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Del "¡Aún estamos aquí!" a esfumarse: la huida de película de Puigdemont que no detuvo a Illa

La imagen de este jueves —con permiso de Salvador Illa— ha sido la del expresident catalán Carles Puigdemont en Barcelona tras siete años en el extranjero. Apareció junto a la plana mayor de su partido y realizó un breve paseíllo, sin detenerse a saludar a los allí presentes y con evidente prisa por el dispositivo policial desplegado en los alrededores y que, finalmente, logró sortear. El acto fue convocado por su partido y ante 3.500 personas —según datos de la Guardia Urbana—congregadas a las puertas del Parlament, el líder de Junts apareció poco antes de las nueve de la mañana para realizar un breve discurso.

"He venido para recordarles que todavía estamos aquí porque no tenemos derecho a renunciar", fue el mensaje que lanzó al llegar al atril del escenario, situado frente al Arco del Triunfo de Barcelona. "Hace siete años que nos persiguen por querer escuchar la voz del pueblo de Cataluña, hace años que empezó una durísima represión", prosiguió el expresident, que precisamente tenía marcado el día en el calendario al ser la jornada elegida para celebrar la investidura del candidato socialista Salvador Illa, a la presidencia de la Generalitat.

En campaña electoral Puigdemont prometió que estaría presente en el pleno de la investidura —aunque no apareció por la sesión y, cuando fue su turno de votación los diputados de la bancada de Junts aplaudieron en señal de protesta— como reclamo para atraer al independentismo, pero no logró su objetivo de ser la primera fuerza.

Puigdemont buscaba ser el protagonista absoluto de la jornada y, en gran medida, lo fue. En su discurso criticó las decisiones del sistema de justicia español tras la aprobación de la ley de amnistía —pactada con el PSOE para investir al presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, el pasado año— subrayando que a él todavía no se le ha aplicado la medida de gracia. "Un país en que la amnistía no amnistía, tiene un problema de normalidad democrática", subrayó, al tiempo que añadía: "No nos interesa estar en un país en el que las leyes de amnistían no amnistían. Han convertido en ser catalán en una cosa sospechosa".

Antes de finalizar su intervención, dejó un mensaje que resultó ser clave, ante los suyos: "No sé cuándo nos volveremos a ver", afirmó, ya que sobre él recae una orden de detención nacional emitida por el juez instructor del procés, Pablo Llarena, después de que rechazara aplicarle la ley de amnistía al delito de malversación de caudales públicos que le atribuye. "Volveremos a decir las palabras con las que acabaré mi discurso: Visca Catalunya lliure".

Tras finalizar su intervención, Puigdemont bajó del escenario y desapareció rápidamente en un coche blanco, mientras la comitiva de Junts avanzaba hacia el Parlament. Un movimiento que pilló completamente desprevenida a la policía catalana, que inició una persecución aunque finalmente perdió al vehículo.

Los Mossos detienen a dos agentes por ayudar a huir a Puigdemont

Los Mossos d'Esquadra habían organizado un operativo con la intención de detener a Puigdemont en cuanto hiciera el amago de entrar en el Parlament, pero no contemplaban la opción de que el expresident de la Generalitat huyera. Para ello contó, según fuentes policiales, con la complicidad dos agentes que fueron detenidos este jueves. Uno de ellos sería el titular del vehículo que los investigadores creen que utilizó para marcharse tras pronunciar un breve discurso en Barcelona. Tras comprobar que Puigdemont se les había escapado, la policía catalana activó el operativo jaula durante tres horas y media, para tratar de localizar ese vehículo.

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En torno al mediodía decidieron suspender temporalmente la búsqueda ante las dificultades ocasionadas para el tráfico en Cataluña, ya que la policía catalana ha llevado a cabo controles en la ciudad condal y las principales autovías que le dan acceso, así como en las fronteras con Francia y Andorra, donde Policía Nacional y Guardia Civil han reforzado su presencia, durante toda la mañana. En una entrevista que ha concedido al Ara.cat el abogado Jordi Cabré, del equipo de defensa de Puigdemont, aseguró que el plan había salido según lo previsto porque el objetivo de Puigdemont no era “hacerse detener ni boicotear" la sesión de investidura.

Sin embargo, la estrategia de Junts sí parece destinada a que el pleno no se celebrara. Tras el parón para comer, reclamaron a la Mesa del Parlament que se suspendiera el pleno para investir a Illa hasta que no se "normalizara" la situación, aunque la portavoz Mònica Sales no aclaró por cuanto tiempo. La Mesa se reunió pero, con la mayoría de PSC, ERC y comunes decidió seguir. Una vez de nuevo en el hemiciclo, el portavoz de Junts, Albert Batet, volvió a demandar que se suspendiera esta vez alegando "una posible orden de detención" contra el secretario general del partido, Jordi Turull, que los Mossos negaron. La Mesa desdeñó de nuevo la propuesta.

Ningún dirigente de Junts reveló detalles sobre el paradero el expresident, pero la presidenta del partido, Laura Borràs, afirmó que "lo veremos pronto", mientras Batet indicaba que debería "ejercer sus derechos como diputado electo". Se desconocen cuáles son sus planes pero según apuntan algunas informaciones los Mossos ya han comunicado a Llarena que se ha fugado y no han podido localizarle.

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