Los retiros de Fraga se ponen de moda: Illa replica el modelo monacal tras la versión laica de Sánchez y Feijóo

Este fin de semana el nuevo president de la Generalitat, Salvador Illa, se reúne a puerta cerrada durante dos días en el Monasterio de Poblet con sus consellers para que se conozcan entre ellos y definir las líneas de actuación política de su recién conformado Govern. Una reunión que replica con mucha similitud las que hacía anualmente durante su Presidencia de la Xunta Manuel Fraga, que se celebraron principalmente en monasterios por toda la geografía gallega. Convivencias similares con sus equipos, pero más laicas, organizaron también en los últimos tiempos a nivel estatal Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, los dos en Toledo. 

Para la convivencia con su Gobierno, Salvador Illa ha escogido el Monasterio de Poblet, ligado a la figura del expresident Tarradellas, del que allí se custodia su archivo personal. Fraga, por su parte, defendía su elección de monasterios para sus reuniones anuales con el argumento de que quería que sus conselleiros no tuvieran distracciones exteriores. 

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Así, durante sus quince años en la presidencia de la Xunta, entre 1991 y 2005, no faltó el encuentro anual, preferiblemente antes de Semana Santa, en lugares como los monasterios de Oseira, Samos, Sobrado dos Monxes o Poio, pero también en los paradores de Santo Estevo de Ribas de Sil, que había sido monasterio, o en su Vilalba natal.

A nivel estatal, las reuniones de los líderes políticos con sus equipos ya las utilizó Mariano Rajoy cuando estaba en la oposición con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno. Pero obtuvieron un nuevo impulso con Pedro Sánchez que, tras su llegada a La Moncloa en 2018, se retiró con sus ministros a la finca Quintos de Mora, propiedad del Estado, en el municipio de Los Yébenes, en Toledo. Un retiro que se celebró por última vez el pasado mes de enero.

Y en Toledo ciudad, Feijóo también se encerró con su equipo por las mismas fechas para diseñar su estrategia opositora. Sin embargo, si los dirigentes del Estado optaron por espacios más laicos, ahora Illa replica la imagen de contención monacal que quiso transmitir Fraga durante 15 años.