El ‘Lexit’: así se ha colado una vieja reivindicación como la novedad del debate territorial de España

Una pancarta en favor del 'Lexit', la independencia leonesa

Partir Castilla y León por la conjunción copulativa. Dos comunidades autónomas: la región leonesa y la región castellana. León, Zamora y Salamanca solas. Dos autonomías, pero con un encaje diferente de El Bierzo. La escisión de León para unirse a Asturias. Dos autonomías: León sólo. Todas esas propuestas se han puesto sobre la mesa esta semana. La vieja, y tan dada por perdida, reivindicación autonomista del antiguo Reino de León se ha colado como la última novedad del debate territorial de España. Y algo más: la versión uniprovincial ha penetrado en el terreno de lo plausible.

El hombre que ha puesto cara al ‘Lexit’, juego de palabras como ‘Brexit’ leonés, es el alcalde de la ciudad, el socialista José Antonio Diez. “Nunca debió suceder. León nunca debió formar parte de esta autonomía”, dice en una entrevista con infoLibre al final de la semana que lo ha llevado a las portadas y tertulias de los medios nacionales. “Ahora hay un avance importante en el partido. El proceso que se abre es muy relevante y es clave que no lo llevemos a una vía muerta. Ir a un proceso de comunidad autónoma con León, Zamora y Salamanca está abocado al fracaso, no habría posibilidad de que eso sucediera”, admite. En medio de la maraña, una conversación con él aclara realmente a qué se está apuntando: una comunidad uniprovincial para León. La reivindicación autonomista ha tenido impulso histórico sobre todo en la provincia de León, más que en la capital, pero es muy minoritaria y ni siquiera está en el debate institucional en Zamora y Salamanca.

Que la provincia de León se convierta en una comunidad uniprovincial es “jurídicamente posible”, explica a este periódico Elena Martínez Barahona, profesora titular de Ciencia Política en la Universidad de Salamanca. El artículo 143.1 de la Constitución establece la posibilidad de que las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes puedan ejercer el derecho a constituirse en comunidades autónomas si así lo deciden la mayoría de sus municipios y sus diputaciones provinciales. “Sin embargo, esto requeriría una reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León y la aprobación de las Cortes Generales. Tal y como está la aritmética parlamentaria esto es casi imposible. Para empezar, con un Gobierno del PP y VOX en la Junta no habría forma posible de reformar el Estatuto. Esta vía estaría cerrada”, reflexiona Martínez, experta en la historia del leonesismo. Pero hay otro artículo: el 144, que contempla que las Cortes Generales, por ley orgánica y por motivos de interés nacional, puedan autorizar la creación de una comunidad autónoma uniprovincial. “Veo difícil argumentar el ‘interés nacional’ en esta propuesta. Además de que se constituiría de manera artificial, ya que no se correspondería con los límites históricos del Reino de León”, valora la politóloga.

¿Por qué La Rioja, Cantabria o Madrid sí tienen autonomía y la Región Leonesa no?

No lo quiere decir de manera muy contundente para no levantar las siempre susceptibles ampollas territoriales, pero el alcalde de León desliza en la entrevista algo que se comenta mucho en la calle: por qué no van a poder tener autonomía si la obtuvieron La Rioja, Cantabria o Madrid “sin equivalentes antecedentes históricos”. La moción de la Diputación de León que ha resucitado este tema y le ha dado alas nacionales es la última expresión de una reivindicación antigua. El 4 de mayo de 1984, unas 90.000 personas se manifestaron en León para pedir la autonomía de la Región Leonesa (León, Zamora, Salamanca). No se pudo: una sentencia del Tribunal Constitucional dio el visto bueno al proceso de autonomía de Castilla y León.  

“Si preguntas a cualquier leonés te dirá que el responsable de que la Región Leonesa se quedara sin autonomía fue el ministro del Interior y Administración territorial de UCD, procedente del franquismo, Martín Villa, quien, temeroso del gran poder que podrían tener comunidades como País Vasco o Cataluña, querría articular una gran comunidad autónoma como contrapeso. Curiosamente era leonés”, indica la profesora Martínez Barahona. A esa voluntad se refiere también el alcalde de León: “Pensaron que Castilla y León sería un contrapeso al nacionalismo de otras partes del país, y la realidad es que no somos nada, no pintamos nada”, lamenta.

