ayudas para subvencionar estas iniciativas, lo que supone una derogación de facto de la ley. Ruiz defiende que la continuación de sus trabajos es una “forma de respuesta política para demostrar públicamente a los partidos que esto [las fosas] sigue ahí, a pesar de que no haya ninguna ayuda”. Calculan que en total necesiten unos 6.000 euros para encontrar a los dos guerrilleros.
Debido a la falta de financiación, la asociación ya lanzó una campaña de crowdfunding crowdfundingpara recuperar los restos de dos personas asesinadas al comienzo de la Guerra Civil en Sos del Rey Católico. Desde la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO), también de Aragón, comparten la misma queja. Ellos solicitaron una ayuda a la comunidad para la exhumación de dos víctimas de la represión franquista en la localidad de Velilla de Jiloca (Zaragoza) y todavía no han tenido respuesta, por lo que han lanzado una campaña de microfinanciación para recaudar los 7.400 euros que necesitan.
En el terreno que quieren excavar, un campo frente a la puerta del cementerio del pueblo, según las investigaciones que han realizado hasta la fecha, están enterrados en una fosa común Bernabé Serrano y otro vecino del cual desconocen su identidad, ambos de la localidad de Fuentes. Bernabé, cuyos nietos se pusieron en contacto con la asociación hace tres años, era un trabajador del campo sin ninguna filiación política. Tras su asesinato, el 1 de noviembre de 1936, su mujer y sus hijos se mudaron a Zaragoza y cuando quisieron volver a su casa del pueblo no pudieron, ya que había sido ocupada por otras personas. “Es la historia de otros tantos miles de asesinados que no tenían nada que ver con política ni sindicatos”, lamenta Miguel Ángel Capapé, miembro de ARICO.