El PSOE se mueve 

En abril de 1980, el PCE, la UCD y el PSOE ratificaron el acuerdo de integración con Castilla en un pleno de la Diputación de León. “Muchos indican que sufrieron presiones, porque años más tarde tratarían de revertir el resultado incluso con ese recurso ante el TC que perdieron. Pero es cierto que el tribunal no declaró inconstitucionales las pretensiones de León. La vía legal está abierta, la política es demasiado incierta, aunque en estos momentos me atrevería a decir que es casi imposible. No creo que el legislador esté interesado en más comunidades uniprovinciales”, concluye la politóloga. En el PSOE de León no opinan lo mismo y ven señales alentadoras en la apertura que han mostrado estos días pesos pesados del partido, como los ministros de Transportes, Óscar Puente (además exalcalde de Valladolid), y de Política Territorial, Ángel Víctor Torres. 

“Hoy se abre un camino que el propio Gobierno de España ha considerado legítimo y que escuchará. Yo también. Ahora, toca esperar a ver qué sucede en el Congreso de los Diputados, que debería pronunciarse. Ese es el camino de la Constitución”, escribió este viernes en un extenso y contundente comunicado el líder del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, quien tiene una buena relación con el alcalde de León y considera que, “cuando llegue el momento”, la posición del partido a nivel nacional, “en un asunto de especial trascendencia”, deberán fijarla los militantes mediante una consulta tal y como establecen los estatutos. 

UPL pide que voten los ciudadanos de León, Zamora y Salamanca 

La Diputación de León aprueba una moción que pide una autonomía para la Región Leonesa

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Si un partido político tiene esta causa como razón de ser es Unión del Pueblo Leonés (UPL), nacido en 1986. Su presidente, el salmantino Carlos Javier Salgado, se muestra contento en conversación con infoLibre por el alcance nacional que está teniendo la reivindicación con la que durante tanto tiempo han estado predicando en muchos desiertos. Pero tiene una advertencia: “No contemplamos más escenario que el de una autonomía de la Región Leonesa, integrada por las tres provincias que la forman: León, Zamora y Salamanca, que es lo que han pedido crear ya 64 ayuntamientos, los últimos los de Toral de los Vados (en El Bierzo) y La Zarza de Pumareda (en Salamanca, gobernado por UPL)”, asegura. Y añade: “Esto es lo que marcan los estatutos de UPL y a priori es la Región Leonesa en conjunto el sujeto que, como región reconocida oficialmente al aprobarse la Constitución, tiene el derecho a acceder a su autonomía”. 

Salgado deja un recordatorio al alcalde de León: “Él mismo apoyó en pleno (en diciembre de 2019, como cuenta también el socialista en su relato de este camino) instar a que se forme una comunidad autónoma integrada por León, Zamora y Salamanca. Y esta es la única alternativa a la comunidad de Castilla y León que ha aprobado hasta el día de hoy el Ayuntamiento de León”. UPL batalla contra la idea común de que el leonesismo no tiene futuro fuera de esa provincia y pide una consulta ciudadana: “Es una vía sobre la que aún no se ha preguntado a los ciudadanos de León, Zamora y Salamanca y, por ello, no tiene sentido pretender cerrar un camino que aún no se ha recorrido. La realidad es que no ha habido un referéndum por el cual los ciudadanos de Salamanca y Zamora renunciemos a formar parte de una comunidad autónoma de la Región Leonesa, como tampoco lo hubo para que nos posicionásemos directamente sobre nuestra integración en la comunidad de Castilla y León”.

El extremo oeste de Castilla y León, el antiguo Reino de León, termina el curso emitiendo palabras como “revisión autonómica”, “consulta” y “referendo”, palabras que no suelen caer bien en la sociedad castellano y leonesa cuando llegan de otros lugares de España. “La política nacional no se acaba en Cataluña y Madrid, muchos españoles necesitamos de esas inversiones, ese cariño, ese apoyo, y nos sentimos huérfanos con los gobiernos centrales, sean del color que sean”, cierra el alcalde de León, capital de una de las provincias que, como también Zamora y Salamanca, más declive han experimentado en las últimas décadas.

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